Pablo Martí Zaro 1920-2000
Pablo Martí Zaro nació el 12 de agosto de 1920 en Madrid. Al proclamarse la República vivía en Gijón con su familia, que evitó la guerra civil desplazándose a Francia. Vuelto a España, tras cumplir el servicio militar obligatorio, cursó los estudios de la escuela especial de ingenieros agrónomos, aunque sus principales intereses tenían que ver entonces con el teatro: en enero de 1945 leyó en el Ateneo su obra en un acto Entre tren y tren, que resultó premiada y fue representada en el teatro María Guerrero; en 1951 obtuvo el Premio Nacional Calderón de la Barca, por la obra El mal que no quiero; en 1952 estrenó el drama La muerte de Ofelia y en 1954 fue uno de los cuatro impulsores de la agrupación Teatro de Arte Proteo, que organizó en el Ateneo un ciclo de conferencias sobre teatro en el que ya participó Dionisio Ridruejo. En 1956 intervino en la fundación del clandestino Partido Social de Acción Democrática (PSAD), impulsado por el falangista opositor Dionisio Ridruejo, de quien se convirtió desde entonces en cercano colaborador. En 1958 obtuvo una de las becas para escritores concedidas por la Fundación Juan March. En junio de 1962 asistió al IV Congreso del Movimiento Europeo (el «contubernio de Munich»), perdiendo el puesto de funcionario que tenía en España. Tras unos meses en París, incorporado al Congreso por la Libertad de la Cultura de la mano de Pierre Emmanuel y de Julián Gorkin, volvió a Madrid a finales de 1962 para encargarse, profesionalmente, de la Secretaría del Comité español de esa institución anticomunista organizada en 1950 y que era mantenida con fondos norteamericanos (en abril de 1966 se supo que, desde 1950, directamente por la CIA), empleo que mantuvo hasta 1977 (esta circunstancia no era desconocida, como es natural, por sus amigos, que solían decirle jocosamente Pablo Martí y CIA).
Entre 1965 y 1976 impulsó Seminarios y Ediciones S.A., una de las modulaciones del Congreso, cuya editorial publicó en 1967 su primer libro: José Luis Abellán, Filosofía española en América 1936-1966 (coedición con Ediciones Guadarrama, Madrid 1967, 325 págs.). Después publicó otros cinco libros y, entre 1970 y 1976, los 71 títulos que conforman la Colección Hora H. Ensayos y documentos.
Al reorganizarse el partido de Dionisio Ridruejo como Unión Social Demócrata Española, USDE, ejerció de secretario de tal organización, que se fue deshaciendo tras fallecer Ridruejo en 1975, unos meses antes que Franco. En mayo de 1976 –meses antes de que fuesen legalizados PSOE (febrero 1977) y PCE (abril 1977)– el diario El País, que había aparecido ese mismo mes, publicó su artículo Mi fe social-demócrata. En noviembre de 1976 Gloria Ros, viuda de Ridruejo, se enfrentó públicamente con él. En la efervescencia de la transición su nombre fue pronto olvidado y preterido, incluso por aquellos que se habían servido de sus buenos oficios para escalar posiciones en el tardofranquismo previo a la restauración borbónica partitocrática. Falleció discretamente en Madrid, el 1º de marzo de 2000.
1945 «Aula de cultura. Hoy, a las siete de la tarde, se celebrará, en el Aula de Cultura de la Delegación Provincial de Educación Nacional (Ateneo de Madrid) la quinta sesión del ciclo de noveles, en la que intervendrán D. Manuel y don Félix Atalaya, leyendo su obra en un acto Luz que se apaga, y D. Pablo Martí Zaro, que leerá también su obra en un acto, titulada Entre tren y tren, ambas aceptadas por el Jurado para su lectura, y a las que hará la crítica D. Enrique Azcoaga.» (ABC, Madrid 13 de enero de 1945, pág. 19.)
«María Guerrero: estreno de las tres obras premiadas en el Concurso del Aula de Cultura. Anoche fueron estrenadas las tres obras premiadas en el reciente concurso del Aula de Cultura: El faro de Festelnay, drama, de Alicia Martínez Valderrama, lleno de inspirada poesía, de aliento trágico y de muy suelta destreza escénica; el drama Entre tren y tren, original de Pablo Martí Zaro, que en esta primera salida por los campos de la escena revela un temperamento y una originalidad nada comunes, gran hondura psicológica y cuidado estudio de ambiente, y el embrollo humorístico Unas piernas de mujer, divertida farsa de Gonzalo Azcárraga, con muy moderno y audaz sentido y concepto del nuevo teatro cómico. Los autores salieron a saludar entre grandes ovaciones, extensivas al director y realizador, Roberto Carpio, que, una vez más, ha probado su maestría y finura en estos menesteres. […]. Alfredo Marquerie.» (ABC, Madrid, 12 de junio de 1945, pág. 14.)
1946 «El festival anunciado para hoy por la Congregación de los Luises aplazado. El recital poético de José María Valverde, recital de piano por Francisco García Carrillo y la representación del drama La llamada, de Pablo Martí Zaro, cuya celebración estaba anunciada para hoy, día 5, en él salón-teatro de la Congregación de Nuestra Señora del Buen Consejo y San Luis Gonzaga, Zorrilla, 3, ha tenido que ser aplazada por causas ajenas a la voluntad de la Dirección, hasta el próximo sábado, día 12, en que se celebrará a las siete de la tarde.» (ABC, Madrid, 5 de enero de 1946, pág. 26.)
En 1951 obtiene el Premio Nacional Calderón de la Barca, por la obra teatral El mal que no quiero, premio que el año anterior, primero en el que se convocaba, había quedado desierto, y del que fue finalista con La muerte de Ofelia (que se estrenó el 20 de mayo de 1952 en el Teatro María Guerrero).
«Premios. En una entrevista aparecida en ese periódico el 20 de agosto, mi admirado amigo José Luis Sampedro afirma: 'Gané el Calderón de la Barca en 1950'. Y no es cierto. Aquel año, el primero en que se convocó, dicho premio fue declarado desierto. Según una crónica publicada a la sazón en el diario ABC, quedaron como finalistas 10 obras, entre las cuales se encontraban La paloma de cartón, de él, y La muerte de Ofelia, mía. El Calderón de la Barca se otorgó por primera vez en la convocatoria siguiente, de 1951, y los autores galardonados fuimos Isabel Suárez de Deza, Luis Delgado Benavente y yo. Dado el tiempo transcurrido, el fallo de memoria que ha padecido Sampedro se explica perfectamente y en nada merma ni el respeto ni el alto aprecio que siempre le he profesado. Pablo Martí Zaro.» (Cartas, El País, Madrid 4 de septiembre de 1995.)
1952 «Teatro Español Universitario. Dentro del ciclo de Teatro Universitario, organizado por la Jefatura del D. U., se presentarán los T. E. U. de la Escuela Superior de Comercio y de la Oficial de Periodismo en el teatro de la Infanta Beatriz, el primero de ellos, mañana, miércoles, a las once de la noche, con estrenos de Buero Vallejo, Martí Zaro y Alfonso Paso, y el de Periodismo, pasado mañana, jueves, con Tres dramas en tres minutos para tres personajes, de Thornton Wilder; El gallo y la tierra, de José Antonio Novais, y Tenía que ser…, de Antonio D. Olano. Las invitaciones podrán recogerse en la plaza de Matute, 11, tel. 222281.» (ABC, Madrid, 1 abril 1952, pág. 33.)
«Tres estrenos del Teatro Español Universitario en el Infanta Beatriz. El Teatro Español Universitario de la Escuela Superior de Comercio dio anoche a conocer en el Infanta Beatriz dos obras en un acto y la breve tragedia de Buero Vallejo Las palabras en la arena. Se advertía animación fresca y jubilosa, en el ambiente, y buena fe, temple propicio y solícita atención en los espectadores. Éstos aires, sí en alguno, podrá un día refrigerarse el opresivo vaho de nuestras costumbres teatrales. El drama en un acto de Pablo Martí Zaro, Un caso curioso, escrito con excelente verbo teatral, y bien interpretado por Pilar Fernández Labrador y Rafael Redondo, entre otros, revela en su autor un sentido fino y sobrio del arte dramático. Se aplaudió con vehemencia.» (ABC, Madrid, 3 de abril de 1952, pág. 33.)
«El drama La muerte de Ofelia será estrenado próximamente por el Teatro de Ensayo 'La Caratula'. Pablo Martí Zaro (premio nacional Calderón de la Barca 1951), estrenará en breve su drama en cuatro actos La muerte de Ofelia. El montaje correrá a cargo del Teatro de Ensayo 'La Carátula', pajo la dirección de José Gordón, interpretarán el drama Marisa de Leza, Mairata O'Wisiedo, Ana de Leiva, Ricardo Lucia, Emilio Alisedo, Rincón y Francisco Gil.» (ABC, Madrid, 27 de abril de 1952, pág. 49.)
