Filosofía en español 
Filosofía en español

Francisco Carrillo Guerrero  1879-1970

Francisco Carrillo

Patriota español, matrimoniado con Lorenza Koehler. Maestro de primera enseñanza superior en 1897, Bachiller en 1898, Redactor Jefe de la Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes desde enero a julio de 1908 (en que le sucedió Blas J. Zambrano), Inspector de primera enseñanza por oposición desde septiembre de 1908, Doctor en filosofía y letras en 1910, opositor en 1911 a la Cátedra de Historia de la Filosofía de la Universidad de Barcelona, Hermano de la Venerable Orden Tercera de San Francisco de Asís, Doctor en derecho en 1922, Inspector jefe de Primera enseñanza de la provincia de Madrid en 1924, impulsor y director de las “Bibliotecas Populares Cervantes” en 1927, reconocido por la asturiana villa de Colunga con la “Avenida de Francisco Carrillo” en 1928, Hijo predilecto de Ronda en 1929, &c.

Nacido en Ronda (Málaga), el 14 de julio de 1879, en una familia de maestros, en septiembre de 1897 realiza en Santiago de Compostela los ejercicios de reválida para maestros de primera enseñanza superior; en junio de 1898 la Universidad de Santiago le expide el título de Bachiller; en agosto de 1899 figura con el número 204 de 237 en la relación de aspirantes admitidos para las oposiciones a escuelas públicas elementales de niños del distrito universitario de la Universidad Central de España.

En 1900 se matricula como alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central (su expediente académico en esa institución, de 1900 a 1913, lo custodia hoy el Archivo Histórico Nacional de España, Universidades, 6430, expediente 8).

En julio de 1901 es propuesto para cubrir una vacante y se posesiona de una auxiliaría de escuela graduada, aneja a la Normal de maestros de Almería, con 1.650 pesetas anuales de sueldo. Un año después resulta elegido, en tanto que auxiliar de la Escuela graduada aneja al Instituto General y técnico de Almería, para representar al Magisterio de esa capital y provincia en la fiesta académica a celebrar en Madrid el 21 de mayo de 1902, con motivo de la coronación de S. M. el Rey don Alfonso XIII.

Obtiene licencia para cursar estudios especiales de sordomudos y ciegos, y también poder seguir cursando la carrera de Filosofía y Letras mientras ejerce el magisterio en Madrid como auxiliar de la aneja a la Escuela Normal Central de Maestros.

«Universidad de Oviedo. En cumplimiento de lo dispuesto en el art. 44 del reglamento de provisión de Escuelas de 14 de Septiembre de 1903, modificado por el Real decreto de 18 de Noviembre de 1903, y terminado el plazo de presentación de instancias; este Rectorado acordó proponer para las Escuelas que se mencionan, anunciadas a concurso de traslados en la Gaceta de Madrid de 21 de Octubre último, a los Maestros y Maestras siguientes. Provincia de Oviedo.– 1. D. Francisco Carrillo Guerrero, cinco años, seis meses y veintinueve días en la enseñanza, tres años, tres meses y veinticuatro días en la categoría; se le propone para la Superior de Villaviciosa (Oviedo) con 1.650 pesetas de sueldo. […] Oviedo 29 de Noviembre de 1904. El Vicerrector, Fermín Canella. (Gaceta, 7 Diciembre 1904).» (Gaceta de Instrucción Pública, Madrid, 12 de diciembre de 1904, pág. 1187.)

 
1905 Destinado por traslado como maestro público a la escuela superior de Villaviciosa

Ya casado con Juana E. Lorenza Koehler Lucas, es destinado en 1905 como maestro público, por concurso de traslado, a Villaviciosa. Pronto queda el joven matrimonio prendado de la belleza de aquel entorno, en particular de La Isla, parroquia costera del mar Cantábrico en el concejo de Colunga, entonces provincia de Oviedo, lugar al que asociarán desde entonces sus vacaciones en rurales casas de aldea.

«Instrucción pública. Hase solicitado de la Superioridad la expedición del título administrativo con 1.650 pesetas para D. Francisco Carrillo Guerrero, propuesto en virtud del concurso de traslado para la escuela superior de Villaviciosa.» (El Noroeste, diario democrático independiente, Gijón, miércoles 11 enero 1905, pág. 3.)

«Instrucción pública. Fueron nombrados maestros en propiedad: […] Superior de la escuela de Villaviciosa, con 1.650 pesetas, D. Francisco Carrillo Guerrero.» (El Noroeste, diario democrático independiente, Gijón, jueves 2 febrero 1905, pág. 3.)

«Universidad de Oviedo. Primera enseñanza. De conformidad con lo dispuesto en el vigente Reglamento de provisión de Escuelas, este Rectorado, a propuesta del Consejo universitario, ha nombrado los Tribunales que se expresan para juzgar los ejercicios de oposición a las Auxiliarías y Escuelas elementales anunciadas en la Gaceta de Madrid de 3 y 5 de Julio último. Escuelas de niños. Presidente, D. Valentín Acevedo Calleja, Catedrático de Instituto. Vocales: D. Heriberto Larios y D. Ricardo Mancho, Profesores de Escuela Normal; D. Joaquín de la Villa Pajares, Sacerdote, y D. Francisco Carrillo, Maestro público. Suplentes: D. Adalberto Garzarán Tejerina, Catedrático de Instituto, y don Daniel Álvarez Fervienza, Profesor de Escuela Normal.» (Gaceta de Instrucción Pública, Madrid, 24 y 30 noviembre 1905, pág. 1465.)

«Instrucción pública. Se han participado a la Subsecretaría de Instrucción Pública los buenos servicios y méritos de D. Francisco Carrillo Guerrero, maestro de la escuela superior de Villaviciosa.» (El Noroeste, diario democrático independiente, Gijón, lunes 5 marzo 1906, pág. 4.)

Tras año y medio en Villaviciosa, vuelve para ejercer de maestro público en Madrid el curso 1907-1908.

