Filosofía en español 
Filosofía en español

Juan XXIII  

El vulgo hodierno algo ilustrado identifica “Juan XXIII” con el nombre institucional adoptado por el cardenal Roncalli cuando, a través del cónclave reunido en Roma, la Divina Providencia le hizo Papa el 28 de octubre de 1958. El vulgo hodierno más ilustrado y turista se habrá fotografiado en el Baptisterio de San Juan de Florencia ante el famoso monumento fúnebre de mármol y bronce, auspiciado por los Medicis y diseñado por Michelozzo y Donatello, que conserva los despojos de otro “Juan XXIII”, Baltasar Cossa, creado cardenal por Bonifacio IX en 1402 y elegido Papa de la Iglesia de Roma por la Divina Providencia en 1410, tras la muerte de Alejandro V, cargo al que renunció en 1415 ante el Concilio de Constanza, que obviamente presidía, para morirse en Florencia en 1419, sin haber cumplido los cincuenta años, como decano de los cardenales presididos por el papa Martín V, elegido en 1417 por la Divina Providencia en aquel Concilio de Constanza.

El gran filósofo español Feijoo trata de la “Voz del Pueblo” en el primer discurso de su Teatro crítico universal, donde inicia así el segundo punto: «Preguntado alguna vez el Papa Juan XXIII qué cosa era la que distaba más de la verdad? Respondió que el dictamen del vulgo».

Pero este “Juan XXIII” del que dice Feijoo es otro, pues de hecho se refiere ahí al primer papa que llevó ese nombre y ordinal, en cuya elección ya es más dudosa la intervención de la Divina Providencia, pues era francés y además tuvo ocasión de autoproclamarse en 1316, ego sum Papa, cuando un perezoso cónclave, ya vacante dos años la sede, reunido primero en Carpentras y luego en León de Francia, fue encerrado en una iglesia por el conde de Poitiers Felipe el Largo hasta que no produjese un papa, cónclave incapaz que acordó delegar la decisión en quien, con buen criterio, se autonombró… por los tiempos en los que esas gentes ambiciosas se empeñaban por convertir Aviñón en sustituto de Roma, símbolo inmarcesible y eterno del Imperio. Posteriores arreglos mundanos mantienen al nonagenario Juan XXIII (1244-1334), quien por cierto canonizó a Santo Tomás, como papa 196 de los reconocidos hoy por el Vaticano –aunque restándole un ordinal: le dicen ahora Juan XXII–. En 1507 este Juan XXIII llevaba el ordinal 205 en la obra de Stella, en la que, por ejemplo, se atribuía el puesto 108 a la papisa Juan VIII, mientras que hoy su predecesor, León IV, cuenta como 103; también dicen ahora que Juan XX nunca existió, &c.

1507 «Papa 205. Anno Christus 1317. Johannes Papa eius nominis XXIII, episcopus portuensis: Iacobus Cartucensis antea vocatus. […] Eandem anno etaris suæ XC avinioni moriens: tantam in thesauris suis auri τ argenti vim reliquet: questam vnque nullus ante eun pontifex fecerit: interrogatum hic aliquem quid foret a veritate remotius: respondit vulgi sententia: nam quicquid laudat vituperio dignum est: quicquid cogitat vanum: quicquid loquitur falsum: quod improbat bonum est τ quod approbat malum est: τ quicquid extollit infame.» (Johannes Stella, Vite ducentorum et triginta summorum pontificum, a beato Petro apostolo; usque ad Julium secundum modernum pontificem, Basilea 1507, signatura Jii recto y vuelto.)

¿ Juan XXIII → Petrarca → Comedia de Calixto y Melibea ?

1492 «❡ Ra. Vulgus insanos sapientes dicere: & sapientes insanos: iure suo didicit: quod est: ut falsa pro veris veraque pro falsis habeat. Nihil est a virtute: vel a veritate remotius quam vulgaris opinio.» (Francesco Petrarca [1304-1374], De remediis utriusque fortunae [1360-1366], Bernardinus Misinta und Caesar Parmensis, Cremona 1492 [Hain 12793], De Sapientia Dialogus xii, sign. bz vuelto.)

1499? «Areusa. Ninguna cosa es mas lexos de verdad que la vulgar opinion: nunca alegre viviras si por voluntad de muchos te riges, porque estas son conclusiones verdaderas, que qualquier cosa que el vulgo piensa es vanidad; lo que fabla, falsedad; lo que reprueva es bondad; lo que aprueva, maldad. τ pues este es su mas cierto uso τ costumbre, no juzques la bondad τ hermosura de Melibea por esso ser la que afirmas.» (Comedia de Calisto τ Melibea –[Fadrique de Basilea] Burgos 1499–, reimpresión por R. Foulché-Delbosc, Bibliotheca hispánica, Barcelona-Madrid 1902, noveno auto, pág. 110, líneas 26-33.)