«El próximo día 20 se celebrará en el María Guerrero, por 'La Carátula', el estreno del drama 'La muerte de Ofelia'. El día 20, a las once de la noche, se celebrará el estreno del drama en cuatro actos de Pablo Martí-Zaró (Premio Calderón de la Barca 1951), titulado La muerte de Ofelia. Marisa de Leza, Mayra O'Wisiedo, Ana de Leyva, Ricardo Lucia y Emilio Alisedo serán los principales intérpretes. La dirección escénica estará a cargo de José Gordón. Esta sesión, en representación única, se celebrará en el María Guerrero, presentada por el teatro de ensayo 'La Carátula' y el 'Teatro de Arte', en colaboración.» (ABC, Madrid, 10 de mayo de 1952, pág. 33.)
«El movimiento teatral 'experimental', en España. Verbenean en estos últimos años en Madrid, Barcelona y otras grandes ciudades las compañías de Teatro de Arte, Teatro de Cámara, Teatro Experimental y Universitario. Un sagaz escritor, don Alfonso Sastre, explica en las siguientes líneas la significación de este fecundo movimiento de renovación dramática: «En 1945 el panorama del teatro español no ofrecía grandes atractivos. Nuestra escena vivía de burdas tragicomedias, melodramas sentimentales y astracán. Se anunciaba ya la ruidosa aparición escénica del 'folklore' y la revista musical trataba de digerir su purga y exhibir de nuevo su tradicional y desenfadado cortejo. Se vivía de temas y figuras a punto de momificación. El esfuerzo oficial a favor de la dignidad de la escena española resultaba insuficiente. Los teatros Español y María Guerrero –a pesar de la elogiosa crítica que acompañaba su labor– se veían desatendidos del gran público. Y la juventud, en masa, había desertado del teatro, solicitada por otras tareas y por distintos espectáculos. En este clima, por el otoño de 1945, se funda el grupo experimental Arte Nuevo, que había de ser el principio de la gran corriente 'experimentalista' que iba a vivificar, en años sucesivos, la vida teatral española. […] Pocos son, en esta abundante y peligrosa corriente, los teatros que permanecen años y años. Pero 'La Carátula' de José Gordón permanece y nuevamente se anuncia. Ahora nos trae –para el día 20 y en el María Guerrero– un importante acontecimiento. Un nuevo autor español, Pablo Martí Zaro, Premio Calderón de la Barca, va a ser presentado al público en única sesión. El drama se titula La muerte de Ofelia y su estreno tiene el máximo interés experimental.» (ABC, Madrid, 18 de mayo de 1952, pág. 13.)
«Autocrítica del drama 'La muerte de Ofelia', que esta noche se estrena en el María Guerrero, por 'La Caratula'. Esta noche se estrena en el María Guerrero, por el Teatro de Ensayo 'La Carátula', el drama de Pablo Martí Zaro, La muerte de Ofelia. Su autor dice: La muerte de Ofelia no es un drama de guerra. Lo advierto de inmediato, porque es justamente la guerra, nuestra guerra de España, la 'circunstancia' que envuelve a mis personajes y condiciona por entero el planteamiento y el desarrollo del conflicto en que están comprometidos: un conflicto que tal vez no habría llegado a apoderarse de ellos, a cristalizar, si la guerra no hubiera venido a encerrar sus vidas en estrecho e inflexible cauce. Esa guerra es la de España, por la sencilla razón de que mis personajes son españoles, porque es la única que yo conozco y de la que puedo hablar. Pero no es la guerra, tomada en su peripecia, ni tampoco en su aspecto de lucha ideológica lo que constituye el tema de mi obra. El tema de La muerte de Ofelia es otro, es muy antiguo y bien conocido: la pugna entre la mujer que por naturaleza pone su ser en lo concreto y sensible, en el bien presente, y el hombre, siempre necesitado de trascendencia, eternamente ansioso de más allá; la pugna que se convierte en drama, en duelo a muerte, cuando ninguno de los dos protagonistas puede renunciar a sí mismo, ni tampoco al amor del otro. El duelo Hamlet-Ofelia, que también fue a muerte, es el antecedente que, a manera de motivo melódico, determina la configuración de mi drama e imprime un sentido preciso al destino de mis personajes. La causa de que para esta ocasión haya elegido La muerte de Ofelia en lugar de El mal que no quiero –que fue la obra premiada en el Concurso Calderón de la Barca– es que la creo más adecuada, por su tónica y su carácter, para iniciar esa comunicación que, como todo autor, deseo llegar a establecer con el público. Que mis criaturas lleguen a cobrar realidad sobre un escenario lo debo a la iniciativa y al esfuerzo de ese joven y ya maduro director que es José Gordón, así como al entusiasmo que han puesto en las interpretaciones que les han sido encomendadas Marisa de Leza, Mairata O'Wisiedo, Carola Fernán-Gómez –quien a última hora se ha hecho cargo de un papel lleno de dificultades–, Ricardo Lucia, Emilio Alisedo, Rincón, Samaniego y Wéber, sin olvidar a Enrique Rivas, que ha diseñado y realizado unos decorados magníficos. A todos ellos y a quienes me concedan esta noche su atención, vaya con estas líneas mi gratitud.» (ABC, Madrid, 20 de mayo de 1952, pág. 37.)
«En el María Guerrero se representó anoche por 'La Carátula' el drama de Martí-Zaro 'La muerte de Ofelia'. No creemos qué La muerte de Ofelia, de Pablo Martí-Zaro, estrenada anoche en el María Guerrero, sea obra apropiada para ser interpretada por un teatro de ensayo. La encontramos más cerca de la comedia de costumbres y aun, a pesar de lo que afirma su autor, nos parece una pintura –a veces, acertadísima– del Madrid dominado por el marxismo. Las, a nuestro juicio, excesivas referencias a pasajes del Hámlet shakespiriano, quizá para justificar el título de la obra, dieron ocasión a que el público mostrara alguna señal de impaciencia. Hay, por otra parte, en la obra, indudables aciertos de situación y diálogo, tal, por ejemplo, el monólogo que en el último acto dijo Mayrata O'Wisiedo con una sinceridad y un arte de actriz realmente admirable. Del resto de los intérpretes conviene destacar a Marisa de Leza, que defendió un papel difícil y monótono, y a Carola Fernán Gómez –gran actriz últimamente alejada de los escenarios madrileños–, que improvisadamente se hizo cargo de un papel que debiera haber interpretado Ana de Leyva. G. B.» (ABC, Madrid, 21 de mayo de 1952, pág. 33.)
1954 «Teatro de arte Proteo. Santiago Melero, Manuel Villalba, Pablo Martí Zaro y José López Clemente han creado una Agrupación que titulan 'Teatro de Arte Proteo', y se disponen a lanzarse a la noble aventura de hacer en la escena española comedias que rompan 'la atonía creadora que invade desde hace años nuestros tablados'. Piden en su manifiesto anunciador del propósito el esfuerzo de todos, y dicen que su principal objetivo es dar pasa a los autores noveles, hoy, sin esperanzas, 'aun cuando se intente aparentar ío contrario'. Adoptarán las innovaciones que tengan éxito, exhumarán textos clásicos griegos, y españoles, ajenos a los monótonos repertorios actuales, y piden la adhesión de los aficionados al teatro. El buen deseo de los propulsores de Proteo merece estímulos y de desear que su propósito se convierta en realidad.» (ABC, Madrid, 8 de enero de 1954, pág. 27.)
«Ciclo de conferencias teatrales 'Proteo'. El Teatro de Arte Proteo, en colaboración con el Ateneo de Madrid, abrirá el próximo día 26 del corriente, en el salón de actos de dicho Centro, un ciclo de conferencias sobre cuestiones esenciales del Teatro. Pronunciará la inauguración Dionisio Ridruejo, con el título de Interrogantes sobre el Teatro. Sucesivamente intervendrán, por el siguiente orden: Alfredo Marqueríe, Walter Starkie, Nicolás González Ruiz, José Hierro, Gonzalo Fernández de la Mora, Joaquín Calvo Sotelo, Fernando Fernán-Gómez, Eusebio García Luengo, Santiago Melero, Manuel Diez Crespo, Pablo Martí Zaro y Guillermo Díaz Plaja.» (ABC, Madrid, 15 de abril de 1954, pág. 28.)
