Carlos Núñez
Las lecciones revolucionarias de abril de 1965
Pensamiento Crítico, La Habana, octubre de 1969, número 33, páginas 168-183.
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El reloj de la historia se detiene pero no se atrasa. Con esta frase (cuyos orígenes pueden rastrearse en un libro de Juan Bosch, Crisis de la democracia de América en República Dominicana) el coronel Francisco –Francis– Caamaño respondió mi pregunta sobre el destino final de la rebelión constitucionalista que lo contó como principal dirigente en abril de 1965. La entrevista citada se desarrolló en Londres, diez meses después de aquel estallido, abortado por la intervención militar norteamericana; el hombre que me hablaba, luciendo un fino fumoir de seda y ofreciendo cigarrillos importados en el elegante departamento del Palace Gate que ocupaba como agregado naval de la embajada dominicana en Gran Bretaña, parecía tener poco que ver con el corpulento y hosco militar, tocado con un Stetson de anchas alas, que las radiofotos nos habían acercado durante aquellos días sangrientos y angustiosos.