1500 «Are. ninguna cosa es mas lexos de verdad que la vulgar opinion: nunca alegre viviras si por voluntad de muchos te riges. Porque estas son conclusiones verdaderas: que qualquier cosa que el vulgo piensa es vanidad: lo que fabla falsedad: lo que reprueva es bondad: lo que aprueva maldad. Y pues este es su mas cierto uso: y costumbre: no juzques la bondad y la hermosura de Melibea por esso ser la que afirmas.» (Comedia de Calisto τ Melibea, [Pedro Hagenbach], Toledo 1500, noveno auto, signatura giii vuelto.)

1501 «Are. ninguna cosa es mas lexos de verdad que la vulgar opinion. nunca alegre viviras si por voluntad de muchos te riges. Porque estas son conclusiones verdaderas: que qualquier cosa que el vulgo piensa es vanidad: lo que habla falsedad: lo que reprueva es bondad lo que aprueva maldad. Y pues este es su mas cierto uso τ costumbre. no juzques la bondad y la hermosura de melibea por esso ser la que afirmas.» (Comedia de: Calisto τ Melibea, Estanislao Polono, Sevilla 1501, noveno auto, signatura g recto [folio 49r. BNF RES-YG-63])

1506 «Areu. Nessuna cosa e piu lontana del vero che la vulgare opinione: mai non viverai alegro se per volunta de multi te governi, per che queste son vere conclusioni: che qual si voglia cosa chel vulgo pensa: e vanita: e cio che parla e falsita: cio che reprova e bonta: e quello che approva e malignita: e poi che questo e suo certo uso e costume: non iudicare la bellezza e gentileza de Melibea per quello esser quella che affirmi.» (Tragicomedia di Calisto e Melibea novamente traducta de spagnolo in italiano idioma [per Alphonso Hordognez], Eucharium Silber alias Franck, Roma 1506, págs. [81v-82] del ejemplar BNE R/39835.)

1510 «❡ Ra. El vulgo por su derecho ha aprendido llamar a los locos sabios, y a los sabios locos, que es tanto como tener lo falso por verdadero / y lo verdadero por falso, ninguna cosa ay mas apartada de la virtud o de la verdad que la opinión del vulgo.» (Francisco Petrarca, De los remedios contra próspera y adversa fortuna, Diego de Gumiel, Valladolid 1510, De la sabiduría, Diálogo xii, signatura ciii vuelto.)

1524 «❡ Razón. El vulgo por su derecho ha aprendido llamar a los locos sabios, τ a los sabios locos, que es tanto como tener lo falso por verdadero: y lo verdadero por falso, ninguna cosa ay mas apartada de la virtud o de la verdad que la opinión del vulgo.» (El libro del famoso poeta y orador Francisco Petrarca De los remedios contra próspera y adversa fortuna, Salamanca 1524, Diálogo xii, De la sabiduría, fol. ix.)

Uno de los principales transmisores de la sentencia atribuida a Juan XXIII popularizada entre nosotros por Feijoo fue Juan Baleo (1495-1563, Baleus o Balæus en latín, John Bale en inglés, Obispo de Ossory en Irlanda), un desgraciado carmelita inglés renegado y converso al protestantismo: «Juan Baleo, aquel pérfido Pseudo Obispo, impurísimo Escritor y Centuriador desvergonzado, cual Hydra de la Inglesa Lerna multiplicó cabezas, para derramar por muchas bocas el veneno de sus infames calumnias contra el Catolicísimo Escoto…» (Fr. José Jiménez Samaniego, Vida del venerable padre Juan Dunsio Escoto, Madrid 1741, pág. 196), «Juan Baleo inglés, perseguidor muy insolente de los Romanos Pontífices…» (Juan Lorenzo Verti, Compendio de la Historia Eclesiástica, Madrid 1787, tomo 3, pág. 255), &c.

Juan Baleo fue autor prolífico, y sus obras repetidas veces traducidas y reeditadas por los hijuelos de Lutero. Su Acta Romanorum pontificum, a dispersione discipulorum Christi, usque ad tempora Pauli quarti, qui nunc in Ecclesia tyrannizat (Basilea 1558), fue velozmente traducida al francés: Les vies des evesques et papes de Rome, depuis la dispersion des Disciples de Iesus Christ, iusques au temps de Paul quatrieme, qui a present regne tyranniquement en l'Eglise (Ginebra 1561); al inglés: The Pageant of Popes contayning the lyves of all the Bishops of Rome, from the beginninge of them to the yeare of Grace 1555 (Londres 1574, traducida por John Studley), &c.