★ 1956 En el Partido Social de Acción Democrática de Dionisio Ridruejo
Pablo Martí Zaro, que como hemos visto ya tenía relación con Dionisio Ridruejo al menos desde 1954, por vía teatral, se vinculará políticamente en 1956 con el heterodoxo antiguo ideólogo falangista. Dionisio Ridruejo había nacido en 1912 y se afilió ya en 1933, desde sus inicios, a la entonces autoconsiderada fascista Falange Española, fundada por José Antonio Primo de Rivera, que en febrero de 1934 se fusionó con las JONS de Ramiro Ledesma Ramos; iniciada la guerra colaboró desde su primer número en Vértice, que se estaba imprimiendo en Guipúzcoa mientras en Salamanca decretaba Franco la unificación con los requetés, de donde surgió FET de las JONS (19 abril 1937), provocando el malestar de no pocos falangistas, entre ellos Ridruejo, quien de cualquier modo ejerció como Jefe del Servicio Nacional de Propaganda (se recuerda que fue «Dionisio Ridruejo, el que creó el escudo», decretado el 2 de febrero de 1938, que incorporó la leyenda: «Una, grande, libre»). Terminada la guerra formó en el grupo que impulsó la revista oficial Escorial, que apareció en noviembre de 1940 bajo su dirección (con Pedro Laín Entralgo como subdirector, Antonio Tovar, Gonzalo Torrente Ballester, José Luis López Aranguren, &c.). Voluntario en la División Azul contra el comunismo, al regresar de Rusia reprocha Ridruejo a Franco, en su famosa carta de julio de 1942, su poca firmeza («El dictador no puede ser un árbitro sobre fuerzas que se contradicen, sino el jefe de la fuerza que encarna la revolución. El Movimiento no puede ser un conglomerado de gentes unidas por ciertos puntos de vista comunes, sino una milicia fuerte, homogénea y decidida…»), renuncia a sus cargos y sufre destierro hasta 1948, volviendo después a Madrid como moderado opositor interior. A poco de comenzar el curso 1955-1956 la Dirección General de Seguridad distinguía dos «Grupos activos de comunistas e institucionistas en la Universidad de Madrid», destacados en la preparación del Congreso de Escritores Jóvenes y del «Homenaje laico a Ortega», fallecido el 18 de octubre. Según el informe fechado el 10 de noviembre de 1955, el grupo más provocador era el comunista, capitaneado por Enrique Múgica Herzog, quien se habría infiltrado en el SEU donde «inmediatamente se hizo, con una gran audacia, muy amigo de Laín y de Dionisio Ridruejo». El 19 de enero de 1956 asiste Ridruejo a la reunión celebrada en el Club «Tiempo Nuevo» (Alcalá 93), con Miguel Sánchez-Mazas Ferlosio, Jesús López Pacheco, Javier Pradera, Enrique Múgica, Ramón Tamames, &c., en la que se preparó el famoso «Manifiesto a los universitarios madrileños», difundido el 1º de febrero de 1956, que determinó la detención de los inspiradores de los sucesos adoptados como inicio del movimiento estudiantil bajo el franquismo.
«En esta situación se perfilan los contornos de nuevas formaciones políticas, surgidas del seno de las fuerzas que constituían la base social de la dictadura y hoy se alejan de ella. Dichas formaciones son ya una realidad en la vida política española, influyen sobre ella, aunque algunas no aparecen aún abiertamente con su fisonomía propia. Entre esas formaciones nuevas las que se han mostrado hasta aquí de manera más abierta son: la llamada tercera fuerza monárquica, en la que aparece como ideólogo Calvo Serer; el movimiento liberal, en el que se destacan hombres como Pedro Laín, Dionisio Ridruejo, el doctor Marañón y los dirigentes universitarios encarcelados recientemente por la dictadura, y la democracia cristiana. […] El movimiento liberal abarca variados matices: desde ciertos núcleos tradicionales liberales, pasando por toda una serie de personalidades del campo intelectual que han abandonado Falange y evolucionado hacia posiciones democráticas, hasta la juventud universitaria que adopta una actitud más progresista. A través de discursos, libros y artículos, este movimiento, bajo el lema de integración, y con todas las limitaciones que la censura impone, defiende de hecho una línea de reconciliación nacional, de libertades democráticas. Los liberales han apoyado la lucha de los estudiantes contra Falange, lucha cuyo alcance político democrático es evidente.» (Partido Comunista de España, Por la reconciliación nacional, junio de 1956.)
En el otoño ese grupo liberal cristalizado en torno a Dionisio Ridruejo adquiere «fisonomía propia», al fundarse en Madrid el 29 de noviembre de 1956, en casa de Amando Sacristán, un clandestino Partido Social de Acción Democrática (PSAD): Dionisio Ridruejo, Fernando Baeza, Vicente Ventura, Adolfo Aguillaume, Pablo Martí Zaro, Carlos Muñiz, Juan Antonio Alonso, Ignacio Sotelo, José María Moreno Galván, Pablo Ortega, Fernando Guillermo de Castro y Fernando Morán, que representaba a Enrique Tierno (Fernando Chueca Goitia, «Dionisio Ridruejo y el proyecto socialdemócrata», en Antonio Fontán, dir., Los monárquicos y el régimen de Franco, Editorial Complutense, Madrid 1996, págs. 99-100.)
«Los contactos de Ridruejo con los jóvenes disidentes y con el exilio se habían multiplicado desde 1956. Mantenía correspondencia recíproca y declaradamente amistosa con Max Aub, por ejemplo, y no había cejado en buscar colaboradores para su mínimo grupúsculo político, fundado en noviembre de 1956, y en cuya representación acudía a Múnich, el Partido Social de Acción Democrática, PSAD. Entre los jóvenes que tuvo cerca desde el primer momento había un editor fenomenal, Fernando Baeza, de Ediciones Arión, e hijo del exiliado Ricardo Baeza; estaba también el escritor reservado y complejo José Suárez Carreño, miembro de la FUE antes de la guerra, y que el mismo día que le conceden el Premio Nadal en 1949 por su novela Las últimas horas lo detiene la policía franquista por sus actividades en la FUE; estaba Pablo Martí Zaro también, estrechísimo colaborador hasta el final, cuando organizaron la editorial Seminarios y Ediciones, o estaban Fermín Solana y Vicente Ventura, jóvenes conspiradores del ámbito socialista.» (Jordi Gracia, «Dionisio Ridruejo, entre París y Madrid», El País, Madrid 8 de mayo de 2005.)
[Conviene tener presente que, en paralelo, y no tanto desde las irisaciones falangistas sino desde los claustros clericales avanzados –HOAC, JOC…–, también se detectan entonces curiosos movimientos: el diplomático Julio Cerón Ayuso, que desde 1956 se venía reuniendo en un convento de monjas de Carabanchel con su grupito, capitanea en 1958 la constitución, en la iglesia de San Antonio, del Frente de Liberación Popular, el «FeLiPe»: Fernando Romero, Jesús Ibañez, Joaquín Aracil, Ignacio Fernández de Castro, José Ramón Recalde, y elementos monárquicos tan significados como Juan Tomás de Salas, Nicolás Sartorius y José Luis Leal Maldonado. Un FLP que secundó la Huelga Nacional Pacífica promovida por el Partido (comunista, por supuesto) para el 18 de junio de 1959.]
★ Entorno periodístico, literario y editorial: intelectual abajofirmante en 1960
Pablo Martí Zaro ya era funcionario del Estado como ingeniero técnico agrícola y estaba casado (tuvo tres hijos, el mayor nacido en 1955, la menor en 1961). En las notas biográficas que figuran en la solapa del opúsculo publicado en 1996, se dice que entonces era además «redactor de Radio Madrid (1952-57), asesor literario de Editorial Cid (1952-1957) y de Ediciones Arión (1957-62)».
Ediciones Cid, para quien tradujo al menos dos de las novelitas policiacas de la serie de René Madec (René de la Pox de Fréminville, 1905-1972, conocido también como Jean Merrien) sobre El padre Garrec (aparecidas en 1957 y 1958), estaba vinculada a la Cadena SER, de quien tenía los derechos de publicación de sus radionovelas, editaba el semanario juvenil Chicos y colecciones tan populares como La novela del sábado (desde 1954, números 48-100), Echate a volar, Biblioteca de Chicas, &c. Presidía su Consejo de Administración Antonio Garrigues Díaz-Cañabate, y la dirigía Manuel Aznar.
