“Cultura socialista”
1910 «Cuarenta y dos banderas, pertenecientes a otros tantos gremios y oficios, agrupaban a su alrededor a los obreros madrileños y a muchos niños de ambos sexos que reciben instrucción en las escuelas del Grupo de Cultura Socialista. Los niños, alternando con el orfeón, cantaban la 'Internacional', la 'Marsellesa', el 'Himno al 1º de Mayo' y 'Los hijos del Trabajo'.» (“La fiesta del 1º de Mayo”, Nuevo Mundo, Madrid, jueves 5 mayo 1910, nº 852, pág. 19.)
1911 «¡Trabajadores! Para demostrar vuestra solidaridad con los obreros albañiles y protestar del proceder de sus explotadores, la Casa del Pueblo os convoca a un gran mitin, esperando acudáis a él como un sólo hombre. Madrid, 27 de Abril de 1911. Obreros Canteros, Agrupación Socialista, Comité Nacional del partido socialista, Comité Nacional de la Unión general de Trabajadores, Juventud socialista, Agrupación Femenino-socialista, Orfeón socialista, Grupo de Educación y Cultura socialista, Grupo del Norte, Escuela Nueva...» (“El Manifiesto de la Casa del Pueblo”, El País, Madrid, 28 abril 1911, pág. 3.)
1912 «Congreso socialista. Hoy comenzarán las tareas del IX Congreso Nacional del partido obrero socialista español. […] Escuela Nueva. Esta colectividad, de reciente creación, concurre por primera vez a un Congreso del partido. Aunque no ha ingresado en él de hecho, puede considerársela como centro de cultura socialista, puesto que se acoge a su táctica, y las enseñanzas que en ella se dan, aun por profesores no socialistas, no han de herir a la ortodoxia del Partido. Por estas circunstancias, el Comité Nacional ha concedido representación a Escuela Nueva, aunque sólo tenga voz y no voto. El representante elegido por esta Sociedad es el sabio doctor Jaime Vera, legítima gloria del Partido Socialista Español.» (El Liberal, Madrid, 25 septiembre 1912, pág. 3.)
1914 «Han asistido este año las siguientes Sociedades: Agrupación socialista, Comité Nacional de la Unión General de Trabajadores, partido republicano federal, agrupación socialista del Puente de Vallecas, grupo de Educación y Cultura socialista, Escuela Nueva, Cooperativa socialista...» (“La Fiesta del Trabajo”, La Correspodencia de España, Madrid, 2 mayo 1914, pág. 1.)
«Entre la clase obrera, hay que decirlo con pena, es mayor la fe socialista que la cultura socialista, pues si la primera es relativamente grande, la segunda es casi nula: se lee muy poco, no se estudia apenas, se prefiere la noticia sensacional que no obliga a pensar, al artículo doctrinal que despierta el cerebro a concepciones nuevas.» (Emilio López Llamas, “Lugo”, Acción Socialista, Madrid, 26 de septiembre de 1914, pág. 11.)
1918 «Bien, bien. Es natural que los católicos nos dolamos de que nuestro dinero y nuestras cosas, dados para toda necesidad, sin mirar campos, precisamente no se dejen servir para remediar las necesidades de nuestros obreros; pero nos complacen mucho todos estos botoncitos de muestra, que dicen cómo es la tolerancia socialista, la cultura socialista, y sobre todo, la moral socialista.» (“El arroz a precio de tasa”, Diario de Valencia, 3 julio 1918, pág. 1.)
