Filosofía en español 
Filosofía en español

Cátedras de filosofía en la Universidad de Madrid

Historia de la Filosofía (antigua, medieval, moderna y contemporánea)
Historia de la Filosofía española y Filosofía de la Historia
Discursos de apertura de curso en la Universidad de Madrid hasta 1970


1822 «Habiendo manifestado al Rey la dirección general de estudios tener ya muy adelantados los trabajos preparatorios para la erección de la universidad central en esta corte, en que deben reasumirse los estudios de la de Alcalá de Henares, y los de tercera enseñanza de la de Toledo; y que siendo probable que todo esté arreglado en la misma universidad central para el próximo curso, conviene que el público lo sepa para no aventurar el destino de los jóvenes que acostumbraban cursar en uno y otro establecimiento literario, y de los que a estos pudieran dirigirse, S. M. se ha servido resolver que se publique en la gaceta el anuncio de la dirección para los fines que se propone.» (Gaceta de Madrid, 16 septiembre 1822, número 272, página 1364.)

Manuel José Quintana, Presidente de la Dirección General de Estudios: Discurso pronunciado en la Universidad Central el día de su instalación, 7 de noviembre de 1822. «No así nuestra Universidad: simples ciudadanos sin nombre y sin poder la idearon; simples ciudadanos decretaron su existencia; simples ciudadanos en fin la realizan y plantean. Pero si alrededor de este instituto no resplandecen ni la majestad, ni el poder, ni la celebridad de Monarcas victoriosos y opulentos; lo que le falta respecto de los personajes lo suple y con harta usura la dignidad de las cosas mismas en que reconoce su origen. La Universidad central es obra de la Nación, nacida con la libertad, producto de la ilustración y de la civilización de los siglos. Delante de estos objetos tan grandes, de tan poderosos agentes, toda altura se abate, toda celebridad se eclipsa; y si los demás institutos, ufanos con el renombre de sus fundadores, quieren en esta parte rivalizar con el presente, habrán de ceder vencidos cuando comparen la grande distancia que hay entre las cosas y las personas, entre las naciones y los individuos, entre las leyes y los privilegios.»

«{1} Hemos oído desaprobar la preferencia dada a Madrid para colocar la Universidad central, alegando la distracción que las diversiones de la Corte ocasionarían a los estudiantes, y el mayor dispendio que causarían estos a sus familias en un pueblo tan caro. Los que así hablan sin duda confunden una Universidad con un Colegio, y no ven que lo que parecería conveniente para uno, sería, absolutamente hablando, extraño y aun perjudicial para lo otro. Las razones principales que se han tenido presentes para haber elegido este local están tocadas en el texto. Podríanse añadir las siguientes: 1.ª Que las consideraciones de economía son según las circunstancias particulares de cada individuo; y que, mirándolo en grande, se puede asegurar que hallarán más recursos para vivir en la capital los estudiantes pobres que inconvenientes los bien acomodados para costearse su carrera. 2.ª Que de tiempo inmemorial ha habido en Madrid escuelas de diferentes ramos sin advertirse menos concurrencia ni aprovechamiento en los alumnos. Las enseñanzas dadas en la Academia de San Fernando, en los Estudios de San Isidro y en el Colegio de Cirugía médica de San Carlos, sin contar otras de menor consideración, son una prueba bien obvia y convincente de que el ruido de la Corte no perjudica tanto como se piensa, al estudio y a la aplicación de la juventud. 3.ª Que en esta cuestión la duda está en gran parte decidida por el hecho, puesto que las Universidades más célebres y concurridas del mundo se han fundado y existen en capitales o en grandes poblaciones: en Italia Bolonia, Pavía, Turín; en Francia París; en Inglaterra Oxford, Cambridge, Edimburgo; en Alemania Viena, Leipsick, Gottinga; en España Salamanca, Valladolid, Sevilla, Valencia &c. Por donde se ve que en todos tiempos y en todas partes los fundadores de las Universidades no han ido a buscar yermos ni aldeas para establecerlas, sino aquellos puntos en que fuese más fácil reunir los medios de instrucción necesarios para el objeto que se proponían.»