Filosofía en español 
Filosofía en español

José María Laso Prieto  1926-2009

retrato

Filósofo y dirigente comunista español nacido en Bilbao el 8 de diciembre de 1926 y asentado en Oviedo, donde muere el 21 de diciembre de 2009. Luchador comunista desde 1946, fue responsable de agitprop del País Vasco como cuadro del Partido Comunista de España, y hubo de cumplir casi ocho años de condena (entre 1954 y 1963), periodos en los que aprovechó para desarrollar gran labor militante y doctrinal en el Penal de Burgos (conocido entonces como “la Universidad de Burgos”, establecimiento penitenciario donde la democracia orgánica de aquel régimen de derecha socialista había reunido a sus presos políticos, comunistas en su inmensa mayoría, pocos anarquistas y menos socialistas). El Basilisco publicó en 2000 el “Informe de Laso” (diciembre de 1957) que había rendido oralmente en París ante la dirección del PCE, en un viaje realizado clandestinamente (en transcripción mecanográfica por Julio Aristizabal, secretario particular de Santiago Carrillo, localizada por entonces en los archivos del Partido): “Estudio de las fuerzas políticas que actúan en Euzkadi y su respectiva potencialidad”. En el VI Congreso (Praga 1960) fue nombrado miembro del Comité Central del Partido Comunista de España –y también lo sería años más tarde, cuando el Comité Central de esa organización devino en comité federal– y ya bajo el régimen de democracia coronada presidió la Fundación Isidoro Acevedo, vinculada en Asturias al PCE.

«Pocos días después, ese mismo Tribunal ha sentenciado a 20 años de presidio a Leoncio Peña y a 12 a José María Laso; a los otros procesados les han impuesto penas inferiores. La acusación estaba montada con invenciones calumniosas fabricadas por la policía. La clase obrera, los intelectuales antifranquistas y el pueblo vasco, que en tan alta estima tenía a estos hombres, han debido sentir verdadera indignación al conocer esas condenas. […] José María Laso, muy relacionado en los medios antifranquistas vascos entre los cuales disfruta de mucha estima, lograda por su labor política y cultural y su conducta moral. Su magnífico ejemplo, al comportarse con energía y firmeza frente a las torturas que le aplicaban los verdugos de la Brigada Político-social de Madrid, ha sido muy comentado entre los trabajadores e intelectuales vascos. El camarada Laso, con la integridad y la hombría que le caracteriza, se convirtió en acusador implacable de los torturadores de la Brigada Político-Social.» (“Hay que poner freno a la represión franquista”, Mundo Obrero, Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 30 de noviembre de 1958.)

«Dos respuestas de Laso. El defensor preguntó al camarada José María Laso a qué se debe el hecho de qué teniendo una buena colocación y no escasos ingresos haya participado en actividades clandestinas. Laso le respondió que, independientemente de su posición económica, siempre había tenido una aguda sensibilidad social y que ella le había impulsado a contribuir personalmente a la solución de una situación injusta, de miseria para el pueblo. –¿Su participación en las mencionadas actividades ha sido puramente pacífica? –volvió a preguntar el capitán defensor. –El carácter pacífico de “AURRERA”, fácilmente comprobable por los ejemplares que figuran en el sumario –contestó el camarada Laso– concuerda con la política de reconciliación nacional del Partido Comunista con la cual me hallo totalmente identificado. Por haber tenido que sufrir en mi niñez las consecuencias de la guerra y una precoz emigración, no deseo que semejantes horrores se reproduzcan. […] José María Laso abundó en los argumentos de sus camaradas y detalló los objetivos de la Jornada. Aquí fue interrumpido por el ponente. Asimismo, manifestó que había sido torturado. Nueva interrupción del ponente conminándole a atenerse a los hechos concretos. “Un hecho concreto –replicó el camarada Laso– es el informe del médico forense en el sumario nº 209 del Juzgado de Instrucción de Bilbao, abierto por denuncia presentada por mi madre acerca de los malos tratos de que yo estaba siendo objeto. En esta misma sala, entre el público, se encuentra un señor con una mancha morada en la frente que, como policía, tomó parte en más torturas. Además, durante los veintidós días que permanecí en la Comisaría, se violentaron el artículo 18 del Fuero de los Españoles y el 601 y el 672 del Código de Justicia Militar. […] Emocionante manifestación pública. Nueva suspensión en espera del fallo del tribunal. Es muy visible en el público la emoción que le han producido los alegatos de los acusados. Los guardias civiles conversan con ellos amistosamente. Se les ve entusiasmados por sus declaraciones y uno de ellos dice a Laso: –Si a este señor (por Leoncio Peña) y a Vd. les dejan hablar, envuelven al ponente y al fiscal. Se han portado Vds. como hombres. Hasta el comandante secretario del siniestro coronel Eymar y el comandante Juez Relator se acercaron a los detenidos y les hablaron en tono afable. Se leyó la sentencia, con penas inferiores en algunos casos, de las que pedía el fiscal: Leoncio Peña 20 años de prisión, 5000 pts. de multa y seis meses de prisión; Armando Castillo, 2 años, 4000 pts. y 6 meses; José María Laso, 12 años; José Unanue y Benjamín González, 8; Alfredo Mata, 5; Julián Álvarez, 4; Ciriaco Parraga, 3; Genaro Escartín y Manuel Valladares, 2; Andrés Arteaga, 18 meses y Eduardo Inchaurtieta, 6 meses.» (“Otro Consejo de Guerra que se vuelve contra la dictadura”, Mundo Obrero, Madrid, 31 de enero de 1959.)