Ediciones Arión (1957-1962), la editorial de Fernando Baeza Martos (Madrid 1920-2002) –hijo del periodista y traductor Ricardo Baeza Durán (Cuba 1890-Madrid 1956), embajador de España en Chile durante la II República, director de Losada y Editorial Sudamericana en su exilio bonaerense, y de María Martos Arregui (Filipinas 1888-Madrid 1982), fundadora del feminista Liceo Club y miembro de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad; hubo de pasar en 1957 por la cárcel de Carabanchel junto con Dionisio Ridruejo; asistió en 1962 al contubernio muniqués y luego se quedó en París un año, con ayuda económica del Congreso por la Libertad de la Cultura; tras la restauración borbónica fue senador del PSOE por Huesca y uno de los impulsores de la Fundación Pablo Iglesias–, publicó en esos años títulos como los siguientes (ordenados según la edad del autor): Ramón Gómez de la Serna (1888-1963; Cuaderno de Soria, 1959), José Antonio Cabezas (1900-1993; Israel, de la Biblia al tractor, 1961) María Laffitte (1902-1986, condesa de Campo Alange; La flecha y la esponja, 1959), Elisabeth Mulder (1904-1987; La historia de Java, 1961), Miguel Hernández (1910-1942; Dentro de luz, 1958), Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999; Los gozos y las sombras: El señor llega 1957, Donde da la vuelta el aire 1960, La Pascua triste, 1962), Eusebio García Luengo (1910-2004; Cuaderno de las Extremaduras, 1962), Ramón Gaya (1910-2005; El sentimiento de la pintura, 1960), Jose Antonio Maravall (1911-1986; Menéndez Pidal y la historia del pensamiento, 1960), Gabriel Celaya (1911-1991; Penúltimas tentativas, 1960), Dionisio Ridruejo (1912-1975; Dentro del tiempo. Memorias de una tregua, 1959), Julio Caro Baroja (1914-1995; Los judíos en la España moderna y contemporánea, 1961-1962), Camilo José Cela (1916-2002; Historias de España, 1958, Cuaderno del Guadarrama, 1959), Enrique Llovet (1917-2010; Operación C-1, 1957), Julián Ayesta (1919-1996; Helena o el mar en verano, 1958), Luis de Diego (1919-2005; Un velero en el atlántico, 1957), Carlos Clarimón (1920; La Trampa, 1957), Antón Menchaca (1921-2002; Mar de fondo, 1959), Lauro Olmo (1922-1994; La Camisa, 1963), Ignacio Aldecoa (1925-1969; El corazón y otros frutos amargos, 1959), Ana María Matute (1925; Los niños tontos, 1957), Jesús Fernández Santos (1926-1988; En la hoguera, 1957), Rafael Azcona (1926-2008; Los ilusos, 1958), Josefina Rodríguez de Aldecoa (1926-2011; A ninguna parte, 1961), Carlos Muñiz (1927-1994; El Grillo, 1957), Alfredo Mañas Navascués (1927-2001; La feria de Cuernicabra, 1959), Chumy Chumez (1927-2003; Humor de contrabando, 1959), Fernando Quiñones (1930-1998; La gran temporada, 1960) y Enrique Ruiz García (1934; Esquema de una crisis, 1962).
1958 «Las becas 'March' para escritores. Publicábamos ayer una noticia de la agencia 'Cifra' en la que se informaba acerca de los escritores distinguidos con las becas de la Fundación 'March', correspondientes al año último. En la nota citaba la agencia a D. Pablo Martínez Sanz como uno de los favorecidos; en realidad su nombre exacto es D. Pablo Martí Zaro.» (ABC, Madrid, 13 de marzo de 1958, pág. 40.)
Su nombre figura entre los 235 intelectuales abajofirmantes del escrito Contra la censura, dirigido el 26 de noviembre de 1960 a los ministros de Información y Turismo y de Educación Nacional, que encabezaron Pemán, Palacios, Aleixandre, Laín Entralgo, Pérez de Ayala, Cela, Aranguren, Marías, &c. Firmaron ese escrito, por ejemplo, casi todos quienes estaban relacionados con Ediciones Arión: Fernando Baeza, Juan Antonio Cabezas, María Laffitte condesa de Campo Alange, Elisabeth Mulder, Gonzalo Torrente Ballester, Gabriel Celaya, Dionisio Ridruejo, Julio Caro Baroja, Camilo José Cela, Enrique Llovet, Lauro Olmo, Ignacio Aldecoa, Ana María Matute, Jesús Fernández Santos, Rafael Azcona, Josefina Rodríguez, Carlos Muñiz, Fernando Quiñones y Enrique Ruiz García.
[Adviértase la ausencia casi absoluta, en la relación de intelectuales abajofirmantes de 26 de noviembre de 1960, de elementos cercanos al Frente de Liberación Popular: bien es verdad que Julio Cerón estaba entonces en la cárcel, de donde no salió hasta octubre de 1962, cuatro meses después del contubernio muniqués, tras el que Dionisio Ridruejo declaraba en L'Express el 14 de junio de 1962: «El Frente de Liberación Popular es un movimiento de inspiración 'castrista', poco importante numéricamente, pero que ha desempeñado un papel muy activo y ha reforzado mucho su influencia durante las huelgas de los últimos meses» –ver el panfleto de contrapropaganda Juego sucio–.]
1961 «La revista Insula ha preguntado el juicio que merece el teatro de Valle-Inclán y su dilatadísima ausencia casi total de nuestras carteleras a prestigiosos autores dramáticos y críticos de distintas edades y orientaciones. […] Antonio Buero Vallejo, Alfonso Sastre, Pablo Martí Zaro, Francisco Sitja Príncipe, Adolfo Prego y Fernando Lázaro son los escritores interrogados por Insula; sus respuestas se alinean en frente de combate, es decir, sin atenuación en sus resueltas y vehementes opiniones.» (ABC, Madrid, 8 de septiembre de 1961, pág. 3.)
★ 1962-1977 Comité español del Congreso por la Libertad de la Cultura
Del 5 al 8 de junio de 1962 se reunió en Munich el IV Congreso del Movimiento Europeo, cuidadosamente auspiciado por las agencias norteamericanas a través de sus agentes Salvador de Madariaga, Julián Gorkin y Enrique Adroher Pascual Gironella, que lograron que asistieran más de cien delegados españoles no comunistas, unos ochenta procedentes del interior. Dionisio Ridruejo acudió con algunos de los cercanos al PSAD: Fernando Baeza, José Suárez Carreño, Fermín Solana, Vicente Ventura y, por supuesto, Pablo Martí Zaro. Algunos demoraron su vuelta a España durante meses, para evitar las consecuencias de los ardores contrarios al contubernio, pero en París contaron con la ayuda del Congreso por la Libertad de la Cultura, que incluso les permitió reorientar sus propios cursos vitales.
De esta manera, secuela del contubernio y de los meses que pasó en París, Pablo Martí Zaro sustituyó su puesto de empleado público por el de secretario profesional del Comité de adhesión al Congreso por la Libertad de la Cultura, denominado desde 1967 Comité Español de la Asociación Internacional por la Libertad de la Cultura, hasta su extinción en 1977.
«Pierre Emmanuel […] amigo y protector de José Bergamín, codirector del semanario Les Étoiles, órgano de la Unión Nacional de los Intelectuales franceses, estuvo en todas las trincheras donde le fue posible poner pie, y con un amplio número de universitarios y escritores de Europa y América, entre los que figuraba Salvador de Madariaga contribuyó de un modo decisivo a fundar, organizar e impulsar el Congreso por la Libertad de la Cultura, luego llamado Asociación Internacional en lugar de Congreso. Nunca, repito, le había resultado indiferente lo español. Lo nuevo para él era que, a partir de ese momento, ya podía hacer algo efectivo por el país que tanto le atraía. Y en 1959, como directivo de la entidad arriba mencionada, Emmanuel reunió en el sur de Francia, concretamente en Lours Marin, a un reducido grupo de españoles, Cano, Cela, Castellet, Laín Entralgo, Marías, del que no tardaría en surgir el Comité Español de la Asociación Internacional por la Libertad de la Cultura, al que, además de todos los citados antes (con la excepción de Cela), pertenecieron, entre otros, Aranguren, Josep Benet, Bru, Chueca, García Sabell, Lorenzo Gomis, Marià Manent, José Antonio Maravall, Morodo, Ridruejo, Ruiz Giménez, Sampedro, Carlos Santamaría y Tierno Galván, y del que yo fui secretario hasta su extinción en 1977.» (Pablo Martí Zaro, «Una deuda pendiente con Pierre Emmanuel», El País, sábado, 6 de octubre de 1984.)