 
1908 Redactor-Jefe de la Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes

En la Junta General de la Asociación de Maestros Auxiliares de escuelas públicas de Madrid celebrada el 29 de diciembre de 1907 para renovar la directiva, “fueron elegidos por unanimidad: Presidente, don Emilio D'Ocón; Vicepresidente, D. Francisco Carrillo; Tesorero, D. Eusebio Salaices; Contador, D. Pedro Gómez; Bibliotecario, D. Raimundo Alonso; Secretario primero, D. Antonio Martín; Secretario segundo, D. Esteban García.”

Esa noticia aparecía publicada en el último número de la Gaceta de Instrucción Pública de ese año (año XIX, número 843, Madrid, 30 diciembre 1907, pág. 792), subtitulado “(Minerva) es el periódico profesional de mayor información de España”, del que era propietaria desde su primer número prospecto, el primero de febrero de 1889, y “Directora Gerente: Srta. Doña María E. de La Rigada”. Precisamente en el número siguiente (año XX, número 844, Madrid, 5 enero 1908), se producen cambios importantes tanto en la cabecera: Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes, “es el periódico profesional de mayor información de España, se publica los días 5, 10, 15, 20, 25 y 30”, como en la redacción: “Directora propietaria: Srta. Doña María E. de La Rigada - Redactor Jefe: D. Francisco Carrillo y Guerrero.”

 
1908 Director de la “Colonia escolar Reina Victoria” en Villaviciosa

El verano de 1908 logra organizar y dirigir, precisamente en Villaviciosa, donde había ejercido curso y medio, la “Colonia escolar Reina Victoria”. Era entonces Fermín Canella Secades (1849-1924) rector de la Universidad de Oviedo, y a él oficia Francisco Carrillo el siguiente informe, fechado 28 de agosto de 1908:

Colonia escolar “Reina Victoria”

El director de esta Colonia, ha dirigido al Ilmo. Sr. Rector de la Universidad de Oviedo, el siguiente oficio:

«Ilmo. Sr.: Tengo el honor de comunicar a V. I. que, realizados ya los propósitos de esta Colonia, preparo el regreso a Madrid, el cual se efectuara el próximo domingo en el tren correo que sale de Gijón a las 13,40.

Al despedirme de V. S. I., que no solamente representa el mando supremo de la enseñanza en este distrito, sino también con justo título, la síntesis de la mentalidad y del carácter hidalgo de la noble región asturiana, me complazco en tributarle el testimonio de nuestro profundo reconocimiento por las atenciones que a la Colonia se  prodigaron.

Sería interminable, Ilmo. Señor, la lista de nombres que va impresa con los caracteres de la gratitud en los corazones de todos los colonos. La serie de agasajos y de obsequios de que di cuenta a V. S. I. cuando  nos honró con su visita, se continuó sin interrupción: Los vecinos de este hospitalario  concejo han rivalizado en la simpática obra de hacer agradable su estancia a los huerfanitos, consiguiendo que éstos lleven de Villaviciosa recuerdos imborrables.

Pero merece especial mención la espléndida generosidad del director del Colegio de San José, D. Bernardo de la Concha, que nos ha facilitado gratuitamente locales amueblados y su colaboración valiosísima en nuestro plan pedagógico, y de los señores Marqueses del Real Trasporte y Fernández Pando, cuyas deliciosas fincas de recreo estuvieron también a servicio de la colonia, contribuyendo así a la vida libre, higiénica, atractiva, que saturó de bienestar las almas de estos pequeñuelos, tempranamente ensombrecidos por la desgracia. Ahora regresamos a Madrid, conforme V. S. I. nos pronosticó a nuestra llegada, “vigorosos y alegres, con gratos recuerdos asturianos.”

Por su parte, el personal docente, puesto al cuidado de esta colonia, auxiliado por el elemento intelectual de la villa, procuró corresponder a la confianza con que la Real Sociedad le honró.

Las señoras doña Rosario Barbeito y doña Irene Sánchez, encargadas del régimen doméstico, han impuesto a las niñas en el cumplimiento de los deberes económicos que a la mujer corresponden dentro del hogar, las chicas han ido alternando, bajo su dirección, en el gobierno de la casa, obteniéndose así tan lisonjero éxito, que me permito recomendar a V. S. I. la propagación de estos ensayos de formación de amas de casa en los Colegios de niñas que tengan establecido el internado.

Las numerosas excursiones realizadas tuvieron principalmente fines higiénicos; pero los alumnos, en sus diarios llevan curiosas anotaciones acerca de los monumentos de la región, sobre todo de los que hemos podido visitar, descripciones muy sugestivas de estos paisajes de incomparable belleza, ligeras observaciones de los accidentes del terreno, impresiones de viaje, apreciaciones sobre los usos, costumbres y dialecto del país, y datos relativos a sus industrias, como pesca y salazón de sardinas, elaboración de sidra, fabricación de azúcar, aplicaciones del Trabmull, &c., &c.

En la desembocadura de la ría, en la región de playa cercana al sitio conocido con el nombre de El Puntal, hemos tomado nueve baños, iniciándose los alumnos en los más recomendados ejercicios de natación. Y tanto en la costa como en los terrenos inmediatos, de formación sedimentaria han hecho nutridas colecciones de conchas, minerales, fósiles, algas, helechos e insectos.

La acción instructiva sobre los colonos se ha reducido a mantener su actividad intelectual con la presencia de objetos que le estimulen, bien mediante sencillas enseñanzas ocasionales, ya leyendo a la sombra de los castaños o de las pomaradas, o sentados sobre la hierba olorosa de los prados, libros que, como la “Monografía de Asturias” del Sr. Aramburu, nos han hecho pasar horas felices.

Hemos procurado huir en todos nuestros actos del tradicional formalismo docente y acercarnos todo lo posible a la vida de familia. Consecuencia de ello son las corrientes de fraternal cariño que se han establecido entre nuestros educandos, y el afecto verdaderamente filial con que nos miran a quiénes estuvimos encargados, aunque por breve tiempo, de su cuidado y dirección.