El nombre de José María Laso mereció el honor de figurar impreso en 1960 en la oficial Historia del Partido Comunista de España. No tuvo que cumplir íntegra la pena de 12 años de presidio y recobró la libertad en 1963, beneficiado por los generosos indultos del momento: el de 11 de octubre de 1961 con motivo del XXV aniversario de la exaltación del Generalísimo Franco a la Jefatura del Estado, y el de 24 de junio de 1963, cuando muerto Juan XXIII quiso la Divina Providencia exaltar al solio pontificio a Pablo VI, y el Caudillo de España por la Gracia de Dios lo decretó: “…cuando acontecimientos memorables aconsejen hacer llegar a los que sufren condena el júbilo y la alegría de sus conciudadanos, con la fundada esperanza de que el recuerdo del hecho que motivó la gracia ha de cooperar decisivamente a la recuperación del delincuente, reincorporándole así a la paz de la vida familiar y social, finalidad máxima a que aspira nuestro sistema penitenciario”.

«El Gobierno franquista empleó contra la Jornada todo su aparato represivo. El Ejército fue movilizado con la excusa de un desfile militar el 4 de mayo; las grandes ciudades fueron ocupadas militarmente. La VI Flota estadounidense se situó en los principales puertos españoles del Mediterráneo, como respaldando a la dictadura con su presencia. Durante las huelgas de Asturias, Barcelona y Guipúzcoa y en vísperas del 5 de mayo fueron detenidos millares de enlaces sindicales y de simples trabajadores; entre ellos cayeron en manos de la policía dirigentes comunistas como Miguel Núñez, miembro del Comité Ejecutivo del Partido Socialista Unificado de Cataluña, José María Laso y otros. Además de estos golpes policíacos, la dictadura desató una histérica campaña de prensa y radio para falsear el carácter pacífico de la acción, llegando hasta la más burda falsificación de documentos y periódicos del Partido Comunista.» (“La Jornada de Reconciliación Nacional” –5 de mayo de 1958–, en Historia del Partido Comunista de España, Éditions Sociales, París 1960, capítulo cuarto, págs. 264-269.)

La revista Nuestras Ideas. Teoría, política, cultura, publicada en Bruselas por el Partido Comunista de España, dedica tres páginas de su oncena entrega, abril de 1961, sección “Poesía y Verdad”, a estampar impresos centenar largo de versos libres derramados del numen poético de José María Basaldúa Gaminde (1931), agitado hasta la impertinencia por la condena de doce años recetada a su amigo Laso: «Doce años más, así / de golpe, / sentenciado a vivir / doce años más, ahí / es nada, / hasta dentro / de doce años, / adiós, amigo / Laso. […] Laso, / mientras tanto / ahí te pudras, / Laso, doce años, / mientras aquí / nosotros, / los de las discusiones / aquellas de los sábados, / que no llevaron tampoco / o todavía, / la sangre al río, / nosotros, sí, / te echamos de menos, / algo nos falta, sí, / aquí, / tú entre nosotros, / tú presente / con todo el peso / de tus gafas o vidrios / o anteojeras, / con tu pesadísima / dialéctica, enemigo, sí, / y amigo también / de tus amigos.» (“José María Laso, doce años más…”, Nuestras Ideas, nº 11, págs. 96-98.) [A pesar de todo Laso mantuvo siempre su amistad con José María Basaldúa, y en 1974 colaboró a difundir ampliamente por Asturias su antología 17 poetas de Bilbao –Ediciones de Arte y Literatura, Bilbao 1974, 284 págs.–, dispuesta por Basaldúa cinco años antes ser candidato al Senado por Vizcaya, por el Partido Social Demócrata Vasco (PSDV) dentro de la lista de Unión de Centro Democrático (UCD), en las elecciones de primero de marzo de 1979, donde este poeta hasta cosechó 87.322 votos.]