1558 «Bulla revocationis huius Ioannis, super animarum fœlicitate ante diem iudicii, habetur in Petri Præmonstratensis chronico. Interrogatus aliquando, quid foret à veritate remotius? Respondit: Vulgi sententia. Nam quicquid laudat (inquit) vituperio dignum est: quicquid cogitat, vanum: quicquid loquitur, falsum: quod improbat, bonum est: quod approbat, malum: & quicquid extollit, infame. Sed non videbat, quod ab iniquis pastoribus ac sacrificulis hæc hausissent.» (Ioannis Baleus, Acta Romanorum pontificum…, Basilea 1558: “137. Ioannes vicesimus tertius”, págs. 249-258, la cita al final, en 257-258.)

1561 «La bulle de la revocation de ce Jehan-ci touchant l’estat des ames devant le jour du jugement, est inferee aux Chroniques de Pierre de Premonstré. Estant quelque fois interrogué que c’est qui estoit le plus eslongné de la verite, il respondit, L’opinion du commun populaire. Car tout ce qu’il louë, dit-il, est digne d’estre vituperé: tout ce qu’il pense, est vain; tout ce qu’il parle, est faux: ce qu’il reprovve, est bonce qu’il approvve, est mauvais: & tout ce qu’il exalte est infame. Mais il ne voyoit pas que le commun peuple tiroit ceci des faux Pasteurs & meschans Prestres.» (Jean Baleus, Les vies des evesques et papes de Rome…, nouvellement traduites de Latin en François, Ginebra 1561: “137. Jehan 23. Jehan vingt & troisieme de ce nom, François de nation, fils d’Arnoul d’Ossa, nommé auparauant Iaques de Cahors, Cardinal Evesque du Port, apres l’espace de deux ans, durant lequel temps le siege fut vaquant a cause du different qui estoit entre vingt & trois Cardinaux, fut declaré Pape a Lyon. […]”, págs. 473-484, la cita al final.)

1574 No encontramos el periodo referido a la verdad y el vulgo en la versión inglesa (ya póstuma) de John Bale (The Pageant of Popes…, Londres 1574: “137. Iohn the xxiii”, folio 131v-134v) y en su lugar, al final de la parte 137 dedicada a Juan XXIII, aparecen unas consideraciones sobre el Obispo de Canterbury que no encontramos en la edición latina de 1558 ni en la francesa de 1561.

1603 «(Baleus en la vie des Papes) Le Pape Jean XXIII avoit oui parler de cela, qui interrogué quelquefois quelle chose estoit la plus eslongnee de verité? C’est, dit-il, l’opinion du vulgaire. Car tout ce qu’il louë merite blasme: ce qu’il pense n’est que vanité: tout ce qu’il dit n’est que mensonge: il condamne le bien, il aprovve le mal; & ne magnifie qu’infameté.» (Felipe Camerarius [1537-1624], Les meditations historiques… nouvellement tournez de Latin en François par S. G. S., Lyon 1603, Chap. XX: “De la fureur & cruauté farouche d’une populace superstitieuse & mutinée”, pág. 152.)

1608 «(Baleus en la vie des Papes) Le Pape Jean XXIII avoit oui parler de cela, qui interrogué quelquefois quelle chose estoit la plus eslongnée de verité? C’est, dit-il, l’opinion du vulgaire. Car tout ce qu’il louë merite blasme: ce qu’il pense n’est que vanité: tout ce qu’il dit n’est que mensonge: il condamne le bien, il aprovve le mal; & ne magnifie qu’infameté.» (Felipe Camerarius [1537-1624], Les meditations historiques… nouvellement tournez de Latin en François par S. G. S., París 1608, Chap. XX: “De la fureur & cruauté farouche d’une populace superstitieuse & mutinée”, pág. 286.)

Guillermo de Oonsel (1571-1630) difunde en 1627 la sentencia de Juan XXIII en cuatro lenguas

El fraile dominico Guillermo de Oonsel –“religioso de la orden de Santo Domingo. Nació en Amberes en 1571, y después de haber terminado los estudios en su patria y adquirido extensos conocimientos en literatura, se trasladó a España para aprender la filosofía. En este reino fue donde nació su vocación a la vida religiosa, entrando en el instituto de Santo Domingo el 19 de Marzo de 1593. Residió todavía algunos años en España y regresó despues a su patria para graduarse de licenciado en Lovaina, y recibir en seguida el bonete de doctor, de manos del general de su Orden. En lo sucesivo gobernó los conventos de Gante y de Bruges, distinguiéndose así por su talento y piedad como por la elocuencia y fervor de su predicación. Oonsel falleció repentinamente el 3 de Setiembre de 1630, de regreso de un viaje. Se conocen de este religioso dominico las obras siguientes:…” (Biografía eclesiástica completa, Madrid 1863, tomo décimoquinto, págs. 1074-1075)– recibe en Amberes, octubre y noviembre de 1625, las aprobaciones para publicar: Perspectiva Christianæ Nobilitatis - De Perspective oft Christelücken Edeldom - La perspective de la noblesse chrestienne - La perspectiva de la nobleza cristiana, en cuyo capítulo XXIV ofrece en cuatro lenguas la sentencia atribuida a Juan XXIII:

1627 «Jean Pape XXIII demande laquelle chose estoit plus esloignée de la verité, respondit, l'opinion du vulgaire. Car tout ce qu'il prise, est vituperable, & ses penses sont frivoles, & tout ce qu'il afferme est mensonge: car il condamne le bon, & le mal luy plaist.»

«El Papa Juan XXIII siendo preguntado, qué era lo que estaba más lejos de la verdad, respondió, la opinión del vulgo. Todo lo que el vulgo alaba, sea de vituperar, todo lo que piensa es vanidad, y todo lo que afirma es mentira: porque condena lo bueno, y aprueba lo malo.»

«Ioannes Papa XXIII interrogatus quid magis à veritate distaret? respondit, Opinio vulgi: quidquid enim vulgus laudat, vituperandum est, quod cogitat vanum eft, & quidquid affirmat mendacium est: condemnat enim bonum, & approbat malum.»

«Den Paus Johannes den 23. van diem naem gebraecht synde was dat t'verste vande warheydt was? seyde d'Opinie van t'volck: wat al dat t'volck drijft / is te osmade en dat het preyst is ydel / en al dat het sterckelyr seyt / is leuge. Want het laeckt het goet / en arnveert het quaet.»

(Guilelmus Oonselius, Ant. Ord. Praed., Perspectiva Christianæ Nobilitatis […] La perspectiva de la nobleza cristiana, por la cual se ve la verdadera Imagen de la virtud, y proeza, y la sombresilla de la vana gloria del mundo en su propia figura, y al vivo: para alcanzar la tranquilidad de la vida. Declarada con razones Morales, Políticas, y Históricas, Antuerpiae, Ex officina Hieronymu Verdussii, Anno 1627, Chap. XXIV - Capit. XXIV - Cap. XXIV - Het XXIV Cap., páginas 310 –francés y español– y 311 –latín y holandés–.)

1638 «18. But of two hundred and one and forty Popes, five onely attayned to fourescore yeeres of age, and upwards: The age of many of the first Popes being shortened by Martyrdome. Pope John the 23th, lived ninety yeeres compleate: A man of an unquiet disposition, and an Innovator, bringing in many alterations and changes, some for the better, but a great hoarder of Wealth and Treafure. Gregory the twelfth, by a factious Election created Pope, dyed at ninety yeeres of age, his short Papacy affording nothing worthy of observation. Paul the third lived eighty one yeeres, being of a quiet disposition, and profound judgement; a learned Astrologer, carefull of his health, and like the old Priest Ely, a father of his family. Paul the fourth being fourescore and three yeeres of age, was of a severe disposition, high-minded, and imperious; of a working fancy, and an eloquent ready speech. Gregory the 13th, living also fourescore and three yeeres, was a good man, politicke, temperate, and charitable.» (Francis Lord Verulam [1561-1626], The Historie of Life and Death, London 1638, “The Length and Shortnesse of Mans Life”, punto 18, páginas 98-99.)

Juan XXIII mencionado dos veces por Feijoo

Benito Jerónimo Feijoo menciona en su obra dos veces al papa Juan XXIII (al del siglo XIV, como era de esperar, pues bien sabía el benedictino que el Juan XXIII del siglo XV no contaba como papa, aunque lo hubiese sido y mantuviera su sepulcro magnífico), ambas en el primer tomo del Teatro Crítico, sin precisar la fuente en el primer caso y citando expresamente al Canciller Bacon en el segundo:

1726 «Preguntado alguna vez el Papa Juan XXIII qué cosa era la que distaba más de la verdad? Respondió que el dictamen del vulgo.» (Feijoo, Teatro crítico universal: “Voz del Pueblo”, tomo 1 (1726), discurso 1, § I, n° 2.)

«El Canciller Bacon, que murió no ha más de un siglo, en la Historia de la Vida, y la Muerte, entre todos los Papas que habían gobernado la Iglesia hasta su tiempo, cuenta solamente cinco, que llegaron, o pasaron de ochenta años, y todos cinco fueron próximos a su tiempo; conviene a saber, Juan XXIII, que llegó a 90: Gregorio XII, a 91: Paulo III, a 81: Paulo IV, a 83; y Gregorio XIII, a lo mismo. Los tres últimos no ha dos siglos que murieron.» (Feijoo, Teatro crítico universal: “Senectud del Mundo”, tomo 1 (1726), discurso 12, § II, n° 9.)

