φñZeferino GonzálezHistoria de la Filosofía (1886)

tomo tercero:4041424344454647484950Imprima esta página

§ 47. Descartes

Este filósofo, en torno del cual se han librado grandes batallas; que unas veces ha sido ensalzado hasta las nubes, y otras rebajado en demasía; que por un concurso especial de circunstancias viene gozando de gran celebridad en la historia de la Filosofía, y que, con razón o sin ella, fue y es apellidado con frecuencia el padre y fundador de la Filosofía moderna, nació en Haya de la Turena en 1596. Después de hacer sus primeros estudios bajo la dirección de los Jesuitas en el colegio de La Fleche, donde trabó amistad estrecha y constante con el P. Mersenne, vivió por algún tiempo [216] en París, hasta que en 1617 se alistó como voluntario en el ejército de Mauricio de Nassau, del cual se separó después para servir en el de Maximiliano de Baviera, pasando por último a militar en Hungría a las órdenes del conde Bucqnoy.

Abandonada la profesión de las armas, Descartes (René Descartes, Renatus de Quartis, Renatus Cartesius), recorrió varias provincias y ciudades de Alemania, Suiza e Italia, regresando por último a su patria, la cual abandonó al cabo de algún tiempo para fijar su residencia en Holanda, cuando contaba treinta y siete años de edad. En 1648 hizo una excursión o viaje a París, y al año siguiente, invitado por Cristina, reina de Suecia, marchó a Estocolmo, donde falleció en 1650.

El afán de aparecer como innovador original y fundador de una Filosofía nueva y completa, fue causa de que este escritor hiciera alarde más de una vez de no haber leído y de menospreciar las obras y escritores que le precedieron; pero la verdad es que sus mismos escritos y el testimonio de autores contemporáneos y posteriores, indican y demuestran que, no sólo había leído y conocía a los principales filósofos, sino que en más de una ocasión plagió sus ideas y recibió sus inspiraciones.

Las contradicciones y la confusión de ideas que, según veremos después, aparecen con bastante frecuencia en sus escritos, se reflejan también en su carácter, cuya prudencia se parece mucho a la pusilanimidad y se roza con la hipocresía. Que esto y no otra cosa revelan sus temores pueriles de chocar con la teología, no menos que sus continuas protestas y reservas [217] en favor de la religión y de la política, protestas y reservas a través de las cuales se vislumbra con bastante claridad cierto egoísmo servil, acompañado de cierto escepticismo religioso, porque escepticismo o indiferentismo religioso parece que se oculta en el fondo de lo que contestaba a los que le preguntaban por su religión, cuando decía:yo soy de la religión de mi rey, o de la religión de mi nodriza. Palabras son estas que traen involuntariamente a la memoria el apotegma cujus regio, illius religio, de ciertos políticos, y que recuerda el jus in sacra que Hobbes concedía a los reyes.

Descartes escribió y publicó casi todas sus obras en Holanda. Las principales son las siguientes: Discours de la Methode, pour bien conduire sa raison et chercher la verité dans les sciences, en la cual el autor habla también de la dióptrica, los meteoros y la geometría, como ensayos de aplicación de su método. El título de la segunda es: Renati Des-Cartes, Meditationes de prima Philosophia, in quibus Dei existentia, et animae a corpore distinctio demonstrantur. La segunda edición de ésta (1642) contiene además las objeciones principales contra las demostraciones indicadas, y las respuestas del autor. La tercera lleva el título de Principia Philosophiae, y la cuarta es un tratado sobre Las pasiones del alma.{1} Estas cuatro obras, que contienen la Filosofía de Descartes, contienen también frecuentes repeticiones, y, lo que es peor, frecuentes contradicciones, lo cual hace sobremanera difícil la exposición clara y metódica de su doctrina filosófica. [218]

Hasta en las secciones o partes en que divide sus obras, se echan de ver sus repeticiones, tan ocasionadas a la confusión de ideas. Sus Meditationes de prima Philosophia versan principalmente, como es sabido, sobre la existencia y atributos de Dios y del alma humana, cuestiones que constituyen el objeto de una de las secciones o partes en que había dividido su Discurso sobre el método, que son: a) consideraciones acerca de las ciencias; b) reglas principales del método; c) algunas reglas de moral sacadas de este método; d) razones que prueban la existencia de Dios y del alma humana, o fundamento de la metafísica; e) orden de las cuestiones que pertenecen a la física; f) cosas que se requieren para seguir adelante en la investigación de la naturaleza. Sus Principia Philosophiae contienen cuatro secciones o partes, en que se trata: 1.º, de principiis cognitionis humanae; 2.º, de principiis rerum materialium; 3.º, de mundo adspectabili; 4.º, de terra.

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{1} Sus discípulos y admiradores publicaron después de su muerte algunos tratados inéditos, como Le Monde ou traité de la lumière y los Opuscula posthuma, physica et mathematica.