Tal es el resultado de esta colonia, cuyo éxito fue en gran parte debido a los sabios y agradecidos consejos con que V. S. I. se dignó favorecernos.

Dios guarde a V. S. I. muchos años. Villaviciosa (Asturias) 28 de agosto de 1908.– El organizador y Director de la Colonia, Francisco Carrillo Guerrero

De todas veras felicitamos a la Real Sociedad por el resultado obtenido, consecuencia del acierto que presidió la elección del Sr. Carrillo, porque sería muy difícil hallar quien le iguale en las dotes de laboriosidad, celo e inteligencia que se requieren para tan delicado cargo.

(El Noroeste, Gijón, lunes 7 septiembre 1908, pág. 3.)


1908 Ingresa por oposición en el Cuerpo de Inspectores de primera enseñanza

Pronto regresa a Asturias, ya no como eficaz maestro público, sino como inspector auxiliar destinado en Infiesto, pues desde el primero de septiembre de 1908 forma ya en el escalafón del Cuerpo de Inspectores de primera enseñanza (recién reorganizado por Real Decreto firmado por Alfonso XIII en su Embajada de Londres el 18 noviembre 1907, y seis días antes en Madrid por el ministro Faustino Rodríguez San Pedro), tras haber ganado, con el número 3, una de las 10 plazas disputadas en las primeras oposiciones –“dando a la oposición lo que antes venía otorgándose al favor”– convocadas de inspectores auxiliares, uno por cada distrito universitario: “Art. 5.º Los Inspectores auxiliares estarán adscritos a las cabezas de distrito universitario; residirán en el punto que se considere más conveniente para la zona de visita que se les asigne, y que determinará en cada caso el Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes”.

Ese mismo año de 1908 asciende a inspector provincial en Orense y en enero de 1910 es trasladado a Jaén, en una de aquellas prudentes “combinaciones” de funcionarios, para ocupar el puesto de Darío Caramés Ruza, que es trasladado a Vizcaya para ocupar el puesto de Sebastián Serrano Godino, que es trasladado a Huelva para ocupar el puesto de Antonio Arocha García, que es trasladado a Cáceres para ocupar el puesto de Gerardo Álvarez Limeses, que es trasladado a Orense para ocupar precisamente el puesto que él dejaba vacante al ser trasladado a Jaén por la autoridad competente.

1910 Doctor en Filosofía y Letras

En marzo de 1910 “después de brillantes ejercicios ha sido recibido de doctor en la Facultad de Filosofía y Letras con la nota de sobresaliente nuestro querido amigo don Francisco Carrillo, inspector de primera enseñanza en la provincia de Jaén” (El Universo, Madrid 19 marzo 1910), tras defender ante la Universidad Central la tesis doctoral Principio fundamental de la colonización española en América (113 folios, Tesis inéditas T5405, resumen impreso por la tipografía de Antonio Marzo, Madrid 1910, 38 páginas).

En 1911 se presenta a las oposiciones para cubrir la Cátedra de Historia de la Filosofía de la Universidad de Barcelona, y nombrado el 26 de julio el tribunal correspondiente, anuncian con fecha 31 de diciembre (Gaceta de 6 enero 1912) que han sido admitidos los siguientes aspirantes: «Manuel Hilario Ayuso, Agustín Calvet Pascual, José Pujol Serra, Jaime Serra Húnter, Juan Ruiz de Obregón Retortillo, Manuel García Morente, Tomás Carreras Artau, Jaime Estebanell Surinach, Francisco Carrillo Guerrero, José Velasco García, Arturo Massiera Colomer, y Modesto Hernández Villaescusa.»

Francisco Carrillo Guerrero, en el escalafón de inspectores de primera enseñanza en primero de enero de 1913, ocupa el puesto 30 de los 39 de la clase “Inspectores de ascenso (4.000 pesetas)”, y es el único Doctor de entre los jóvenes: de un total de 79 inspectores sólo otro, el entonces titular de la clase única “Inspector general de primera enseñanza (10.000 pesetas)”, el Excmo. Sr. D. Benedicto Antequera Ayala, nacido en 1852, era Doctor, también en Filosofía y Letras. El Consejo de Instrucción Pública resuelve a su favor, el 9 de julio de 1913, el concurso a la plaza de inspector de Oviedo, proponiendo a Luis Álvarez Santullano para la de Salamanca, por lo que vuelve a Asturias como inspector jefe de la provincia de Oviedo, aunque por poco tiempo: «Banquete a D. Francisco Carrillo en Oviedo. Oviedo 19 (9,44 noche).– El Magisterio asturiano ha obsequiado con un banquete al inspector de Primera enseñanza D. Francisco Carrillo, que ha sido nombrado jefe de negociado del ministerio de Instrucción pública. Presidió el rector de la Universidad, que pronunció frases de alabanza para el festejado» (La Época, 20 septiembre 1913).

«Noticias. Para formar el Negociado de reciente creación han sido destinados D. Rafael López Mora y don José Illana, jefes de las Secciones de Madrid y Jaén, respectivamente y D. Francisco Carrillo y Guerrero, inspector jefe de la provincia de Oviedo. Nuestra cordial enhorabuena a todos, especialmente al Sr. Carrillo a quien Gaceta de Instrucción Pública conserva el afecto que supo ganarse cuando estuvo al frente de ella, demostrando un acierto que le ha acompañado después en sus cargos, y del cual nos prometemos ahora también muchísimo. El Sr. Carrillo tiene un abolengo de maestro que abona su elección para este cargo para el que resulta de insuperable competencia porque él conoce íntimamente la escuela rural, la escuela en las grandes urbes, la escuela unitaria, la graduada y hasta ha vivido la auxiliaría cuando aún estaban dobladitas.» (Gaceta de Instrucción Pública, Madrid, 10 septiembre 1913, pág. 590.)