1730 «[…] Tampoco en este cónclave había forma de ajustarse en los votos, hasta que cansados de su porfía (escribe Doglion, y Cicaonio) que nombraron árbitro para la elección a uno de ellos, que fue el Cardenal Jacobo de Osa, para que el que él nombrase, fuese declarado por Romano Pontífice. El Cardenal Jacobo, por no agraviar a ninguno, se nombró a sí mismo, y conviniendo en esta elección todos, nemine discrepante, fue saludado y adorado por verdadero Pontífice el día 7 de Agosto del año de 1316. […] Había sido obispo forudiense, canciller del rey Carlos II de Sicilia; y siendo obispo de Aviñón Clemente V le creó cardenal presbítero, y a poco tiempo le promovió el mismo papa Clemente al título de cardenal obispo portuense: en este empleo estaba cuando le eligió el cardenal Neapoleón, o él se eligió, con aprobación del Sagrado Colegio, en Romano Pontífice. Coronose en la Iglesia del Convento de Santo Domingo, adonde fue electo el día 5 de septiembre del año de 1316, recibiendo las insignias, como era costumbre, de mano del arcediano cardenal, y llamándose Juan XXI que fue uno de los legítimos pontífices de este nombre, no el XXII como comúnmente le llaman, y aún algunos le apellidan Juan XXIII. […] 16. Al año de 1320 canonizó solemnemente al Angélico Doctor Santo Tomás de Aquino, que había muerto el día 7 de marzo de 1274. Gravesón dice, que Santo Tomás de Aquino fue canonizado a 18 de julio del año de 1323 y tengo esta opinion por más cierta, y que el canonizado el año de 1320 fue el Glorioso Santo Tomás, obispo erfodiense, como advierte nuestro Carrier; pero de cual suerte que fuese, ambos santos fueron canonizados por nuestro Juan XXI. Este por este tiempo instituyó para la universal iglesia la Fiesta de la Santísima Trinidad, que en la religión seráfica se celebraba en vida del seráfico patriarca… […] Era sentencia en este Venerable Pontífice que lo más desviado de la verdad en el Mundo, era el Vulgo novelero; y daba por razón de este sentir, y opinión suya, el que el Mundo alaba lo que debe ser vituperado, y vitupera lo que es digno de alabanza. No piensa si no es en vanidades el Mundo; trata poco de la verdad; huye de lo bueno, y busca con priesa todo lo malo; persigue a el justo, y honra mucho a el perverso: Mirad, decía, si está muy bien desviado de la verdad, de la razón, y de la justicia; así estaba el Mundo entonces, y no sé que esté mejorado ahora.» (Rmo. P. Fr. José Álvarez de la Fuente [O.F.M.], Sucesión pontificia: epítome historial de las vidas, hechos y resoluciones de los sumos pontífices, parte quinta, Madrid 1730, págs. 1-54: “Vida de Juan XXI. Papa CC”.)