1919 «Rusia. El Gobierno bolchevikista. San Petersbuego. El profesor Rostovtzeff, de la Universidad de San Petersburgo, en un interesante artículo describe la actuación del famoso Gobierno bolchevikista, que ahora domina en lo que fue el vasto Imperio de los zares. […] Los bolchevikistas, recanociendo los resultados destructivos de su obra, alegan que destruyendo el sistema económico, proceden a la fundación de un nuevo orden social, basada en una forma más alta de civilización, o sea, a la nueva “cultura” socialista. A continuación procuraré trazar un cuadro de lo que llaman los bolchevikistas su cultura socialista. Empecemos con la ciencia y educación rusa. Al frente de la ciencia rusa estaba desde el tiempo de Pedro el Grande la Academia Rusa de Ciencias. Esta ha creado la ciencia rusa, y, juntamente con las Universidades rusas, logró captarse los respetos del mundo científico. En el primer momento, los bolchevikistas no se atrevieron a poner sus manos sobre este centro de la cultura rusa. Pero cuando me retiré de San Petersburgo, los Círculos bolchevikistas habían ya decidido acerca de la suerte de la Academia. Esta había de ser democratizada; es decir, destruida.» (El Día, Madrid, 23 enero 1919, pág. 2.)
Pedro González García, Cultura socialista. Conferencia desarrollada en el Centro Obrero de Mieres (Asturias) en la velada conmemorativa de la Commune y Marx, la noche del 18 de marzo de 1919, Imprenta 'La Cruz', Oviedo 1919, IV+35 páginas. [BPO Ast R C 159-12]
«The Times publica un artículo del catedrático de la Universidad de Petrogrado y miembro de la Academia rusa de Ciencias, M. Rostovtzeff, describiendo el efecto del régimen bolchevikista en las profesiones intelectuales. […] Con las universidades ocurre lo mismo. Los bolchevikis no titubean en enviar a los Centros de enseñanza sus Ejércitos mercenarios, chino o rojo, para que dispersen a estudiantes y profesores con pleno poder para fusilar a quién les parezca. “Todo es –dicen– en beneficio de la nueva cultura socialista.” Pero en contra de todos estos horrores, no se registra ningún principio bueno de esa nueva cultura. No se ha creado ningún tipo de Escuela. Todo lo que se hace es destruir sistemáticamente.» (“Los crímenes del bolchevikismo. Los bolchevikis contra la cultura. Declaraciones de un catedrático ruso”, La Gaceta de Tenerife, diario católico de información, 11 abril 1919, pág. 1.)
«Libros recientes. Españoles. Cultura socialista. Conferencia desarrollada en el Centro Obrero de Mieres (Asturias), en la velada conmemorativa de la Commune y Marx, la noche del 18 de marzo de 1919, por Pedro González García, catedrático de Filosofía del Instituto de Oviedo.» (La Lectura, Madrid, mayo 1919, nº 221, pág. 195.)
1920 «Socialismo. Los Consejos de Fábrica. Inglaterra es, por excelencia, el país de los Comisarios de Fábrica (Sohp Stewards) y de las Comisiones mixtas. En Austria el gobierno de la República les ha hecho obligatorios en ley de junio de 1919. En Italia son objeto ahora de apasionadas discusiones entre el elemento obrero, suscitada la cuestión en Turín, donde se publica un periódico fundado para su defensa: El Orden Nuevo, semanario de cultura socialista. En Rusia la institución de los Consejos de Fábrica está empezando a ser la base de la nueva organización de las industrias nacionalizadas...» (“Notas de febrero”, La Lectura, febrero 1920. nº 230, pág. 164.)
1922 «Cultura socialista. El Grupo sindical de metalúrgicos de la Agrupación socialista celebrará el tercer acto de cultura socialista el lunes, a las ocho de la noche, en la secretaría número 8 de la Casa del Pueblo. Se dará fin a la lectura comentada sobre el libro de Pablo Iglesias, por Severo García.» (La Libertad, Madrid, 15 octubre 1922, pág. 3.)
1924 «Cultura socialista. Lisboa. Organizadas por la Comisión de Propaganda del Centro Socialista de Lisboa, comenzarán a funcionar en breve unas clases que se denominarán de Cultura Socialista, cuyo objeto es difundir los conocimientos, ideas y doctrinas del partido socialista.» (Correo de la Mañana, Madrid, 22 octubre 1924, pág. 2.)