Siguiendo instrucciones del Partido se establece Laso en Oviedo en agosto de 1969 (“por entonces, otra de las tareas que me encomendó el Partido fue la de mantener el contacto con algunos intelectuales. Se trataba de Gustavo Bueno, Manuel Julivert y David Ruiz”), ciudad que, treinta y cinco años después, en 2004, le declara hijo adoptivo como reconocimiento a su incansable activismo político cultural: Club Cultural de Oviedo, Sociedad Asturiana de Filosofía, Cenas del Fontán, Tribuna Ciudadana, &c. En el discurso que pronunció entonces –“Al recibir el nombramiento de hijo adoptivo de la ciudad de Oviedo” (7 de mayo de 2004)–, en presencia de Santiago Carrillo, Gustavo Bueno y el alcalde Gabino de Lorenzo, dijo Laso: “…como consecuencia de ello, me integré en la denominada Escuela de Filosofía de Oviedo.”

«Decía que me adelantaba al desarrollo de los acontecimientos, al tratar de David Ruiz. Lo mismo me sucede respecto al profesor Gustavo Bueno. A ambos profesores les conocí antes de que el Partido me pusiese en contacto con ellos. Sucedió en el Club Cultural de Oviedo. Me hice socio de este Club y comencé a frecuentarlo a diario. Al principio no me di a conocer ni hice referencia a Herrero Merediz. Era una precaución debida ya que no conocía ninguno de sus socios. Pero pronto me di a conocer debido a mis frecuentes intervenciones en los coloquios. La primera conferencia a la que asistí fue una de José Manuel Torre Arca sobre HUNOSA. Intervine bastante en el coloquio pero seguí siendo un desconocido para los socios asistentes. No sucedió lo mismo en la segunda conferencia a la que asistí. Se trataba de la presentación del libro de Gustavo Bueno El papel de la filosofía en el conjunto del saber. De hecho se podía considerar tal obra como una réplica al opúsculo del profesor Manuel Sacristán La función de la filosofía en los estudios superiores. La exposición de Gustavo Bueno fue muy brillante, siguiendo el desarrollo de la filosofía desde sus orígenes helénicos hasta la actualidad. Su defensa de la filosofía, como saber de segundo grado en relación a la ciencia, resultó apabullante y abrió toda una serie de posibilidades de conocimiento que se vislumbraban desde tal premisa. Por mi parte, fui el primero en intervenir. Lo hice valorando mucho la exposición pero, también, señalando que, quizás, no había hecho suficiente énfasis en la oposición entre materialismo e idealismo, que había caracterizado el desarrollo de la filosofía a lo largo de su historia. Abordé también la crítica que el profesor Bueno había realizado del neopositivismo de Manuel Sacristán. Aduje que había asistido recientemente a una conferencia de Sacristán en Bilbao en la que quedaban matizadas algunas de las posiciones neopositivistas de Sacristán. Tras mi exposición se hizo un gran silencio expectante. Todo el mundo esperaba que Gustavo Bueno me “machacase”. Con gran sorpresa general, no sólo no lo hizo sino que valoró positivamente mi intervención. Incluso manifestó que yo tenía razón en el punto de la contradicción entre materialismo e idealismo. Tanto su libro, como la conferencia, se situaban en otro plano. La necesidad de replicar a la crítica que Sacristán había realizado de la función de la filosofía en general. De haber entrado profundamente en la oposición entre materialismo e idealismo, la conferencia habría adquirido una dimensión desmesurada. Respecto a las últimas posiciones de Sacristán, se congratulaba de que no fuesen tan neopositivistas como se temía. Inmediatamente de terminado el coloquio, en el cual hubo también otros planteamientos de menor trascendencia, se acercó a mí el profesor David Ruiz. Me felicitó por mi intervención, ya que ésta le había resultado muy interesante. Se autopresentó, diciendo que era el autor de una obra recientemente publicada titulada El movimiento obrero en Asturias que quizá hubiese yo leído. Le respondí que no sólo había leído tan interesante libro sino que lo tenía muy subrayado. Después de agradecer mi opinión sobre su obra, David Ruiz me dijo “¿Quiere que le presente al profesor Gustavo Bueno?”. Al responderle que tendría gran interés en ello, me presentó al conferenciante. Entonces se produjo una curiosa anécdota que después fue muy comentada en los medios culturales. Gustavo Bueno debió creer que yo era profesor de filosofía de algún Instituto de Enseñanza Media. Por ello, me preguntó ¿“En que Instituto trabaja usted?”. Yo le respondí “En ninguno, pues soy vendedor de chocolate”. Ello sorprendió a Gustavo dando lugar a que dijese algo así como “Entonces ¿a qué se debe que sepa usted tanto de filosofía?”. Mi respuesta fue que había sido profesor de filosofía marxista, en los cursos clandestinos que realizábamos los presos políticos del penal de Burgos. Así se suscitó otra frase célebre del filósofo ovetense: “Ah, la famosa Universidad de Burgos”. Este fue el comienzo de una gran amistad que hemos mantenido desde entonces, y que ha sido para mí fuente inagotable de nuevos conocimientos. Desde entonces he participado extraoficialmente en casi todas las actividades del profesor Gustavo Bueno, según comprobaremos a lo largo de este relato.» (José María Laso, De Bilbao a Oviedo pasando por el penal de Burgos, Pentalfa, Oviedo 2002, pág. 301.)

