Federico Alberto Lange (1828-1875) | Historia del materialismo, Madrid 1903 |
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Segunda parte. Las ciencias físicas. Capítulo primero:
Federico Alberto Lange, Historia del materialismo, Madrid 1903, tomo 2, páginas 141-192
Materialistas y especialistas: diletantismo y escuela en las ciencias físicas y en la filosofía. – Manera de pensar conforme a las ciencias físicas y a la filosofía. – Los límites del conocimiento de la naturaleza. – Du Bois Reymond. – Errores de los materialistas y de los teólogos. – Rectificación de las consecuencias de las hipótesis de Du Bois-Reymond. – Los límites del conocimiento de la naturaleza son los límites del conocimiento en general. – La concepción mecánica del universo no puede descubrirnos la esencia íntima de las cosas. – El materialismo cambia la teoría en realidad y el dato inmediato en apariencia. – La sensación es un hecho más fundamental que la movilidad de la materia. – Aun la hipótesis de una materia sensible no resuelve todas las dificultades. El tercer desconocido. – Censuras injustas dirigidas al materialismo. – El materialismo vencido por las ciencias filosófica e histórica. – Valor de las teorías. – El materialismo y el idealismo en el estudio de la naturaleza.
El materialismo se ha apoyado siempre en el estudio de la naturaleza; hoy no puede ya limitarse a explicar en su teoría los fenómenos de la naturaleza según su posibilidad; es preciso que se coloque en el terreno de las investigaciones exactas y acepte voluntariamente esta posición, persuadiéndose de que necesariamente ganará su proceso; muchos de nuestros materialistas llegan hasta pretender que la concepción del universo que ellos adoptan es una consecuencia necesaria del espíritu de las investigaciones exactas; este es un resultado natural del inmenso desarrollo en longitud y profundidad dado a las ciencias físicas, después de renunciar al método especulativo para pasar al estudio preciso y sistemático de los hechos; no nos admiremos, pues, si los adversarios del materialismo se agarran con especial placer a cada frase con que los sabios serios rechazan esta pretendida consecuencia y aun representan al materialismo como explicando mal los hechos, como error natural de investigadores superficiales, por no decir habladores insubstanciales.
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