El jueves 14 de mayo de 1914 pronuncia en el Ateneo de Madrid la conferencia “La inspección de primera enseñanza”, en su calidad de presidente de la Asociación Nacional de Inspectores de primera enseñanza, dentro de la serie “Cultura y propaganda pedagógica”, en la que ya habían intervenido el ministro Francisco Bergamín, Victoriano Fernández Ascarza, Luis Zulueta, Manuel García Morente, Eduardo Gómez de Baquero, Alejandro Roselló, Antonio Royo Villanova, y que cerró Eloy Bullón, director general de Primera Enseñanza, una semana después de la intervención de Francisco Carrillo (La Escuela Moderna publicó ese mismo mes la versión escrita por el autor de esa conferencia, bajo el título “La inspección primaria”, tomo 36, número 5, páginas 380-392).

«Conferencia de D. Francisco Carrillo. Con el mismo distinguido auditorio, dio inmediatamente su anunciada conferencia sobre “Inspección primaria” D. Francisco Carrillo, que es, ante todo, un maestro de extraordinaria vocación y un joven experimentado, aunque la afirmación parezca paradójica. El Sr. Carrillo ha desempeñado (siempre por oposición) toda clase de escuelas, y por oposición fue inspector, y en este cargo ha recorrido rápidamente todas las categorías, ascendiendo siempre por méritos propios y a merced de su personal esfuerzo. Con tales antecedentes y por haber vivido el asunto de su conferencia desde el alfa a la omega, habló anoche en el Ateneo el distinguido conferenciante con soltura y autoridad, con sencillez y corrección enteramente irreprochables. Apremiado por el tiempo, examinó las funciones profesionales de los inspectores de Primera enseñanza, en su doble aspecto de mandatarios del Poder central, que llevan desinteresadamente a las células del Estado el influjo bienhechor de la cultura, y como reflectores ante el Estado de las necesidades de la vida periférica. Examinó también el Sr. Carrillo el origen de la inspección primaria, notando su convivencia de entonces con la Escuela Normal, y llegando a los tiempos modernos, expuso el concepto elevado que de la inspección tienen los Sres. Bergamín y Bullón, González Besada y Rodríguez San Pedro, Gimeno y el conde de Romanones, advirtiendo la incongruencia de alguna de estas afirmaciones con los actos que luego realizan los ministros. Ceñido enteramente al tema de su conferencia, explicó después el Sr. Carrillo, con gran copia de datos, la función política del inspector, su influencia pedagógica, su función técnica y su función social, encareciendo los servicios que a la inspección deben la enseñanza, el Estado y la cultura. Al tratar el Sr. Carrillo de la influencia social de la inspección, indicó modos prácticos de que los inspectores influyan en la creación y sostenimiento de obras circunescolares y postescolares. El Sr. Carrillo, que fue muy aplaudido en varios pasajes de su conferencia, fue muy felicitado al término de ella. Entre estas felicitaciones, vaya la nuestra muy sincera.» (El Universo, Madrid, viernes 15 de mayo de 1914, pág. 4.)

«Instrucción Pública. Dirección General de Primera enseñanza. Disponiendo se de cumplimiento a la sentencia del Tribunal Supremo que declara nulas y sin efecto las Reales órdenes de 29 de Julio de 1913, dictadas por el Ministerio de Instrucción pública, nombrando Inspectores de Primera enseñanza de Oviedo y Salamanca a D. Francisco Carrillo Guerrero y D. Luis Álvarez Santullano, respectivamente. Páginas 31 a 32.» (Gaceta de Madrid, sábado 4 julio 1914, año CCLIII, tomo III, número 185.)

«Dase por seguro el nombramiento de D. Francisco Carrillo Guerrero, inspector-jefe del Negociado técnico en la Dirección general de Primera Enseñanza, para el cargo de profesor de Técnica de la Inspección en la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, y el de D. Manuel Martín Chacón, inspector de Salamanca, para la vacante que producirá el señor Carrillo en la Dirección general.» (Suplemento a La Escuela Moderna, 26 septiembre 1914, pág. 1671.)

En efecto, en agosto de 1914 se había reformado la Escuela Superior de Estudios del Magisterio (siendo ministro Francisco Bergamín), y en septiembre se nombra “a D. Francisco Carrillo Guerrero, profesor de Legislación escolar comparada y Técnica de la Inspección de enseñanza”, de manera que el nuevo curso escolar imparte la nueva asignatura. Al terminar ese curso publica el libro Técnica de la inspección de la Enseñanza. Resumen del primer curso oficial de esta asignatura explicado al grupo de alumnos de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, durante el año 1914 a 1915 (R. Velasco, Madrid 1916).

«Asamblea Terciaria. En la iglesia de San Fermín de los Navarros celebrará el próximo día 10, a las cuatro de la tarde, su Asamblea anual, la Venerable Orden Tercera de San Francisco de Asís. El acto se sujetará al siguiente programa: 1.º Veni Creator, cantado por un coro de señoritas Terciarias. 2.º Memoria, leída por D. Pedro Carrascosa, secretario de la Venerable Orden Tercera. 3.º Discurso por el Hermano D. Francisco Carrillo, doctor en Filosofía y Letras. 4.º Ave María, cantada por la Hermana señorita doña Amparo García. 5.º En el Alvernia, poesía por la Hermana señorita doña Pilar Moreno. 6.º Discurso por el Hermano D. Ramón García-Rodrigo Nocedal, abogado. 7.º Francisco, Imagen del Redentor, canto por el coro de señoritas Terciarias. 8.º Discurso por la Hermana excelentísima señora condesa de Torre-Alta. 9.º Crucifixit, melodía cantada por la señorita Inés Canalejo, Hermana Terciaria. 10. Discurso por el Hermano D. Manuel Senante, diputado a Cortes, 11. Súplica a María, gran coro por las señoritas Terciarias. 12. Discurso-resumen por el Vicario general de los Franciscanos, reverendísimo padre Andrés de Ocerín Jáuregui. 13. Bendición con el Santísimo. 14. Himno de los Terciarios, por el maestro Busca.» (El Siglo Futuro, Madrid, 7 enero 1915, pág. 3.)