1925 «La pertinacia de la revista Renovación social (tribuna de los señores profesores del profesorado de la ciencia del ex-Grupo de la Democracia Cristiana), en el error de que lo social no es religioso ni irreligioso, contra la doctrina de la sana razón, de los Sumos Pontífices y del Episcopado, tan hermosamente expuesta por Monseñor Tedeschini en el citado discurso..., es lamentable. […] ¿Estudió ese obrero y logró el convencimiento de la Verdad sociológica? Entonces sabe que la Religión es el fundamento de esa verdad y no la olvida. ¿Estudió socialismo y se apestó de cultura socialista? Entonces arremete contra la Religión, en razón directa de su “cultura” socialista. Mire Renovación social lo que no hace mucho tiempo decía el señor Obispo de Ávila en su Pastoral sobre “El legítimo obrerismo y la herejía socialista”.» (Fabio [Emilio Ruiz Muñoz Pbr. 1874-1936], “Sobre 'extremismos', primer ejemplo”, El Siglo Futuro, Madrid, 26 mayo 1925, pág. 1.)
«Convencidos de que a nuestros lectores les agradará conocer el siguiente artículo escrito por Trotski y publicado recientemente en la interesante Revista de Moscou Voprosy Stenograffi (Cuestiones taquigráficas), vamos a reproducirlo. […] Pero aun en su estado actual, aunque la Taquigrafía sea una especialidad sutil, reservada a un número relativamente reducido de profesionales, su papel social es inapreciable e irá creciendo. En los primeros años de los soviets ha sido utilizada principalmente en política. Los servicios que aun está llamada a rendir en este respecto en lo porvenir serán importantes; pero aparte de esto, recibirá aplicaciones cada vez más numerosas; será de día en día más utilizada en las ciencias, en las artes, en todas las ramas de la cultura socialista. En cierto sentido se puede decir que el grado de nuestra cultura pública se medirá por la importancia del lugar que en ella ocupe la Estenografía.» (“Trotski y la taquigrafía”, El Luchador, diario republicano, Alicante, 7 octubre 1925, pág. 1.)
1926 «Cultura socialista. La Juventud Socialista de Santander ha solicitado de la Federación Obrera Montañesa, se le autorice establecer en la Casa del Pueblo de la ciudad una estación radiotelefónica receptora, con el fin de ofrecer a los trabajadores que integran este importante organismo un recreo altamente educativo. Celebramos la iniciativa, augurándole un éxito completo, pues el Pleno federal aceptó con gusto la proposición y encargó a la Ejecutiva facilitara el funcionamiento de tan grato servicio.» (Ondas. Órgano oficial de 'Unión Radio' y de la 'Unión de Radioyentes', Madrid, 18 julio 1926, nº 57, pág. 26.)
1928 «Este papel de organizador de la nueva sociedad humana presupone la madurez cultural del proletariado, su auto-transformación interior y la formación por él de nuevos cuadros capaces de asimilarse todos los conocimientos científicos, técnicos y administrativos necesarios para la edificación del socialismo y de la nueva cultura socialista.» (Programa de la Internacional Comunista [VI Congreso Mundial, Moscú, 1º de septiembre de 1928], pág. 50 de la versión en español de Ediciones de ¡Adelante!, Anderlecht-Bruselas [≈1928], impresa en La Cootypographie, de Courbevoie.)
1931 «El partido Socialista en Tenerife. Notas de su labor cultural. Cuando los jóvenes socialistas de Tenerife se reunieron por primera vez para intentar crear una justa organización de la lucha de clases, apareció en todos los pensamientos de esta juventud, una idea que fue levantada en alto, como una bandera internacional y que poco a poco se estructuró con perfiles recios y decisivos. Este pensamiento de juventud fue emprender urgentemente una cruzada de divulgación de la cultura socialista a lo largo de todos los frentes de la isla. Porque la juventud pensaba que si el socialismo ha llegado a ser un brazo fuerte en el mundo, fue porque antes había creado en la Universidad de la vida y del trabajo un pensamiento.» (La Prensa, diario republicano, Santa Cruz de Tenerife, 27 mayo 1931, pág. 8.)