1753 «JUAN XXI o XXII, sucedió a Clemente V el año de 1316, después de cuya muerte la Sede, que estaba entonces en Aviñón, había estado vacante más de dos años. Los cardenales se juntaron en Carpentras, y no pudiendo concordar tocante a la elección de nuevo papa, Felipe el Largo, conde de Poitiers, después rey de Francia, pasó a León, por orden del rey su hermano Luis X, llamado el Altivo, a trabajar en que se efectuase la elección. Obró en ello con tanto celo y maña, que habiendo congregado todos los cardenales en León, los encerró en conclave en el convento de los Dominicos, protestando no los dejaría salir a menos de elección hecha: tal protesta los asombró; y como aún después de pasados 40 días no podían concordar obraron por compromiso y se comprometieron en Jacobo de Ossa, o Deusa, cardenal, obispo de Porto, a que este nombrare a quien quisiese: nombróse pues a sí mismo, diciendo ego sum Papa. Este nombramiento se hizo el día 5 o 8 de Septiembre de 1316, aprobáronlo todos, y el nuevo papa había tomado el nombre de Juan XXII, fue coronado en la iglesia de san Juan de León, y pasó después a tener la Sede en Aviñón. Además, fu fortuna fue extraordinaria. Era natural de Cahors en Querci, hijo según se pretende de Arnaudo de Eusa, pobre Zapatero, si bien Baluzo parece probar y bien que no era de extracción tan ínfima y despreciable. Siendo pequeño de cuerpo, era gigante en su genio y docto para aquel tiempo, sobre todo en la jurisprudencia civil y canónica, que había aprendido en Francia, y en Italia. Desde mozo se agregó a la corte de Carlos II, rey de Napoles, conde de Provenza, y fue preceptor de Luis hijo de este príncipe; y después de la muerte de Pedro arzobispo de Arles, Roberto hijo de este tal Carlos, le dio los sellos, y lo hizo su canciller. Después obtuvo el obispado de Frejus, y lo transfirió el papa Clemente V al arzobispado de Aviñón hacia el año de 1310, y dos después fue creado cardenal y obispo de Porto: tras lo cual ciñió la tiara pontificia del modo que acabamos de referirlo. Este papa canonizó a san Luis obispo de Tolosa, y a santo Tomás de Aquino. Confirmó el orden de los caballeros de Cristo en Portugal, para que hiciesen la guerra a los Sarracenos de África, y a los Moros de Granada, y reformó el de Grandmont. Erigió diversas abadías en obispados, y de muchas iglesias episcopales, hizo metrópolis en el Languedoc, Guiena, Poitou, y en España, y fundó gran número de iglesias colegiales. Erigió el obispado de Tolosa en arzobispado, y se le asignó por sufragáneos a Montauban, Lavaur, Mirepoix, San Papoul, Rieux, y Lombez, con Pamiez, establecido ya en tiempo de Bonifacio VIII. En el arzobispado de Burges erigió los obispados de San Floro, de Vabres, de Castres y de Tulle; y en el de Burdeos, Condom, Sarlat, Luzon, y Maillezais. Dividió la provincia de Tarragona en dos, erigiendo a Zaragoza en Metrópoli. Fue él quien publicó las Clementinas, constituciones hechas por Clemente V su predecesor, y quien formó las otras constituciones llamadas Extravagantes. En su tiempo la elección que se había hecho en el imperio de Luis de Baviera, y de Federico de Austria, había dividido toda la Alemania: la del primero era tenida por legítima, y no obstante el papa Juan se opuso a ella fuertemente. Esta discordia llegó a tal extremo, que hallándose Luis en Roma el año de 1329, hizo degradar a Juan del papado, y sustituir en su lugar a Pedro Ramucho de Corberia, Franciscano, con el nombre de Nicolao V, al cual sostuvieron fuertemente mediante sus escritos y sermones, Miguel de Cesenna, general de esta orden, y muchos de sus frailes. Pero este partido fue bien presto arruinado, y Corberia al cabo de diversas aventuras, habiéndose dejado coger, fue llevado el año de 1330 a Aviñón, en donde habiendo pedido perdón al papa, con una soga al pescuezo, murió dos o tres años después en una prisión muy cómoda. El papa pagó también el tributo a la naturaleza el día 4 de Diciembre de 1334, de más de 90 años de edad, después de haber gobernado la iglesia 18 años, 3 meses, y 28 días. Edificó el palacio de Aviñón, y construyó otras obras magníficas. Se dice dejó un tesoro) inmenso, y más considerable que no lo había hecho ninguno de sus predecesores. Algunos autores escriben excedía de 18 millones de ducados, y otros un millón y setecientos mil florines de oro. Benedicto XII le sucedió. * Consúltese a Villani, lib. 9, 10, 11. hist. Guillermo de Nangis, Nauclero y los demás que alegan Chacon y Du-Chesne, historia de los Papas; y Bzovio, Spondano, y Raynaldo, en los anales eclesiásticos. Baluzo, vitæ Pap. Avenion.