«El contubernio también aceleró la maduración del comité. Como supo ver Tierno Galván, Munich marcó un punto de no retorno: "El centro de gravitación política ha pasado al interior". Por ello, en París, los ridruejistas apostaron por convertir el comité en una auténtica plataforma de promoción democrática en España. Para lograrlo, uno de ellos debía dedicarse full time al proyecto. El elegido fue Pablo Martí-Zaro, que volvió a Madrid a finales de 1962 y fue nombrado secretario del comité. "Con un pequeño local en el edificio España, un teléfono, una secretaria y un liberado al frente, que soy yo", escribía Martí-Zaro en unas páginas autobiográficas, el grupo empezó a ser operativo. A partir de aquel momento, regularmente, se reunirían en Madrid para dar continuidad a su actividad. La primera acta de reunión que he consultado está fechada el 10 de diciembre de 1962. De su lectura se desprende un claro afán por intervenir en la vida de las ideas del momento. Se trazó un programa de futuro ambicioso: instauración de un premio de ensayo, planificación de los fascículos Tiempo de España que dirigiría Aranguren y fijación de criterios para conceder bolsas de viaje y becas (las recibirían, entre otros, Carmen Martín Gaite o Josep Benet). También se empezó a perfilar un congreso sobre el realismo. La idea era de Emmanuel y encajaba con las tesis del CLC: impugnar el prestigio que la estética del realismo socialista gozaba entre los jóvenes escritores españoles.» (Jordi Amat, «España en la guerra fría cultural», La Vanguardia, 24 de febrero de 2010.)
De manera que, al acabar 1962, Pablo Martí Zaro ya se ha convertido en ejecutor desde Madrid de los planes y programas que para España diseñaban los ideólogos proyanquis del Congreso… en París, contando con la cobertura del partido de Ridruejo y, más adelante, también de otras estructuras ad hoc, como Seminarios y Ediciones S. A. (1965-1976) y su colección de libros Hora H (1970-1976), &c.
En agosto de 1963 se preparó el escrito que un grupo de intelectuales dirigió al Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, sobre supuestos sucesos ocurridos en Asturias, escrito que se difundió a partir del día 2 de septiembre, encabezado por José Bergamín, Vicente Aleixandre, Pedro Laín Entralgo, Valentín Andrés, Aranguren, Garagorri, &c., apareciendo entre los abajofirmantes el nombre de «Pablo Martí Zaro (dramaturgo)» (ver «Fraga Iribarne rebate las acusaciones de un grupo de intelectuales», publicado en Ya y ABC, con el texto del escrito y los nombres de los firmantes). Unas semanas después, en el «Nuevo escrito dirigido por 188 intelectuales españoles de todas las tendencias al Ministro de Información Fraga Iribarne», firma como «Pablo Martí Zaro (escritor)».
1964 «Premio de los escritores europeos. Ediciones Insula, en colaboración con el Comité d'Ecrivains et d'Editeurs pour une entráide Européenne, ha creado un premio de los Escritores Europeos, dotado con la suma de 15.000 pesetas, que se adjudicará anualmente a la obra seleccionada entre las publicadas en el año natural anterior al de la concesión. Para la concesión del premio correspondiente a 1962, el jurado ha estado constituido por los señores Pierre Emmanuel, José Luis L. Aranguren, Julián Marías, José Luis Cano, Fernando Chueca, Lorenzo Gomis, José María Castellet, María Manent y Carlos María Bru, presididos por don Pedro Laín Entralgo y actuando como secretario don Pablo Martí Zaro. Acordó galardonar el libro de José Ferrater Mora, El Ser y la Muerte, editado por Aguilar en 1962.» (ABC, Madrid 8 de enero de 1964, pág. 51.)
«Premio a don Julio Caro Baroja. El Premio de los Escritores Europeos 1963, instituido por Ediciones Insula, de Madrid, en colaboración con el Comité d'Ecrivains et d'Editeurs pour une Entráide Européenne, para obras de ensayo publicadas por autores españoles durante el año 1963, ha sido concedido a Los judíos en la España moderna y contemporánea, de don Julio Caro Baroja, editado por Ediciones Arión. Componían el Jurado: don Pedro Laín Entralgo, como presidente; don Jean Bloch-Michel, don José Luis L. Aranguren, don Julián Marías, don Fernando Chueca, don Mariá Manet, don José Luis Cano, don Antonio Buero Vallejo, don Lorenzo Gomis, don José Luis Sampedro, don José María Castetlet, don Carlos María Brú, como vocales, y don Pablo Martí Zaro, como secretario. La entrega del premio al autor galardonado se efectuará en Madrid en fecha próxima, en un acto público que será oportunamente anunciado.» (ABC, Madrid 7 de junio de 1964, págs. 99-100.)
«El premio de ensayo 'Tiempo de España'. Ante la insuficiencia del plazo inicialmente fijado para la presentación de originales al concurso 'Tiempo de España', por decisión conjunta del Jurado y de las entidades que lo han convocado, se amplía el plazo hasta el 31 de enero. Se recuerda a los interesados que los trabajos presentados habrán de versar sobre un tema de historia española, tomada en cualquiera de sus aspectos, y cronológicamente situado dentro del período posterior al año 1700. Su extensión no deberá ser inferior a 150 ni superior a 300 holandesas mecanografiadas a dos espacios. Han de ser enviados por duplicado a Ediciones Insula, Carmen, 9. Madrid. La dotación es de 30.000 pesetas. Y el Jurado está compuesto por: Pedro Laín Entralgo, como, presidente; José Luis L. Aranguren, Carlos María Brú, José Luis Cano, José María Castellet, Fernando Chueca, Lorenzo Gomis, Mariá Manent y Julián Marías, como vocales, y Pablo Martí Zaro, como secretario.» (ABC, Madrid 17 de octubre de 1964, págs. 91-92.)
1965 «Pen Club Español. Nos llega la noticia de que ha sido pedida autorización para dar de nuevo vida al Pen Club Español, del que Azorín fue el último presidente. Aparte de don Ramón Menéndez Pidal, a quien se reserva la presidencia de honor, componen la comisión provisional los académicos don Melchor Fernández Almagro, don José María Pemán, don Dámaso Alonso, don Gerardo Diego, don Vicente Aleixandre, don Pedro Laín Entralgo, don Manuel Halcón, don Camilo José Cela, don Julián Marías, don Enrique Lafuente Ferrari, don Fernando Chueca, don José Antonio Maravall y los escritores siguientes: señora condesa de Campo Alange, doña María Alfaro, doña Carmen Bravo Villasante, doña Elena Soriano, don José Luis Aranguren, don Mariano Manent, don Antonio de Obregón, don J. A. Muñoz Rojas, don Luis Felipe Vivanco, don Paulino Garagorri, don Antonio Buero Vallejo, don Fernando Baeza, don José Luis Cano y don Pablo Martí Zaro.» (ABC, Madrid 4 de marzo de 1965, pág. 21.)
Reunión del Comité español del Congreso por la Libertad de la Cultura, Toledo, 26-28 noviembre 1965. Izquierda a derecha: Paulino Garagorri, José Antonio Maravall, Enrique Tierno Galván, Lorenzo Gomis, Fernando Chueca, Víctor Hurtado, Sergio Vilar, José Benet, Aranguren, Martí Zaro y Juán Reventós.
1967 «Guillermo de Torre, premio de los escritores europeos. El premio de los Escritores Europeos, instituido por Ediciones Insula, de Madrid, en colaboración con el Comité d'Ecrivains et d'Editeurs por une entraide Européenne para obras de ensayo publicadas por autores españoles, ha sido concedido a Historia de las Literaturas de Vanguardia, original de Guillermo de Torre, y publicada, por Ediciones Guadarrama, S. L. Componían el Jurado Fernando Chueca Goitia, presidente; Carlos María Brú, Antonio Buero Vallejo, José Luis Cano, José María Castellet, Domingo García Sabell, Lorenzo Gómis, Pedro Laín Entralgo, José Luis López Aranguren, Julián Marías, Mariá Manent, Dionisio Ridruejo y José Luis Sampedro, vocales, y Pablo Martí Zaro, secretario. El premio se otorga en su cuarta edición. En las convocatorias anteriores fue concedido, sucesivamente, a El ser y la muerte, de José Ferrater Mora; Los judíos en la España moderna y contemporánea, de Julio Caro Baroja, y El mundo social de la Celestina, de José Antonio Maravall.» (ABC, Madrid 5 de abril de 1967, pág. 73.)