«Ya sé yo que no en España, sino en el mundo todo, hoy la propaganda y la cultura socialista se van difundiendo en muchas ramas, y atiende menos a la Filosofía que a otras disciplinas más prácticas, como, por ejemplo, la Economía o el Derecho; pero creo que hoy, más que nunca, es preciso que la reflexión filosófica penetre en el espíritu socialista, no solamente en los espíritus individuales, sino que se constituyan las ideas filosóficas como una guía de la acción de los partidos.» (Julián Besteiro, “Filosofía y socialismo”, Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, Madrid, 31 mayo 1931, nº 853, pág. 151.)
1932 «Los arriendos colectivos son marxismo en la práctica. Hoy, con sus imperfecciones, un esbozo de la forma comunista de la propiedad. ¿Se observa todo esto? ¿Se comprende la necesidad de resolver el problema del campo, que es un problema de cultura socialista, con la mayor brevedad? Las fuerzas en calidad son las verdaderamente útiles, no las de cantidad, acaso montón numeroso de ceros sin valor ni provecho. Los camaradas propugnadores de una rápida conquista del Poder para la clase trabajadora han soslayado este problema como si el problema estuviese resuelto de antemano.» (Segundo Serrano Poncela, “Marxismo. I. Obrero del campo”, Renovación. Órgano de la Federación de Juventudes Socialistas de España, Madrid, 9 de julio de 1932, pág. 4.)
1934 «La biblioteca de la Cultural Socialista. Después de las reformas en ella introducidas, ayer volvió a abrirse al público la Biblioteca de la Cultural Socialista.» (La Región, periódico de clase, Santander, 2 octubre 1934, pág. 2.)
«Cultura socialista. Unos salvajes de Jaen apalean a unos niños porque cantaban villancicos. Jaen, 28. En Villadompardo un grupo de individuos de ideología socialista se propusieron impedir que cantasen por las calles villancicos, según costumbre tradicional. Se embriagaron y bajo las órdenes del cabecilla Francisco Cañada se lanzaron a la calle provistos de armas blancas y garrotes y la emprendieron a golpes con varios muchachos que iban cantando.» (Región, Oviedo, 29 diciembre 1934, pág. 1.)
1935 «Pero ha venido el paro. El obrero parado no puede aplicar esos conocimientos de que se ha provisto. Para distraer el tedio de la inacción está el deporte. Del deporte se apodera el marxismo, lo explota para sus fines, crea asociaciones de vida común en que se practica la coeducación de los sexos, les inspira aspiraciones de liberación, de camaradería, les propone un ideal de solidaridad. Es la cultura socialista infiltrada en almas juveniles. Pero el ideal de esa cultura es en realidad limitado y pobre. En definitiva camina a la destrucción de los valores del espíritu que son necesarios a la convivencia humana.» (Salvador Minguijón, “La educación marxista y la cristiana”, El Día, Alicante, 3 enero 1935, pág. 1.)
1936 «Se han puesto a la venta. Cuadernos de cultura socialista. Principios del comunismo, Engels, 0'50. Actualidad de Rosa Luxemburgo, Hans Wol, 0'50. […] Pedidos: Calle J. Manent 43, San Luis.» (Justicia social, órgano de la federación socialista menorquina, Mahón, 23 mayo 1936, pág. 3.)
1946 “Biblioteca de Cultura Socialista” de Editorial Claridad, Buenos Aires.
1954 «El franquismo se afana particularmente en perseguir y prohibir toda referencia al gigantesco desarrollo de la cultura socialista en la Unión Soviética. ¡Como si pudiera borrarse del mapa el país del mundo más adelantado desde el punto de vista de las relaciones sociales, de la técnica, de la ciencia y de la cultura en general, el país que marcha a la vanguardia de la civilización universal! Sin embargo, el prestigio de la ciencia, de la literatura, del cine y del teatro soviéticos, así como las grandes realizaciones en el terreno económico-social, no hay censura que pueda oscurecerlo, lo mismo que la prohibición de tocar las obras de los compositores soviéticos no puede ahogar en nuestros músicos el interés y la admiración por esas obras.» (“Mensaje del Partido Comunista de España a los intelectuales patriotas”, Abril de 1954.)