En el escalafón de antigüedad de Inspectores de primera enseñanza en 30 de junio de 1915, ocupa el número 13 del escalafón general y el 11 de su categoría, “Inspectores de término. 5.000 pesetas”, con fecha de ingreso primero de septiembre de 1908, destino en Oviedo y la siguiente observación: “Se le considera como ingresado en la Inspección en la fecha con que figura, por ser ésta la que corresponde al cómputo de los servicios prestados con que aparece en el anterior Escalafón, que tiene carácter definitivo.” (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 10 de noviembre de 1915, págs. 1584-1585.)

«Don Francisco Carrillo Guerrero ha cesado en la comisión que venía desempeñando como profesor de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, y ha sido agregado de Real orden a la Dirección general de Primera Enseñanza. Es una buena adquisición para la Dirección general.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 7 de julio de 1915, pág. 987.)

«Se dispone que D. Francisco Carrillo, inspector de la provincia de Oviedo, pase a prestar sus servicios a las órdenes de la Dirección general de Primera Enseñanza.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 17 de julio de 1915, pág. 1050.)

«Se dispone que D. Francisco Carrillo Guerrero, inspector de primera enseñanza agregado a la Dirección general, gire visita especial de inspección a las provincias que comprenden los distritos universitarios de Oviedo y Santiago, e informe sobre el funcionamiento y los resultados de las bibliotecas circulantes.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 29 de septiembre de 1915, pág. 1371.)

«Notable conferencia. En el salón de actos del Ayuntamiento de Coruña ha dado una notable conferencia el inspector de primera enseñanza y catedrático de la Escuela Superior del Magisterio D. Francisco Carrillo Guerrero. Presidió el acto el alcalde, Sr. Puga, quien, en breves pero elocuentes frases, hizo la presentación del orador. Este se levantó a hablar en medio de una cariñosa ovación, y con gran facilidad de palabra demostró durante el curso de su disertación un gran conocimiento de las cuestiones pedagógicas. Comenzó diciendo que, más que un discurso, sería su conferencia una lectura de materias interesantísimas y de gran importancia para la formación del carácter nacional. Entrando luego en el tema de la conferencia, “El concepto de patria”, dijo que, como un preámbulo a lo que había de seguir, se proponía hacer una breve aclaración. Explicó cómo, al ser designado por los alumnos de la Escuela Superior del Magisterio para ocupar la cátedra de Técnica de la inspección de primera enseñanza, creada por iniciativa de aquéllos, fue necesario hacer la asignatura, dando esto origen a una intensa obra de investigación que los propios alumnos realizaron. “Esa labor fue recogida luego en un libro aún inédito –agregó–, del cual quiero leer algunas páginas. Y he querido que sea aquí en donde ofrezca al público las primicias de este trabajo, porque me consta cuánta es la cultura de Coruña, en la cual han de despertar gran interés las materias tratadas en el nuevo libro.” Siguió después su disertación leyendo varias páginas del libro citado, y concluyó haciendo grandes alabanzas de Galicia, especialmente de Coruña, “la cual –dijo– marcha al paso del progreso moderno en todos los aspectos de la vida ciudadana, ofreciendo un ejemplo digno de ser imitado por los demás pueblos de España”. El Sr. Carrillo Guerrero fue muy aplaudido y felicitado por el auditorio que había escuchado su peroración con gran complacencia.» (El Universo, Madrid, 19 de octubre de 1915, pág. 3.)

«La Escuela Normal de Maestros de Oviedo ha organizado el siguiente cursillo de conferencias y clases prácticas de verano para el presente mes: Día 19 de julio.– Once mañana: “Régimen legal de la primera enseñanza.” Profesor, D. Francisco Carrillo Guerrero, inspector-jefe de primera enseñanza de Oviedo.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 8 de julio de 1916, pág. 1206.)

«La Exposición Escolar de Asturias. El día 26 del pasado agosto se verificó la apertura de la Exposición escolar de los trabajos realizados durante el finado curso por los niños y maestros de las principales escuelas nacionales de la provincia de Oviedo. […] Sección segunda.– Las prendas confeccionadas por el Ropero Escolar componen esta sección. Pudimos ver que está admirablemente surtida de ropa interior de todas clases, vestidos, calzado, &c., por lo que los niños pobres que acuden a las escuelas públicas de esta ciudad están de enhorabuena. A preguntas que hicimos sobre el funcionamiento de la benéfica institución, se nos replicó que, hasta la fecha, no había contado con más recursos que los donados por caritativas damas, con los cuales adquirían la tela necesaria, que luego se convertía en prendas de vestir merced al abnegado trabajo de las maestras de la localidad. Todo ello se debe a la iniciativa del inspector-jefe de esta provincia, D. Francisco Carrillo, que fue llevada a la práctica por Doña Elena Sánchez Tamargo, inspectora de primera enseñanza y fundadora-directora del citado Ropero.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 20 de septiembre de 1916, pág. 1565.)

«Acaba de publicarse el libro titulado Técnica de la Inspección de Enseñanza, resumen del curso oficial de esta asignatura en la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio. Dicha interesante obra está hecha en colaboración por el profesor don Francisco Carrillo y los alumnos, quienes dedican el libro y destinan el producto líquido de la venta de ejemplares a la Asociación Nacional de Inspectores profesionales de primera enseñanza y a la de Antiguos Alumnos de la citada Escuela. De venta en la librería de los Sucesores de Hernando, Arenal, 11, Madrid.– Precio, 4 pesetas.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 23 de septiembre de 1916, pág. 1588.)

