Federico Alberto Lange (1828-1875) | Historia del materialismo, Madrid 1903 |
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Primera parte. La filosofía moderna. Capítulo II:
Federico Alberto Lange, Historia del materialismo, Madrid 1903, tomo 2, páginas 80-140
Los países donde ha nacido la filosofía moderna vuelven a la vida real, en tanto que la metafísica permanece en Alemania. – Marcha del desarrollo intelectual de Alemania. – Causas de la renovación del materialismo; influjo de las ciencias de la naturaleza; Cabanis y el método somático en fisiología. – Influencia del hábito de las polémicas filosóficas y de la libertad de pensamiento. Tendencia hacia la filosofía de la naturaleza. – Evolución al realismo después de 1830. – Feuerbach. – Max Stirne. – Decadencia de la poesía; desarrollo de la industria y de las ciencias de la naturaleza. – La teología crítica y la joven Alemania; movimiento creciente de los espíritus hasta el año 1848. – La reacción y los intereses materiales; nuevo vuelo de las ciencias de la naturaleza. – Principio de la polémica materialista. – Büchner y la filosofía. – Büchner; detalles personales; es influenciado por Moleschott; obscuridades y defectos de su materialismo. – Moleschott es influenciado por Hegel y Feuerbach; la teoría del conocimiento de Moleschott no es materialista. – Posibilidad del materialismo después de Kant. – El imperativo categórico: conténtate con el mundo dado. – Czolbe.
Inglaterra, Francia y los Países Bajos, verdaderas patrias de la filosofía moderna, abandonaron a fines del siglo último (XVIII) el teatro de las luchas metafísicas; desde Hume, Inglaterra no ha producido ningún gran filósofo, a menos que no se quiera otorgar este título al penetrante y vigoroso Mill; un vacío semejante existe en Francia entre Diderot y Comte; sin embargo, en estos dos países encontramos en otros terrenos progresos y revoluciones muy grandiosas; aquí el vuelo sorprendente de la industria y del comercio merced a una consolidación general en la política, y allá una revolución que conmovió a Europa, y a la que siguió el desarrollo de un poder militar formidable; fueron estas dos evoluciones nacionales muy diferentes y aun opuestas; los dos «poderes occidentales» coincidieron, no obstante, en un punto: se preocuparon únicamente de los problemas de la vida real; nosotros los alemanes, durante ese tiempo, seguíamos con la metafísica.
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