1959 «Cultura socialista. Cultura de tipo nuevo, superior, parte integrante del régimen social y político socialista, creada por las masas trabajadoras bajo la dirección del partido marxista. Tiene por misión edificar la sociedad comunista y educar a los constructores activos y conscientes de esta sociedad.
La cultura socialista representa el balance histórico de las realizaciones de toda la cultura humana anterior, la suma del desarrollo cultural de la humanidad. Sin embargo, difiere radicalmente de todas las culturas que la han precedido. La cultura socialista se formó y tomó cuerpo después de la revolución socialista, bajo la dictadura del proletariado. En la sociedad capitalista, el proletariado, clase explotada, no está en condiciones de crear más que ciertos elementos de su cultura.
La cultura socialista se desarrolla sobre la base del régimen social más avanzado, después de la instauración de la propiedad colectiva de los medios de producción, la supresión de la explotación del hombre por el hombre, cuando dominan las relaciones de producción socialistas que constituyen la nueva base económica de la sociedad. La base política de la cultura socialista, es el poder soviético así como el poder democrático popular que permiten al pueblo asimilar todas las realizaciones de la cultura y desarrollar sus aptitudes y talentos. El marxismo-leninismo constituye la base ideológica de la cultura socialista.
La cultura socialista se distingue por los rasgos específicos siguientes. Es ante todo, una cultura auténticamente popular. Es la obra del pueblo y sirve sus intereses; educa en las grandes ideas del comunismo, estimula y desarrolla la energía creadora de amplias masas, artesanos activos y conscientes del comunismo. Hundiendo sus raíces en las capas más profundas, la cultura del pueblo soviético refleja su vida, su gran trabajo creador, y expresa sus ideales y sus aspiraciones, sus intereses vitales, por inspirarse en las ideas del comunismo científico, de la lucha por la sociedad comunista, la cultura socialista es hostil a toda idea de explotación y de opresión.
La cultura socialista es multinacional, y ése es su rasgo particular. La edificación de la sociedad y de la cultura socialistas implica la liquidación del retraso económico y cultural de los pueblos antes oprimidos. El leninismo considera la cultura creada por un pueblo liberado como una cultura socialista por su contenido y nacional por su forma. “...la cultura proletaria, socialista por su contenido, adopta diversas formas y diferentes modos de expresión en los distintos pueblos incorporados a la edificación socialista, en consonancia con las diferencias de idioma, del modo de vida, &c. Proletaria por su contenido, nacional por su forma: tal es la cultura universal hacia la que marcha el socialismo. La cultura proletaria no suprime la cultura nacional, sino que le da contenido. Y, por el contrario, la cultura nacional no suprime la cultura proletaria, sino que le da forma”. (Stalin, Obras, Moscú, 1954, Ed. esp., t. VII, p. 141). Todo el progreso creado por las culturas nacionales de los pueblos de la URSS y de los demás países, ha sido integrado en la cultura socialista. Esto concierne, en primer lugar, a los elementos democráticos y socialistas de las culturas nacionales, los cuales no desaparecen con la liquidación de la antigua base, sino que por el contrario, son utilizados por las fuerzas sociales de vanguardia para desarrollar todavía más la cultura espiritual.
La cultura socialista soviética es profundamente patriótica y está penetrada del espíritu de orgullo nacional: está orgullosa de su régimen social avanzado que estimula el desarrollo de la cultura nacional de cada pueblo y enriquece así la cultura humana.
La cultura de los pueblos de la U.R.S.S. está ligada por vínculos de fraternidad indisolubles a la cultura del pueblo ruso que ayudó a las naciones esclavizadas por el zarismo a liberarse de la opresión nacional, política y económica. Por su contenido y sus finalidades, la cultura socialista difiere fundamentalmente de la cultura de las clases explotadoras: su objetivo es formar a las masas en el espíritu del internacionalismo proletario y del patriotismo soviético. La cultura socialista no se aparta de las realizaciones de la ciencia y de la técnica de vanguardia, así como del arte progresista del extranjero. Los sabios y los ingenieros, los escritores y los artistas soviéticos, amplían año tras año, sus relaciones con sus colegas de los países capitalistas. A su vez, numerosas delegaciones extranjeras visitan la U.R.S.S. y toman conocimiento así con las realizaciones de la cultura socialista.