«Inspecciones de Primera enseñanza: Con objeto de proceder a la reorganización de los servicios de la Inspección de Primera enseñanza en la provincia de Madrid, y usando de la autorización conferida a este Ministerio por el art. 2.º del Real decreto de 18 de febrero de 1916, se dispone: 1.º Que se creen dos nuevas zonas de Inspección de Primera enseñanza en la provincia de Madrid.– 2.º Nombrar para desempeñar una de ellas a D. Francisco Carrillo Guerrero, actual inspector de Oviedo, que percibirá el sueldo anual de 5.000 pesetas.– Y 3.º Nombrar para desempeñar la segunda de dichas zonas a D. Benito Luis Lorenzo Rodríguez, actual inspector de Huesca, que percibirá el sueldo anual de 4.000 pesetas. […] se dispone se supriman en cada una de las dos citadas provincias de Oviedo y Huesca una zona de Inspección de Primera enseñanza.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 21 de abril de 1917, págs. 599-600.)

«Ha sido honrada nuestra Redacción con la visita del Boletín de la Asociación Nacional de Inspectores de Primera Enseñanza, admirablemente confeccionado y escrito con la galanura y elegancia de estilo característicos en su director, nuestro estimado y culto amigo D. Francisco Carrillo.» (La Escuela Moderna, 1.º septiembre 1917, pág. 607)

«Rectificacion debida. Tras de una sentida carta que con notoria oportunidad escribió nuestro querido amigo don José Rogerio Sánchez, nuestro colega La Enseñanza ha tenido la nobleza de rectificar una información asaz molesta para el distinguido maestro de primera enseñanza de Madrid don Francisco Carrillo. Cuando se procede de buena fe toda dificultad se allana fácilmente.» (El Universo, 7 noviembre 1919, pág. 3)

La Gaceta de 4 de septiembre de 1920 publica una Real Orden que asigna nuevos sueldos “a los Inspectores e Inspectoras de Primera enseñanza”: Francisco Carrillo, número 9 del escalafón, forma en la 2.ª categoría, 12.000 pesetas anuales (las “inspectoras” presentes en tal relación ocupan los puestos 64-73, 88-94, 105, 120, 127, 137, 139, 144-147, 149-156, 158, 160-172 y 174; a los de 9.ª categoría, 156 a 178, corresponden 5.000 pesetas anuales). El Boletín Oficial del Ministerio de primero de julio de 1921 ofrece la distribución de zonas de Madrid asignadas a los cinco inspectores de escuelas de niños y las cuatro inspectoras de escuelas de niñas: Francisco Carrillo tiene asignada la zona de Inclusa y Latina.

El vínculo familiar con Asturias se consolida hacia 1920, cuando el matrimonio compra en La Isla y reconstruye La Atalaya, una casa antigua que había sufrido un incendio, lugar de destino habitual como “segunda residencia” que facilitará una mayor integración con el entorno del activismo de la pareja.

Doce años después de haber alcanzado el grado de doctor en Filosofía y Letras, obtiene también Francisco Carrillo el grado de doctor en Derecho en la Facultad de Derecho de Madrid, con la tesis doctoral defendida en 1922, Constitución política de Colombia (365 hojas, Tesis inéditas en la UCM T4150).

«Distinción merecida. Ha sido condecorado con la encomienda de número de la cruz de Alfonso XII el inspector de Primera enseñanza de la provincia de Madrid e ilustrado doctor en Filosofía y Letras don Francisco Carrillo. Felicitamos al señor Carrillo por tan merecida distinción.» (El Debate, 19 julio 1922, pág. 6 = El Universo, 20 julio 1922, pág. 3.)

«Congreso de Educación Católica. El Secretariado del primer Congreso Nacional de Educación Católica, que en breve ha de celebrarse, ha quedado constituido en la siguiente forma: Secretario general, don Álvaro Gil Albacete, secretario del Cuerpo de Bibliotecarios, Archiveros y Arqueólogos y de la Biblioteca Nacional. Secretario interventor, don Gabriel Aristizábal, del Centro de Defensa Social y del Banco Popular de León XIII. Secretarios: don Francisco Carrillo, inspector-jefe de Primera enseñanza en la provincia de Madrid; don Antonio Rodríguez Sancho, profesor del Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos; y don Alfredo López, de la Confederación Nacional de Estudiantes Católicos.» (La Época, Madrid, 12 febrero 1924, pág. 3.)

Tras morirse el bachiller y poeta Rafael Torromé Ros (Zaragoza 1861-1924), inspector de primera enseñanza desde 1896 y primero en su escalafón desde finales de 1918, recibe Francisco Carrillo el nombramiento de Inspector jefe de Primera enseñanza de Madrid:

«Noticias e informaciones. Del Ministerio. Escuelas Normales. Se nombra inspector jefe de Primera enseñanza de la provincia de Madrid al inspector don Francisco Carrillo Guerrero.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 2 de abril de 1924, pág. 573.)

«Nuevo inspector-jefe. Nombramiento acertado. En la vacante producida por el fallecimiento de D. Rafael Torromé ha sido designado para desempeñar el cargo de inspector-jefe de Primera enseñanza de la provincia de Madrid D. Francisco Carrillo Guerrero. Dadas las dotes de cultura, inteligencia y laboriosidad del digno inspector de enseñanza Sr. Carrillo, entendemos que ha constituido un verdadero acierto su designación para el nuevo cargo que ocupa. Reciba por ello nuestra más cordial enhorabuena.» (La Correspondencia de España, Madrid, 5 de abril de 1924, pág. 8.)