El escritor José Luis Cano (1911-1999), cofundador en 1947 de la revista Insula y director de la colección Adonais de poesía, gran amigo de Vicente Aleixandre (1898-1894, Premio Nobel de Literatura en 1977), publicó en 1986 el libro Los Cuadernos de Velintonia, a partir de las notas tomadas durante más de treinta años (de 1951 a 1984) en las reuniones con Aleixandre en su casa de la calle Velintonia 3 –después calle de Vicente Aleixandre 3, en Madrid–. En 1994, en la revista El Ateneo, publicó José Luis Cano el cuaderno correspondiente al periodo 1964-1966, que permanecía inédito pues no lo había utilizado en el libro de 1986. Permite este diario, del que seleccionamos los lugares donde se refiere a Pablo Martí Zaro, seguir con detalle las actividades del Comité español del Congreso por la libertad de la cultura, que José Luis Cano siempre denomina «el Comité antifranquista»:
«1964. 9 de julio. Reunión del Comité antifranquista: Laín, Aranguren, Chueca, Marías, Buero Vallejo, Ridruejo, Martí Zaro. Nuevo Presidente del Comité, por dimisión de Laín. […]
16 de octubre. Cena del Comité antifranquista en honor de José Arocena, delegado del Comité en Canarias. Asisten Marías –que ayer fue elegido académico–, Aranguren, José Luis Sampedro, Dionisio Ridruejo y Martí Zaro. Hablo aparte con Ridruejo. Me dice que es ya segura la entrada en el Comité de Enrique Tierno, y me expone el estado de la cuestión. Tierno y el Partido Socialista y Tierno en relación con su grupo (el de Ridruejo). Unidos a él, Luis Felipe Vivanco, Laín, Aranguren, Chueca, Butiro, Bru. […]
29 de octubre. Reunión del Comité antifranquista: asisten Aranguren, Sampedro, Buero Vallejo, Manent, Castellet, Ridruejo, Carlos Bru y el francés Pierre Emmanuel. Preside Fernando Chueca, Secretario Pablo Martí Zaro. La incorporación de Tierno Galván al Comité ha estado a punto de frustrarse. Martí Zaro lee una carta de Tierno a Chueca como Presidente, en la que expone su sospecha de que el Comité ha informado a París desfavorablemente sobre un viaje de conferencias de Tierno a París. Naturalmente tal informe no ha existido. Después de entrevistas entre Tierno y Dionisio, Tierno y Martí Zaro y Tierno y Emmanuel, se han aclarado las cosas y Tierno ha dado explicaciones al Comité. […]
1965. 13 de enero. Reunión del Comité antifranquista. Preside Chueca y asisten Aranguren, Marías, Buero, Castellet, José Luis Sampedro, Tierno Galván –que asiste por primera vez–, Manent, Gomis y Martí Zaro –Secretario–. Faltan Laín, Ridruejo y Carlos Bru. La intervención de Tierno tiende a politizar el Comité. […]
27 de febrero. Reunión urgente del Comité antifranquista a las cinco. Asisten Laín, Ridruejo, Chueca, Pablo Martí Zaro y Jean Bloch-Michel que ha venido urgentemente desde París para conocer de cerca los sucesos y preparar posibles protestas en París.
1 de marzo. Reunión del Comité. Asisten Tierno, Ridruejo, Chueca, Castellet, Laín, Marías, Martí Zaro. Ridruejo lee el escrito que se propone como documento de solidaridad con los profesores y estudiantes sancionados. Tras algunas correcciones se aprueba.
17 de marzo. Reunión del Comité: Chueca, Laín, Ridruejo, Sampedro, Martí Zaro. Se informa sobre las firmas obtenidas para el escrito. Algunos fracasos: Luis Diez del Corral, Ruiz Giménez, Truyol. Ridruejo informa que dos representantes del Partido Comunista han visitado a Marra López para protestar de que en el escrito se haya eliminado toda firma de comunistas. Como parecían perfectamente enterados de lo que se habló en la última reunión del Comité, Ridruejo sospecha que Castellet debió ser indiscreto y contar algo en Barcelona. Se delega en Ridruejo para que hable con Castellet del asunto. […]
15 de diciembre. Reunión urgente del Comité. Asisten Ridruejo, Laín, Tierno Galván, Chueca –Presidente–, Sampedro, Buero Vallejo, Manent, Carlos Bru, Aranguren, Martí Zaro. Ridruejo lee el escrito que se va a dar a firmar a escritores, artistas y científicos, como protesta contra las expulsiones. Es aprobado y se prepara una lista de los posibles firmantes. José Luis Sampedro anuncia que está decidido a renunciar a la cátedra o pedir la excedencia, como ha hecho ya Antonio Tovar. […]
1966. 11 de enero. Discusión en el Seminario de la Sociedad de Estudios y Publicaciones sobre la situación española y su futuro político. Dirige Marías e intervienen, entre otros, Melchor Fernández Almagro, Gil Novales, Martínez Cuadrado. Marías es opuesto a coaliciones políticas que puedan ser peligrosas, realizadas con el solo fin de atacar y derribar al Régimen. Su posición no puede ser más utópica y está en contradicción con las normas más elementales de la lucha y la eficacia política. Las referencias de Marías a la ineficacia de la oposición –concretamente de los grupos animados por Ridruejo y Aranguren– fueron claras. Marías considera que más favorecen que perjudican al Régimen.
Cambio de clima. Por la noche cena de adhesión y homenaje a Aranguren con motivo de su marcha a los Estados Unidos en viaje de conferencias. Más de un centenar de asistentes. En la presidencia, con Aranguren, Gil Robles, don Teófilo Hernández, el Secretario del Movimiento Europeo, Ridruejo, Guillermo de Torre, Maravall, Fernando Baeza, Buero Vallejo, &c. Abundan los estudiantes y los miembros de la democracia cristiana. También muchos monárquicos, entre ellos Luis María Ansón, a quien tuve a mi izquierda. Me pareció un chico listo, pero todavía muy joven y algo despistado. Sorprendente que asistiera a un banquete que era al mismo tiempo un acto político de la oposición.
Tres policías contemplaban el acto y vigilaban. Hizo el ofrecimiento del acto Pablo Martí Zaro, y al levantarse Aranguren, el centenar de personas que asistía le ofreció, de pie, una ovación cerrada que duró, sostenida, tres minutos, como un desafío a los policías que asistían algo avergonzados y al mismo tiempo sorprendidos, al espectáculo. Aranguren fue brevísimo: aludió a la Censura que impide que pueda hablarse con libertad en un banquete de amigos y añadió que algún día esa libertad será inevitable. El acto tuvo emoción y fue enteramenete positivo. […]
24 de mayo. Reunión urgente del Comité antifranquista. Asisten Laín, Ridruejo, Chueca, Manet, Martí Zaro, para tratar dos dos asuntos:
· La acusación del New York Times al Congreso por la libertad de la cultura de que es una de las organizaciones controladas y financiadas por el CIS (Central Inteligencia Service), que es el Servicio de Información y Espionaje de los Estados Unidos. La acusación es falsa, pero es grave que la haya lanzado el New York Times. Martí Zaro nos lee las cartas de protesta que han dirigido al N.Y.T., Nobokv, Presidente del Congreso, Denis de Rougement, y por varias figuras científicas que han trabajado en el Congreso. Se acuerda dirigir una carta firmada por los miembros de nuestro Comité de adhesión al Congreso, y de protesta por la acusación.
· Segundo asunto: El repugnante panfleto anónimo que ha lanzado el Ministerio de Información para desacreditar a Laín, Ridruejo, Aranguren, Tovar y Maravall. La iniciativa de algunos amigos para responder con un banquete monstruo en Madrid es rechazada por Laín. Se acuerda entonces promover un escrito con doscientas firmas de adhesión a los cinco escritores, y de protesta enérgica contra el sucio ataque anónimo contra cinco escritores católicos. […]
11 de junio. Reunión del Comité antifranquista. Asisten Laín, Aranguren, Buero Vallejo –recién regresado de USA–, Tierno Galván, Chueca, Manent, Ridruejo, Lorenzo Gomis, Carlos Bru, García Sabell –recién incorporado al Comité como representante de Galicia–, Martí Zaro. Faltan Marías, Sampedro y Castellet.» (José Luis Cano, «Recuerdos del antifranquismo», El Ateneo. Revista del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, cuarta época, nº IV-V, Madrid 1994, págs. 58-69.)