Uno de los rasgos característicos de la cultura socialista es su humanismo: ella sirve no a un puñado de capitalistas, sino a las masas trabajadoras, y se propone como objetivo el desarrollo armonioso de sus aptitudes psíquicas y espirituales. Este humanismo de la cultura socialista, fluye de la ley económica fundamental del socialismo: asegurar al máximo la satisfacción de las necesidades materiales y culturales sin cesar crecientes de toda la sociedad.
El auge de la cultura socialista soviética se refleja en el desarrollo de la emulación socialista en escala nacional, para aumentar la productividad del trabajo, adueñarse de la técnica moderna y perfeccionar los métodos de trabajo. El movimiento de los innovadores en la producción ha señalado el comienzo de la elevación del nivel cultural y técnico de la clase obrera al nivel de los técnicos e ingenieros, lo que debe culminar en la supresión de la diferencia esencial entre el trabajo intelectual y el trabajo manual.
La cultura socialista se desarrolla en la lucha contra la cultura burguesa reaccionaria, contra la supervivencia del capitalismo en la conciencia y en la vida de los hombres. Las decisiones adoptadas después de la guerra por el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética sobre las cuestiones ideológicas, condenaron el apoliticismo, la ausencia de ideas, el formalismo en la literatura y el arte, la adulación de la cultura burguesa reaccionaria. El Partido mostró a los literatos y a los artistas soviéticos que la literatura y el arte deben guiarse siempre por lo que constituye la base vital del régimen soviético o sea, la política del Partido; que deben estudiar a fondo la vida del pueblo y ligarse a él por vínculos estrechos; que deben encarnar en sus personajes los rasgos de los soviéticos, hombres de tipo nuevo, mostrarlos en toda la grandeza de su dignidad humana, y contribuir de ese modo a formar en los trabajadores soviéticos las más bellas cualidades humanas.
El desarrollo de la cultura socialista en el país de los Soviets es de un alcance inmenso para los países de democracia popular (V.) que al edificar el socialismo y, al crear una nueva cultura, socialista por su contenido y nacional por su forma, utilizan como creadores la experiencia de la revolución cultural (V.) y de la edificación cultural de la U.R.S.S. A su vez, los soviéticos estudian las realizaciones científicas y culturales de esos países y las adoptan en su lucha por un nuevo florecimiento de la cultura socialista. La cultura soviética es una fuerza que inspira a los pueblos del mundo entero, en su lucha por la paz, la democracia y el socialismo. Ella coloca los fundamentos sólidos de una cultura universal, la cultura comunista.» («Cultura socialista», M. Rosental & P. Iudin, Diccionario filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1959, págs. 106-107.)
1961 «Los comunistas refuerzan la “rusificación” de la URSS. Abolida la “referencia cultural nacional”, se propaga la “cultura socialista”. Estocolmo. (Crónica especial para Agencia Fiel-top, por E. B. P.) En septiembre de 1960, con motivo de la Asamblea General de la ONU, Jruschov declaró ante unos periodistas que le “partiría la cara” a cualquiera que se atreviese a insertar en la orden del día el colonialismo soviético. Luego viene la escena de golpear la mesa con el zapato, cuando el representante de Filipinas quiso someter a un examen profundo la opresión soviética de los pueblos.
Alguien que no tuviese nada que disimular, no hubiese necesitado comportarse de esa forma. Pero Jruschov y sus compinches, en efecto, tienen mucho que ocultar. Nada les resulta más desagradable que el mundo se entere de que la URSS es la mayor potencia colonialista de nuestro tiempo, cuando no de la historia universal.
Los comunistas han conservado de la herencia de los zares rusos un gran número de pueblos, y, en su historia que tiene ya más de 40 años, han agrandado continuamente su imperio colonial. Actualmente, Moscú está todavía plenamente dedicada a la tarea de rusificar la herencia del tiempo de los zares. El Kremlin no ha conseguido hacerlo hasta ahora, porque esos pueblos, que en su mayor parte llevan siglos oprimidos, continúan aspirando a la independencia y a la libertad.