Recuerdo de la Jura de la Bandera

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Desde septiembre de 1923, tras haber quedado disueltas las Cortes elegidas en abril de 1923, regía la política de España el Directorio militar presidido por el general Miguel Primo de Rivera. Y como “un morboso materialismo y una indiferencia enervante venían laborando para destruir poco a poco el amor y el respeto al símbolo de la integridad Patria”, se dispuso que la entrada de la primavera de 1924 vendría acompañada de renovadas fiestas en las ceremoniales juras de bandera de los nuevos reclutas (→ “Real orden circular relativa a la Jura de la Bandera”). A través del Diario Oficial de la Guerra se había dispuesto con suficiente antelación que el domingo 23 de marzo tuviesen lugar esas ceremonias en todo España, aunque los capitanes generales podrían retrasar tal fecha por circunstancias especiales. Desde finales del invierno ya se había anunciando que “la jura de la bandera en Madrid revestirá este año gran brillantez, pues a ella asistirá su majestad el Rey, quien desde el año 1913 no había vuelto a presenciar actos semejantes”. Una lluvia torrencial obligo a retrasar en Madrid la ceremonia al domingo 30 de marzo (sin que faltasen durante esa semana gratuitos rumores propalados por la prensa adversa). “La jura de la bandera, celebrada este año en el paseo de la Castellana, ha revestido inusitada brillantez. Los Reyes y el Ejército han sido aclamados por el pueblo y por todas las clases sociales, en una mañana tibia madrileña, en la que el Sol rompió el nublado que obscurecía el cielo. Nuevamente la insignia de la Patria fue jurada por millares de jóvenes a quienes espera la gloria o la muerte.”

Recién ascendido Francisco Carrillo a Inspector jefe de Primera enseñanza de Madrid, decide contribuir a “exaltar el fervor patriótico de la infancia” y a finales de abril ya se habían repartido en las escuelas de Madrid diez mil ejemplares del folleto Recuerdo de la Jura de la Bandera. Madrid, 30 de marzo de 1924, del que firma su prólogo: “A los niños y niñas de las escuelas de Madrid”:

«Mis pequeños amigos: Habéis asistido este año a la Jura de Banderas, que es la más conmovedora consagración del amor a la Patria. […] La Bandera roja y gualda es la representación de España, de nuestra Madre Patria. Madre Patria la llaman también las jóvenes Repúblicas de Hispano-América, porque España llevó a aquellos lejanos países la luz de la fe y los bienes de la civilización. Más de veinte naciones, hoy poderosas y florecientes, nacieron a la vida culta en el Nuevo Mundo por el generoso y admirable esfuerzo de nuestra Madre Patria. Diez y nueve de ellas hablan nuestro idioma, siguen nuestras costumbres, se rigen por leyes derivadas de nuestro antiguo derecho y miran con veneración y respeto a nuestra Bandera.» («A los niños y niñas de las escuelas de Madrid», págs. 5-8.)

«Recuerdo de la jura de la Bandera. El inspector jefe de Primera enseñanza don Francisco Carrillo publicará en breve un folleto, con el título antedicho, que, costeado por el Gobierno civil de Madrid, será repartido entre los niños de las Escuelas. Exaltar el fervor patriótico de la infancia, inculcando devoción hacia la bandera nacional, es el fin que se propone el señor Carrillo, y seguramente sabrá hacer una publicación sugestiva, pues sus condiciones de excelente publicista y pedagogo son garantía de acierto.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 16 de abril de 1924, pág. 655.)

«Recuerdo de la jura de la Bandera. Ya se ha publicado este folleto que anunciamos días pasados y se está repartiendo entre los niños de las Escuelas de Madrid. Se ha hecho una tirada de 10.000 ejemplares, costeada por el Gobierno civil de la provincia. Tiene una bonita presentación y, efectivamente, es un grato recuerdo a la par que estimulante patrio para la grey infantil. Lleva un bien escrito y sentido prólogo del inspector jefe de Primera enseñanza don Francisco Carrillo y el capítulo “¡La Patria!” del libro titulado “La ley de Dios”, del ilustrado maestro de las Escuelas nacionales de la corte don Alfonso Benito Alfaro. Las ilustraciones son del inimitable dibujante señor Pedrero. Nuestra enhorabuena a los iniciadores y autores.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 26 de abril de 1924, pág. 728.)

La publicación y difusión del folleto Recuerdo de la Jura de la Bandera. Madrid 30 de marzo de 1924 se produjo inmediatamente antes del inicio del Primer Congreso Nacional de Educación Católica (26 de abril a 10 de mayo de 1924), y de la correspondiente Exposición Pedagógica aneja al mismo, instalada en la Biblioteca Nacional y que Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia visitaron el martes 22 de abril de 1924: “un niño mudito los saludó con gracia respetuosa, dándoles con voz muy clara un ¡Viva!”. En el catálogo memoria de esa exposición, prueba del poderoso empuje institucional de la educación católica “privada” en España, puede verse una foto titulada: “Fachada de la Biblioteca Nacional.– En la escalinata, más de mil niños de las Escuelas Salesianas que salían de visitar la Exposición.”

«En algunas secciones el Rey manifestó su franco desagrado por los rótulos en idiomas extranjeros, ya que las instalaciones son de Colegios españoles y la Exposición es de educación españolísima y el Congreso eminentemente nacional. En cambio, al examinar las colecciones de libros de enseñanza expuestos por otras Ordenes (Hermanos de las Escuelas Cristianas y Hermanos Maristas), editados por las mismas, viéndo con gran complacencia el sentimiento de españolismo en que abundan, exclamó: —En mi reciente viaje a Roma, aprendí bien que hay que ser nacionalista dentro del Catolicismo.» (Catálogo de la Exposición pedagógica aneja al Primer Congreso Nacional de Educación Católica (26 de abril a 10 de mayo de 1924), Madrid 1926, pág. 90.)

Francisco Carrillo participó en el Primer Congreso Nacional de Educación Católica: «En la Sección 8.ª, el inspector jefe de la provincia de Madrid, ilustrísimo señor doctor don Francisco Carrillo Guerrero, desenvolvió brillantemente, en un magistral discurso, el tema “Cantinas y Roperos”, siendo aprobadas por aclamación sus conclusiones entre los entusiastas aplausos de la concurrencia.» (Suplemento a La Escuela Moderna, Madrid, 30 de abril de 1924, pág. 744.)