  Este santo papa fue acusado dos veces de herejía. Tres o cuatro años antes de su muerte había predicado públicamente en Aviñón, que la visión beatífica de las almas bienaventuradas, y las penas de los condenados que daban imperfectas hasta el día del juicio universal. Aunque esta opinión fue muy común en los primeros siglos de la iglesia, y que hubiese sido tomada de los escritos de san Justino, de san Ireneo, Tertuliano, Orígenes, Teodoreto, Lactancio Victorino, y de Prudencio, y por lo tanto cuando fuera, no debía imputársele a Juan solo, los cardenales y los obispos que reflexionaron sobre lo que después se había creído y decidido en la iglesia, se opusieron a ello formalmente. La universidad de París hizo lo mismo. Dícese, que este santo papa para hacer su opinión valedera, empleó a Gerardo, entonces general de los Franciscanos, y a otro doctor; pero fue en vano. Díjose también que el rey Felipe de Valois, habiendo sabido que este Gerardo había predicado públicamente aquella opinión en su reino, lo amenazo gravemente si acaso era osado a publicar en su reino cosas semejantes. También se dice había increpado a Juan con términos injuriosos y denigrativos. Hizo examinar la cuestión por 30 doctores de la universidad, quienes confundieron al nuncio Gerardo, y se formó acerca de ello un decreto. Esta fue la primera acusación que se intentó contra este papa. En cuanto a la segunda es necesario notar, que Nicolao IV que había sido fraile Francisco, había declarado por una Bula que los frailes Franciscos podrían tener el uso de las cosas que se les dieran, con tal que la propiedad perteneciese a la Romana iglesia. Hacia el año de 1322, un tal Berengario, en virtud de la respuesta de un Begardo que estaba en la inquisición de Tolosa, enseñó que Jesu-Cristo, ni los Apóstoles habían poseído cosa alguna ni en común ni en particular, y que era lo dicho artículo de fe: se llevó la dificultad al papa, que la hizo examinar, en tiempo que los Franciscanos congregados en capítulo general en Perusa, sin aguardar la decisión del pontífice, la publicaron y la hicieron enseñar y predicar por sus doctores. Juan XXII, justamente indignado de que no habían aguardado su determinación como era debido, condenó sus proposiciones por sus extravagantes cum inter, y ad conditorem, lo cual los irritó de tal manera, que una buena parte de ellos se echó en el partido del emperador Luis de Baviera, con su general Miguel de Cesenna. Los demás de ellos aunque no se incluyeron en el cisma, no desistieron de sostener siempre su opinión, y hablar de Juan como no debían, el cual como cabeza de la iglesia tenía proyectado extinguir la orden. Esta cuestión se llamó el pan de los Franciscanos. En la sustancia, era esta tal cuestión de tan corta entidad como la que los mismos religiosos agitaron tocante al color, forma, y tela de sus hábitos; si los usarían de color blanco pardo, o negro; si el capacho sería puntiagudo o redondo, ancho o angosto; su ropa ancha,  corta o larga, y finalmente, di la materia había de ser de paño o de jerga. Sobre todas restas niñerías, fue necesario consultar al santo padre muchas veces, tener no pocos capítulos generales, juntar congregaciones, y hacer tantos libros y manifiestos, como si se hubiera tratado del estado entero de la religión, y progreso de la Cristiandad. * Villani. libr. 10. Sixto Senense, libr. 6. biblioth. sanct. libr. 6. Bellaforesta, libr. 5. Spondano, Bzovio, y Rainaldi, in annal. eccles.  A.  C. 1322, 1324, 1333, &c. Belarmino, libr. 4. de Rom. Pontif. y lib. I. de S. Beatitud. Mezerai, historia de Francia.» (Moreri, El gran diccionario histórico, París & León de Francia, 1753, tomo 5, págs. 299-300.)

1753 «JUAN XXI, XXII, o XXIII, llamado antes Baltasar Cossa, era natural de Nápoles, y lo creó cardenal el año de 1402 Bonifacio IX, quien la envió por legado a Bolonia. Después de la muerte de Alexandro V fue creado papa, pero según se dice, con la condición de que para dar la paz a la iglesia, renunciaría el pontificado, si acaso Gregorio XII, y Pedro de Luna, que se hacía apellidar Benedicto XII desistían de sus pretensiones. Los historiadores aseguran era fuerte en sus determinaciones Juan XXIII, y que este valimiento le coadyuvó a su exaltación; pretendiendo otros se la costeó en un todo la recomendación de Luis de Anjou rey de Nápoles, a quien recibió con mucha magnificencia después de su coronación, y al cual favoreció contra Ladislao. Sea como fuere, antes de esta elección que se hizo en 17 de Mayo de 1410, el concilio de Pisa, que se tuvo el de 1409, había ordenado se celebrase otro dentro de tres años. Juan, convocó uno en Roma el año de 1413: algún tiempo después pasó a Italia el emperador Segismundo, en donde escogió para celebrar el concilio la ciudad de Constancia, que está sobre el Rhin. En la segunda sesión, que se tuvo el día 2 de Marzo de 1415, el papa subido en su trono y vuelto hacia el altar, leyó en alta voz un papel que le presentó Juan, patriarca de Antiochia, Francés de nación, y en virtud de tal lectura prometió renunciar el pontificado, si los otros dos hacían lo mismo, o si llegasen a morir; pero bien puede ser que hubiese sido precisado a aprobar este acto, o que él lo hubiese ejecutado sin reflexión, porque se arrepintió, y se retiró a Schaffousa, disfrazado en hábito de caballero. Después de haber andado transitando de lugar en lugar fue preso en Friburgo, y llevado a Constancia, en donde lo depuso el concilio por su sesión XII, la cual se tuvo en 29 de Mayo del mismo año. Él mismo envió su renuncia del pontificado. Después, fue encarcelado en Manheim o Heidelberga, bajo la guardia de Luis de Baviera, conde Palatino del Rhin, y no salió del arresto hasta el año de 1419. Algunos dicen que corrompió sus guardas por 30.000 ducados: otros aseguran (y nosotros no hacemos nada más que referir) que fue puesto en libertad luego que fue restablecida la paz en la iglesia por la elección de Martino V, por la muerte de Gregorio XII, y en virtud de la excomunión fulminada contra Pedro de Luna. A lo menos sabemos de todo lo dicho que Baltasar Cossa pasó a Florencia la víspera de Corpus Christi, día 14 de Junio, y que se postró a los pies del papa Martino: este lo recibió, lo hizo decano de los cardenales, y obispo de Frescati, y ordenó, que en consideración de lo que había sido, se le diese en las asambleas un asiento más elevado que a los demás. No permaneció mucho en tal estado porque murió en 22 de Diciembre del mismo año de 1419, y fue enterrado magníficamente a la solicitación del conde de Medicis amigo suyo, quien le elevó un sepulcro magnífico en la iglesia de san Juan. Martino V gozó pacíficamente la tiara después de su muerte. * Acta Concil. Constant. Platina, Onophre, Chacon, Papiro Masson, Du-Chesne, de Rom. Pontif. Spondano, iu annal. Thierri de Niem, in Joam. y Du-Puy, historia del Cisma. Véase también la historia del concilio de Constancia por M. Lenfant.» (Moreri, El gran diccionario histórico, París & León de Francia, 1753, tomo 5, pág. 300.)