30 de junio de 1967
el final de la inocencia: el dinero viene de Washington
The New York Times, dentro de una serie de artículos publicados del 25 al 29 de abril de 1966 cuestionando los límites de la CIA, aseguró el 27 de abril de 1966 que: «A través de canales similares, la CIA ha apoyado a grupos de exiliados de Cuba y refugiados de los países comunistas de Europa, u organizaciones de intelectuales anticomunistas pero liberales, como el Congreso por la Libertad de la Cultura, y algunos de sus diarios y revistas.» Por el testimonio de José Luis Cano transcrito arriba, sabemos que ni un mes tardaron aquellos españoles del interior que estaban implicados en tratar cuestión tan delicada: «24 de mayo [de 1966]. Reunión urgente del Comité antifranquista. Asisten Laín, Ridruejo, Chueca, Manet, Martí Zaro, para tratar dos asuntos: La acusación del New York Times al Congreso por la libertad de la cultura de que es una de las organizaciones controladas y financiadas por el CIS (Central Inteligencia Service), que es el Servicio de Información y Espionaje de los Estados Unidos. La acusación es falsa, pero es grave que la haya lanzado el New York Times…». Pero un año después, el 13 de mayo de 1967, la mismísima Asamblea general del Congreso por la Libertad de la Cultura reconocía «la parte que le corresponde a la CIA en la financiación del Congreso»…
El 30 de junio de 1967 dirige Pablo Martí Zaro a Pierre Emmanuel esta curiosa carta, inédita hasta ahora, que traslada cierto malestar pero también voluntad de encontrar soluciones para continuar las tareas del Congreso… «luego llamado Asociación Internacional en lugar de Congreso» (como resume el mismo Martí Zaro, diecisiete años después, en la necrológica que dedicó, en El País, a Pierre Emmanuel). Esta carta de 30 de junio de 1967 señala el final explícito de la inocencia, la asunción de que el dinero seguirá viniendo de Washington.
Madrid, 30 de junio de 1967
Sr. D. Pierre Emmanuel
61, Rue de Varenne
París
Querido amigo:
A través de las noticias publicadas en la Prensa internacional, de la comunicación emitida con fecha 13 del pasado mayo por la Asamblea General del Congreso por la Libertad de la Cultura, de las cartas en que puntualmente nos informaba usted de cuanto llegaba a su conocimiento, a través en fin y sobre todo, de la exposición verbal que le escuchamos en la reunión celebrada el día 24 del citado mes de mayo, hemos ido penosamente descubriendo que en contra de lo que nos habían afirmado con anterioridad quienes aparecen como responsables de este enojoso asunto, ha existido una intervención directa, aunque sólo haya sido parcial, de la C.I.A. en la financiación de las actividades desarrolladas por el Congreso.
Nunca estuvimos formalmente encuadrados en el Congreso por la Libertad de la Cultura, puesto que, orgánicamente, hemos estado siempre vinculados al Comité d'Ecrivains et d'Editeurs pour une Entraide Européenne, entidad que, a mayor abundamiento y según se nos ha dicho solemnemente de palabra y por escrito, jamás ha recibido otras aportaciones económicas que las efectuadas por la Fundación Ford. Pero, dadas las estrechas relaciones que ligan al Comité d'Ecrivains et d'Editeurs, no podemos permanecer indiferentes ante la grave situación que la desagradable evidencia a que acabamos de aludir ha venido a crear. Pues ni siquiera el hecho, a todas luces patente, de que hayamos gozado siempre y en todas nuestras determinaciones de una absoluta independencia que nada ni nadie ha intentando nunca mermar –cosa que, por otra parte, de ningún modo habríamos consentido nosotros–, nos dispensa de adoptar una postura inequívoca en esta cuestión. Y concretamos nuestra postura en los puntos siguientes:
1. Protestamos con la máxima energía de la ignorancia en que se nos ha mantenido con falsas seguridades, y condenamos sin paliativos la existencia de unas implicaciones financieras que juzgamos absolutamente incompatibles con la naturaleza y los fines de una sincera acción al servicio de la libertad intelectual.
2. Como condiciones mínimas indispensables para reanudar nuestra participación en las actividades que a escala internacional se articulaban hasta ahora en torno al Congreso por la Libertad de la Cultura, señalamos las siguientes: a) unas fuentes de financiación que sean conocidas en todo momento y en cualquier caso enteramente ajenas a la C.I.A., o a organismos de índole similar; b) una renovación completa del dispositivo global; c) una reorganización total de su estructura, concebida de tal modo que haga posible, por un lado, la autonomía de los diferentes grupos o comités nacionales, y por otro, la intervención reglamentaria y efectiva de dichos grupos o comités en la orientación y administración de la nueva entidad.
3. En consecuencia, mientras no se proceda a la reestructuración que propugnamos en el apartado anterior y que en términos más generales ha sido anunciada por la propia Asamblea General del Congreso en su comunicación del 13 de mayo, dejaremos en suspenso las actividades que habíamos programado en colaboración con el Comité d'Ecrivains et d'Editeurs y consideraremos rotos los vínculos de toda clase que nos ligaban a dicho Comité.
4. Al mismo tiempo declaramos nuestra firme voluntad de permanecer unidos en el Comité Español que constituimos y que continuará sus actividades como organismo puramente nacional y perfectamente autónomo, sin que esto suponga obstáculo alguno para que, si llegan a darse las condiciones mínimas señaladas más arriba, nos reincorporemos en el momento oportuno a la entidad de ámbito internacional que se pretende reconstruir.
Huelga decir que, ahora como siempre, tenemos plena confianza en usted, en su rectitud y en su bien probada lealtad a los valores que tratamos de defender. Por eso y teniendo en cuenta, además, su carácter de Ponente en la comisión designada por la Asamblea General del Congreso para estudiar la reorganización del proyecto, durante el periodo de seis meses fijado al efecto, mantendremos gustosamente con usted cuantas relaciones sean necesarias, tanto para liquidar la situación anterior, como para contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a la realización de las tareas que le han sido encomendadas.
Con los mejores votos por el éxito de su gestión y por la consiguiente y definitiva cancelación de este lamentable asunto, le enviamos el testimonio de nuestra cordial amistad,
Pablo Martí Zaro
1968 «El funeral de ayer en Madrid por John F. Kennedy, Martin Luther King y Robert F. Kennedy. El templo de los Sagrados Corazones se llenó por los asistentes a la Ceremonia religiosa que se celebró ayer a última hora de la mañana. Ofició el párroco don Domingo García Leoz, que pronunció una plática en la que destacó los valores cristianos e ideales sociales que por sus vidas y por sus trágicas muertes simbolizan los nombres de esos tres ilustres norteamericanos. Ocuparon las cabeceras de los primeros bancos de la iglesia don Joaquín Satrústegui, en representación de quienes encargaron el funeral, y Mr. Francis R. Starrs, en representación de la Embajada de los Estados Unidos de América, invitada al acto; asistiendo a éste, en lugares destacados, el ex ministro don José María Gil Robles, embajador conde de Motrico, los profesores don Enrique Tierno, don Carlos Ollero, don Leonardo Prieto Castro, don Jesús Prados Arrarte, don José Luis L. Aranguren, don Antonio Truyol, el magistrado del Tribunal Supremo don Juan Becerril, los señores Ansón, Cortezo, Zulueta, Álvarez de Miranda, Salabert, Miralles, Barros de Lis, Martí Zaro, Baeza, Altares, García de Vinuesa, Morodo, Ruíz García, Bru, Guerra Zunzunegui, Ruiz Navarro, Moutas, Piniés, Muñoz Ramallo, Villar, marqués de Cerverales, Cifuentes, Gil Robles (don Álvaro), Carvajal, García Velasco, Lovelace, Gavilanes y otros que sentimos no recordar.» (ABC, Madrid 13 de junio de 1968, pág. 97.)
Pablo Martí Zaro
Nace en Madrid en 1922 [sic, por 1920]. Su madre era de clase media, carlista y religiosa; su padre, que llegó al grado de teniente coronel (muere en 1933), era liberal, republicano y arreligioso: «más que arreligioso», apostilla Martí Zaro.
Pablo Martí Zaro ha realizado estudios de agronomía y de Derecho y ha sido funcionario del Ministerio de Trabajo, desde el 1949 hasta el 1962 (le expulsaron por haber asistido a la reunión de Munich).
Hoy en día Pablo Martí Zaro es probablemente el colaborador más permanente de Dionisio Ridruejo.
—A Dionisio le conocí antes del 1956. Un grupo de amigos empezó a organizar un teatro de cámara en el Ateneo y quisimos inaugurar las actividades con una serie de conferencias. Como es obvio, el mayor número de conferenciantes fueron personalidades relacionadas con el teatro. Puesto que deseábamos insertar el teatro dentro de un contexto intelectual más amplio, llamamos a otras personas, entre ellas a Dionisio. Pero yo me opuse, porque no conocía su evolución política, creía que seguía siendo un poeta falangista, lo cual no me gustaba. Otros amigos me informaron, después, de la situación política a la que había [503] llegado Dionisio. La conferencia también disipó mis dudas. A partir de ahí empezamos a relacionarnos cada vez más. Después de la reunión de Munich, Martí Zaro tuvo que quedarse unos seis meses exiliado en París, y allí empezó a establecer una serie de contactos con el Congreso por la Libertad de la Cultura.