«Los alrededores de Madrid. La fiesta del niño. El domingo último se celebró en el barrio de Doña Carlota esta simpática fiesta, con la misma brillantez que en años anteriores. Fue presidida por el inspector jefe de Primera enseñanza de la provincia de Madrid, doctor D. Francisco Carrillo y Guerrero. Dio lectura la señorita Alonso, profesora de la Escuela, a un notable discurso del catedrático jubilado de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, doctor D. Eduardo Lozano y Ponce de León, alma y vida de las Escuelas de dicho barrio, que sostiene la Sociedad benéfica carloteña. El discurso fue extraordinariamente aplaudido. Don José Alarcón y Ortuño leyó una inspirada y sentida poesía titulada “Pro infancia”, escrita expresamente para dicho acto. Mereció grandes aplausos de todos los concurrentes a la fiesta. Doña Casilda Monreal, esposa del doctor Lozano, pronunció un bello y patriótico discurso, animando a la juventud a proseguir la hermosa obra de cultura iniciada por su marido. Fue justamente aplaudida. La señora doña Carmela Velarde de Alarcón cantó magistralmente la bella romanza “Las quejas del alma”, mereciendo por su notabilísimo trabajo una gran ovación. Y finalmente, el doctor D. Francisco Carrillo y Guerrero, después de distribuir entre los alumnos premiados cartillas de la Caja postal de Ahorros, hizo brillante y elocuentemente el resumen de tan simpática fiesta, escuchando una gran ovación al final de la misma, con la que se dieron entusiastas vivas a España.» (La Libertad, Madrid, 6 de junio de 1924, pág. 6.)

«La reforma agraria en Checoeslovaquia, por Joseph Wiehen. El Instituto Iberoamericano de Derecho Comparado ha aumentado la lista ya numerosa de sus publicaciones con una traducción, hecha con esmero y competencia, de la obra La reforma agraria en Checoeslovaquia. La versión ha corrido a cargo del doctor en Derecho D. Francisco Carrillo. El doctor Wiehen es un joven investigador alemán, discípulo del eminente Schultse-Galwaernitz. En la obra a que nos referimos, expone una nueva modalidad del derecho económico frente al problema de la explotación del suelo. No es la solución agraria de la revolución rusa a todas luces deficiente, ni el régimen de colonización interior de Alemania, sino una nueva resultante de los intentos realizados por los economistas de estos últimos dos siglos, mediante la cual se preconiza la reforma del suelo, que convierte en función de Gobierno la distribución de las tierras, encomendando a una oficina, autónoma en parte, las operaciones judiciales, económicas, financieras, de una nueva organización sobre las cacareadas bases del cooperativismo. Don Francisco Rivera Pastor ha puesto un interesante comentario, que va al frente del libro.» (El Sol, Madrid, 18 de junio de 1924, pág. 4.)

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«Se encuentra veraneando en la Isla el inspector jefe de Primera enseñanza, de Madrid, el que antes lo fue de Oviedo, don Francisco Carrillo. Le acompaña su distinguida y bondadosísima señora. Allí consagran sus ocios a laborar en pro de la Escuela rural, por la que sienten ambos verdadera predileccion. Nuestra brillante colaboradora doña María Balbín, maestra nacional, nos envía el siguiente soneto, dedicado a este propósito a la señora doña Lorenza Koehler de Carrillo: […]» (“María Balbín, Soneto a la señora doña Lorenza Koehler de Carrillo”, Región, Oviedo, 11 de agosto de 1926, pág. 4.)

En el segundo trimestre de 1927 aparecen los primeros títulos de las “Bibliotecas Populares Cervantes”, colección de libros donde “Francisco Carrillo Guerrero, Inspector-Jefe de Primera enseñanza de Madrid” figura como director y, suponenos, impulsor, pues no cabe imaginar que dada su trayectoria fuera mero prestanombres. Estaba previsto que formaran tres series de cien tomos cada una: “Las cien mejores obras de la literatura española”, “Las cien mejores obras de la literatura universal”, y “Las cien mejores obras educadoras”.

«Ha sido concedida la cruz de primera clase de la Orden civil de Beneficencia a doña Lorenza Koehler de Carrillo, dama enfermera de primera clase de la Cruz Roja española, por la generosa abnegación con que prestó relevantes servicios al cuidado de los enfermos en el Hospital de la V. O. T. de San Francisco de Asís, de esta corte, desde el año 1919 hasta el 1925. A su vez, la Asamblea Suprema de la Cruz Roja ha otorgado la medalla de oro a tan caritativa dama por su abnegado proceder.» (El magisterio español, 21 julio 1927).

«El Ayuntamiento de Colunga, altamente persuadido de la gran obra que en pro de débiles y necesitados viene realizando el ilustrísimo señor don Francisco Carrillo Guerrero y su distinguida señora doña Lorenza Koehler, ha querido testimoniar su gratitud y reconocimiento, tomando la iniciativa del Alcalde don Juan Vigil de dar los nombres de “Avenida de Francisco Carrillo” y “Plaza de Lorenza Koehler” a las calles denominadas Ramal y El Castro.» (La Voz de Asturias, Oviedo, 26 agosto 1928).

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Lorenza Koehler muere en 1959. La prensa recoge que, al menos en enero de 1963 y enero de 1966, una representación de los inspectores de enseñanza primaria le visitaban protocolariamente en su casa de Zurbano 20, como inspector de primera enseñanza jubilado de mayor edad. Francisco Carrillo muere en Madrid el 23 de abril de 1970.


Textos de Francisco Carrillo Guerrero en Filosofía en español

1924 «A los niños y niñas de las escuelas de Madrid», en Recuerdo de la Jura de la Bandera, Madrid, 30 de Marzo de 1924, Madrid 1924, págs. 5-8.

1928 «Lo que son las Bibliotecas Populares “Cervantes”. Por la cultura y por la Patria», en Una obra nacional. Los Legionarios de la Cultura y las Bibliotecas Populares “Cervantes”, Madrid 1928, págs. 8-12.

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