En cuanto al problema de las nacionalidades, la política soviética ha cambiado de línea a menudo. A veces tuvo que ceder, pero en general ha sujetado con mano firme a sus súbditos y destruido de forma extremadamente brutal todas las aspiraciones a la libertad. Stalin intentó resolver esos problemas por medio de fusilamientos en masa. Jrushov, su sucesor en el puesto de dictador, lo intenta de distinta manera.
El XXI Congreso del Partido Comunista de la URSS se celebró bajo el signo de “periodo de transición”. Fue seguido por un gran número de instrucciones obligatorias. El 9 de enero de 1960 se establecieron, por consigna, “las tareas de la propaganda del partido en las condiciones actuales”: “Hay que llevar a cabo una lucha implacable contra los síntomas de nacionalismo burgués, contra la tendencia a la idealización y a borrar los contrastes sociales del pasado, contra la desfiguración de la verdadera historia de tal o cual nación y de sus relaciones con los demás pueblos de la URSS, y contra cualquier síntoma de aislamiento nacional”. Pero esa orden se aplica únicamente a los pueblos oprimidos por Moscú. Por ese camino se intenta realizar, por fin, la integración definitiva de todos los pueblos no rusos de la URSS. Los funcionarios del partido de las repúblicas no rusas deben observar estrictamente las instrucciones de Moscú. El primer secretario del Comité Central del P. C. de Uzbekistán, Salaf Rasidovic Rasidov, escribió sobre el tema “Reunido para siempre con el pueblo ruso”. En la redacción, exigía: “El internacionalismo no pide en absoluto una disminución del interés hacia el idioma, la literatura, la cultura rusa, sino más bien un acrecentamiento de ese interés. El idioma ruso es el de la civilización socialista más alta del mundo”. Y continuaba calificando, exaltadamente, al pueblo ruso de “El pueblo de espíritu vivo y corazón generoso, al que no se parece ningún otro pueblo vivo del mundo”.
Todos los congresos de los partidos comunistas en las repúblicas no rusas de la URSS, celebrados a lo largo del año pasado, se ocuparon en primer lugar del “nacionalismo nacional”, que fueron siempre severamente condenados. Pero, igual que siempre, los comunistas luchan solamente contra lo que les hace daño, contra todo lo que se opone a sus proyectos. A través de esas resoluciones, se ve, pues, que los pueblos oprimidos se oponen al sistema soviético.
Se había decidido, con motivo del XIX Congreso del Partido Comunista de la URSS, celebrado en 1952, bajo la dominación de Stalin, que la cultura socialista soviética debía estar basada en la civilización rusa. En los primeros años que siguieron a la muerte de Stalin, muchos publicistas nacionales proscritos hasta entonces, fueron rehabilitados y calificadas sus obras de “herencias culturales nacionales”. Pero cuando los comunistas se dieron cuenta de que esa “herencia cultural nacional” se hacía peligrosa para sus verdaderas intenciones, recurrieron a sus antiguas resoluciones.
Tras unos años de espera, Moscú ha reforzado de nuevo su política rusófila. Las lenguas nacionales son suprimidas a la fuerza en la administración, las escuelas y las universidades. Las emisoras de radio de las repúblicas no rusas de la URSS difunden cada vez menos programas en las lenguas nacionales. Los periódicos publican artículos en ruso, en medida creciente. Las lenguas nacionales han desaparecido casi, sobre todo en las repúblicas eslavas. En Letonia y en Azerbaiyan, los P. C. locales se oponen cada vez más al aumento continuo de las lecciones de ruso. Sin embargo, Moscú envía continuamente comisiones depuradoras y, de esta forma va alcanzando su fin.» (El Comercio, Gijón, 17 junio 1961, pág. 7.)