—El Congreso fue el único organismo que nos prestó ayuda a los exiliados de aquella hornada, y nos dio trabajo. Yo hice algunas cosas para la radio y la televisión francesa y también trabajé mucho en un informe sobre la situación laboral y la seguridad social en España.
Al regresar a España Martí Zaro vino como delegado de las actividades culturales del Congreso y organizó el Comité d'Ecrivains et d'Editeurs pour une entraide européenne del que forman parte personas como Aranguren, Tierno, Castellet, Laín, Buero Vallejo, &c.
Este comité, del cual Martí Zaro es el principal ejecutivo, ha concedido numerosas becas de estudio y bolsas para escribir libros y hacer viajes al extranjero. También ha organizado importantes coloquios internacionales como el de «Realismo y Realidad en la literatura contemporánea» (Madrid, 1963), el de «Los problemas del desarrollo regional» (Córdoba, 1968) y diversas reuniones entre intelectuales castellanos, catalanes, gallegos, y vascos. Este comité ha ayudado a publicar algunos libros bajo la rúbrica de «Seminarios y ediciones» o en asociación con otras editoriales.
La conversación con Martí Zaro transcurre en el despacho que, como consejero delegado de «Seminarios y ediciones», tiene en el Edificio España. Desde allí puede contemplarse una buena parte de Madrid e incluso, al fondo, un espacio de meseta castellana.
—Mi convicción democrática va aparejada de una posición socialista, más o menos acentuada, más o menos lúcidamente pensada y según las etapas, con oscilaciones. Para señalar mi posición te diré que creo que soy un social-demócrata o un demócrata-social, como quiera llamarse.
Pablo Martí Zaro habla lentamente, con muchas pausas. Es un hombre reposado, a veces con aire ligeramente depresivo. Si hoy está entregado a la causa democrática y aspira a continuar trabajando por ella el día de mañana, Martí Zaro tiene, además de la pasión por la política, hondas aficiones literarias. «Escribí artículos y ensayos y he estrenado varios dramas y comedias en teatro de cámara», dice.
Sergio Vilar, Protagonistas de la España democrática. La oposición a la dictadura 1939-1969, París 1968, páginas 502-503.
→ Santiago de Compostela, 15-17 de noviembre de 1968
* * *
El 26 de mayo de 1976 el diario El País, de Madrid, que sólo llevaba veinte días en la calle, publica una interesante declaración doctrinal de Pablo Martí Zaro: «Mi fe social-demócrata», con una significativa entradilla en la que el nuevo periódico presenta a su colaborador: «El nombre de Pablo Martí Zaro está unido, en la política española, al de Dionisio Ridruejo. Hasta la muerte reciente de éste, Martí Zaro le secundó en la creación y desarrollo de la corriente socialdemócrata que desembocaría en la fundación de la USDE. Ha participado en el último congreso del Movimiento Europeo celebrado en Bruselas.»
★ Enfrentamiento con Gloria de Ros Ribas [†1996], viuda de Ridruejo
1976 «Un sujeto no identificado. Solicita un millón de pesetas en nombre de Dionisio Ridruejo (para atender determinadas actividades políticas). Madrid. (Europa Press.) Doña Gloria de Ros Ridruejo, esposa del fallecido escritor y político Dionisio Ridruejo, ha dirigido una carta a Europa Press «para salir al paso de cuanto viene realizando un sujeto que, en su día, gozó de la confianza y amistad de mi marido». En fecha reciente, doña Gloria de Ros Ridruejo ha tenido conocimiento de que «ese desaprensivo individuo» se ha dirigido a determinada personalidad invocando el nombre de Dionisio Ridruejo y solicitando la entrega de un millón de pesetas para atender determinadas actividades políticas que su viuda dice desconocer. «Ello me hace suponer –termina diciendo– que igual conducta puede seguir con otras personas, y para cortar de raíz esa manera de proceder no veo más camino que solicitar de los directores de agencias informativas se hagan eco de estas líneas y así poner sobre aviso a las para mí desconocidas víctimas del referido sujeto.» Dionisio Ridruejo falleció en Madrid el 27 de junio de 1975 a los sesenta y dos años de edad. Licenciado en Derecho y periodista, perteneció a la Falange desde 1936, para posteriormente adoptar una posición crítica frente al régimen de Franco. En sus últimos años fundó el partido Unión Social Demócrata Española, del que actualmente es su secretario general Eurico de la Peña.» (Pueblo, Madrid 10 de noviembre de 1976.)
«Flash político. Comunicado. El Comité ejecutivo de U. S. D. E. ha señalado en una nota que don Pablo Martí Zaro no pertenece ya al partido y que cualquier actuación, tanto en el orden político como económico, debe considerarse como personal. Puestos en contacto con don Eurico de la Peña nos ha señalado que no tenía nada que decir sobre una posible relación entre el señor Martí y la carta remitida por la viuda de Dionisio Ridruejo.» (ABC, Madrid 12 de noviembre de 1976.)
«Don Pablo Martí Zaro aclara su cese en U. S. D. E. Madrid, 20 (Informaciones). Sobre su cese como miembro de U.S.D.E. (Unión Social Demócrata Española), don Pablo Martí Zaro ha enviado a Informaciones la siguiente nota: «Mediante un comunicado del 12 de este mes, la Unión Social Democrática Española –en cuyas actividades y en cuya vida orgánica yo no participaba desde hacía mucho tiempo– anuncia que me ha dado de baja en sus filas. Se formaliza así lo que ya constituía, repito, una situación de hecho, y en consecuencia y por ahora nada tengo que aclarar o añadir a este respecto. Pero como, a la vez que dicho comunicado, han aparecido en la Prensa algunas referencias a presuntas actuaciones incorrectas de una persona que no se nombra, y como la simultaneidad de ambas informaciones puede inducir a equívocos que conviene evitar, quiero dejar, por mi parte, constancia de que nunca he pedido a nadie ningún tipo de ayuda financiera para ninguna clase de acción política ni siquiera, claro está, para la de la Unión Social Demócrata Española.» (Informaciones, Madrid 20 de noviembre de 1976.)
* * *
2010 «Elena Martí Zaro ha pintado muy escuetos y hermosos paisajes, tanto del Norte como del Levante españoles, o de Tenerife, o de la isla abstracta de Lanzarote. Algunos los enseñó en 2000 la siempre recordada Fefa Seiquer. Los pocos que ha podido conservar la pintora he tenido la oportunidad de contemplarlos hace unas semanas en su casa-estudio de Villaviciosa de Odón, donde hemos charlado largo y tendido sobre pintura, pero también sobre política y sobre historia españolas, que no en vano ella es hija del desaparecido Pablo Martí Zaro, cuya vida anhela reconstruir con una mezcla de piedad filial y de pasión política: la vida de un escritor (de 1996 es su libro A la luz de Vermeer) y editor que fue lugarteniente de Dionisio Ridruejo, y secretario de la sección española del Congreso por la Libertad de la Cultura. Volviendo a los paisajes de la hija, que ha vivido siempre ella también en la luz de Vermeer…» (Juan Manuel Bonet, «Itinerario de una pintora secreta», en Elena Martí Zaro: desnudos, Artetrece, Madrid 2010, págs. 11-12.)
★ Bibliografía de Pablo Martí Zaro
1957 Traducción de René Madec, El padre Garrec y el lápiz de labios, Cid (colección Antena, 18), Madrid 1957, 158 págs.
1958 Traducción de René Madec, El padre Garrec, guardián de faro, Cid (colección Antena, 25), Madrid 1958, 128 págs.
1974 Cofirmante del Telegrama a Juan María Bordaberry, Uruguay, pidiendo la libertad para Juan Carlos Onetti (15 febrero 1974)
1976 «Mi fe social-demócrata», El País, Madrid, miércoles 26 de mayo de 1976.
1984 «Una deuda pendiente con Pierre Emmanuel», El País, Madrid, sábado 6 de octubre de 1984.
1985 Traducción de Donald MacGranahan, Medición y análisis del desarrollo socioeconómico, Ministerio de Asuntos Sociales, Madrid 1985, 354 págs.
1986 «Testamento anónimo», 8 hojas, s.l., s.n., depósito legal M-9027-1986; en Cuadernos Hispanoamericanos, nº 502, abril 1992, págs. 51-57.
1996 A la luz de Vermeer, Fundación Social y Cultural Kutxa, Donostia 1996, 31 págs. (Colección "Premios literarios ciudad de San Sebastián". Serie "Cuento en castellano", 2). Nueva edición: Compañía del Tranvía de San Sebastián, San Sebastián 2008, 32 pags. (Premio Literario Kutxa Ciudad de San Sebastián 1996).