1888 Niceto Alonso Perujo: «Juan XXII» ❦ «Juan XXIII» (Diccionario de ciencias eclesiásticas)

1957 Enciclopedia de la Religión Católica: «Juan XXII» ❦ «Juan XXIII»

El ilustre psiquiatra francés Jean Garrabé (1931-2020), que participó en 1999 en Oviedo en el IV Congreso Nacional de Psiquiatría y puso un prólogo a la edición que con esa ocasión (y merced al patrocinio de Lilly) se preparó de los Textos sobre cuestiones de Medicina de Feijoo (Oviedo 1999, 360 páginas), se confunde ahí de papa y atribuye al Juan XXIII del siglo XV lo que corresponde al Juan XXIII del siglo XIV:

1999 «Escribe el Padre Feijoo en las primeras páginas del Discurso primero: «Preguntando alguna vez al Papa Juan XXIII qué cosa era la que distaba más de la Verdad, respondió “El dictamen del Vulgo”». No se trata naturalmente de nuestro Juan XXIII, sino de Baldassare Cossa, y nos sorprende que sea un monje benedictino quien nos transmita la opinión de un antipapa del siglo XV sobre la distancia entre la Verdad y la opinión del Vulgo. Nos atreveremos a decir que el Padre Feijoo ha conseguido, gracias al valor educativo de su obra, que el dictamen del Vulgo se acerque a la Verdad.» (Dr. Jean Garrabé, “Prólogo” a Benito Jerónimo Feijoo, Textos sobre cuestiones de Medicina, Biblioteca Filosofía en Español, Fundación Gustavo Bueno, Oviedo 1999, pág. 13.)

2009 «Benito Jerónimo Feijoo cita a Foción dos veces en el apartado Voz del Pueblo de su Teatro Crítico Universal: Preguntando alguna vez el Papa Juan XXIII (el del siglo XV, que no cuenta en la lista oficial de papas) qué cosa era la que distaba más de la verdad, respondió que el dictamen del vulgo. Tan persuadido estaba a lo mismo el severísimo Foción…» (Miguel Ángel Prades Prades, “Hoy Foción se debe haber arropado”, 8 enero 2009, nihilnovum.wordpress.com/2009/01/08/)

2019 «@FGustavoBueno (en el segundo párrafo de Voz del pueblo, primer ensayo de Feijoo, aparece nombrado Juan XXIII. Evidentemente debe tratarse de un desliz filosofia.org/bjf/bjft101.htm)» (gorjeo de Manuel @SrMafaldo - 8 enero 2019 - 10:05 AM).

gorjeos

En septiembre de 2019, veinte años después de quedar impreso el error cometido por un francés al atribuir a un papa italiano la gloria debida precisamente a un compatriota suyo, el joven Ekaitz Ruiz de Vergara estaba en Madrid consultando en la Biblioteca Nacional un ejemplar de esa edición de 1999, que había solicitado para poder leer el texto de la presentación de Gustavo Bueno (“Medicina y Biología”) a ese libro, pues no estaba disponible en otro sitio, y al terminar de leer el prólogo de Garrabé, que sigue a la presentación de Bueno, envió desde allí un gorjeo que en pocos segundos provocó otros dos:

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gorjeos

gbs