1965 «La cultura socialista, que hereda todos los resultados progresivos del pasado, se diferencia de manera radical de la cultura burguesa de nuestro tiempo, tanto por su esencia ideológica como por su función social, hecho que refleja la superioridad general del modo socialista de produccion sobre el capitalista. No es posible crear y afirmar la cultura socialista sin realizar la revolución socialista, de la que forma una parte componente e inseparable la revolución cultural. Los rasgos distintivos de la cultura socialista son: carácter popular, ideales comunistas, concepcipón científica del mundo, humanismo socialista, colectivismo, patriotismo e internacionalismo socialistas. El papel rector en la creación y en el desarrollo de la cultura socialista lo desempeña el Partido Comunista, cuya acción influye sobre toda la actividad cultural y educativa del Estado socialista.» («Cultura», M. Rosental & P. Iudin, Diccionario filosófico, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1965, págs. 98-99.)
«Naturalmente, “no se puede crear una cultura de clase a espaldas de la clase. Ahora bien, para edificar esa cultura (proletaria) en cooperación con la clase, en estrecha relación con su expansión histórica general, hay que... construir el socialismo”. Es decir, hay que suprimir al proletariado. Pero entonces, una vez suprimida, con el proletariado, la sociedad de clases, será el momento de crear, no una cultura proletaria, de clase, que carecería de todo fundamento social, de todo sujeto colectivo, sino una cultura socialista universalista “basada en la solidaridad”. De ahí la contradicción insalvable de todo intento teórico o práctico de elaborar una “cultura proletaria”. Y no se diga que el marxismo es ya un elemento esencial de la cultura proletaria. Porque el marxismo, dice Trotsky, “se edificó enteramente sobre la base de la cultura científica y política burguesa...”.» (Francisco Fernández-Santos, “Trotsky, nuestro contemporáneo”, Cuadernos de Ruedo ibérico, nº 2, pág. 127.)
1968 «Todo ello se encuentra determinado por el hecho de que en nuestro país se aniquiló para siempre el monopolio de las clases explotadoras sobre la instrucción y los valores culturales, la cultura se ha convertido en patrimonio de millones de individuos, que la cultivan y la enriquecen. Las más amplias masas del pueblo, con su trabajo y con su polifacética obra creadora, con su activa lucha por el comunismo, no sólo contribuyen a que la economía del país progrese y a que nuestras instituciones políticas se perfeccionen, sino que cooperan, además, a que florezca la cultura socialista.» (“El progreso social bajo el socialismo”, en Pedro Fedoséiev, Dialéctica de la época contemporánea [1966], traducción de Augusto Vidal Roget, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1968, pág. 229.)
“Biblioteca de Cultura Socialista” de Editions Ruedo Ibérico, París.
1978 «En su elaboración de la teoría de la cultura socialista y de la revolución cultural, Lenin refuta las tesis menchevique-trotskistas y las concepciones idealistas y nihilistas de Bogdánov y de los seguidores de la Proletkult. Las concepciones menchevique-trotskistas se reducían a negar la posibilidad de crear una cultura socialista; entrañaban, pues, la capitulación ante la cultura burguesa. La Proletkult difundía concepciones antimarxistas al pretender separar la cultura de la política, de la construcción del socialismo y del Estado soviético, patrocinando la creación de una cultura proletaria “pura” que rechazara el legado cultural del pasado. En esencia, las concepciones machistas de Bogdánov constituían la base filosófica de la Proletkult. Para Bogdánov, la cultura no era el resultado lógico del desarrollo de la sociedad, sino la “experiencia socialmente organizada”, el conjunto de las vivencias de los individuos. Lenin criticó esta variante de ideología pequeñoburguesa subrayando que era teóricamente errónea y prácticamente nociva. Lo que necesitamos, decía, no es “invención de una nueva cultura proletaria, sino desarrollo de los mejores modelos, tradiciones y resultados de la cultura existente desde el punto de vista de la concepción marxista del mundo y de las condiciones de vida y de lucha del proletariado en la época de su dictadura”. Lenin indicó que la nueva cultura, la cultura socialista, surgía sobre la base de las nuevas relaciones sociales derivadas de la dictadura del proletariado y mediante la asunción crítica y la reelaboración de la cultura creada a lo largo del desarrollo de la humanidad.» (Historia de la filosofía, Progreso, Moscú 1978, 2:276.)