En efecto, Jose María Laso, que conoció a Gustavo Bueno en 1970, cuando se presentó en el Club Cultural de Oviedo el libro El papel de la filosofía en el conjunto del saber, y que en 1971, tras superar las pruebas de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, comienza a cursar los estudios nocturnos de Derecho en Oviedo, se convierte en asistente habitual a los seminarios del Departamento de Filosofía, en la Plaza Feijoo de Oviedo: allí fue exponiendo los primeros borradores de sus estudios sobre Gramsci. Laso presentó la primera versión de su libro sobre Gramsci, impresa en ciclostil, en la X Convivencia de filósofos jóvenes (Santiago de Compostela, 15-18 de abril de 1973). Esa primera edición de cien ejemplares, impresa por Rosendo Merino Franco con la multicopista que tenía instalada en el Departamento de Filosofía (en la segunda planta de la Facultad de Filosofía en la Plaza Feijoo), se agotó en Santiago. Se terminó de imprimir, levantar y grapar (formato folio, 5+9+25 páginas, con portada en cartulina de color, impresa con un cliché electrónico, que permitía incorporar una foto, bien pixelada, de Gramsci), ya avanzada la noche anterior al viaje, por Rosendo Merino, Gustavo Bueno Sánchez y el propio José María Laso. El 14 de abril de 1973 estos tres, junto con los cien ejemplares de la obra de Laso sobre Gramsci y otras ediciones a multicopista elaboradas por Rosendo (y firmadas como “Centro de Publicaciones, Facultad de Filosofía”), viajaron a Santiago de Compostela en el Citroën dos caballos de Laso, conducido por él, vehículo que utilizaba para su trabajo como delegado en Asturias de Chocolates Zahor (los años siguientes Laso participó en las siguientes convocatorias de aquellas convivencias, que ese año, precisamente, pasaron a denominarse congresos: Madrid 1974, Oviedo 1975, Cádiz 1976, Barcelona 1977, Burgos 1978, Sevilla 1979…). Ese mismo año aparece el primer libro de Laso salido de una imprenta: Introducción al pensamiento de Gramsci (Ayuso, Madrid 1973, 104 páginas), con un prólogo, también presente en la edición previa ciclostilada, de Gustavo Bueno: “El materialismo histórico de Gramsci como teoría del Espíritu Objetivo” (págs. 7-25).

El Diccionario de filosofía contemporánea, publicado en 1976 por la católica editorial salmantina Sígueme (propiedad de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos), incorpora cuatro artículos firmados por José María Laso: “Diamat”, “Gramsci”, “Mao Tse-tung” y “Stalin” (las entradas dedicadas a Mao y a Stalin ya habían sido borradas, hacía años, del mismísimo Diccionario soviético de filosofía).

«José María Laso Prieto. Bilbao, 1926. Estudiante de derecho. Colaborador del departamento de filosofía de la universidad de Oviedo. Publicaciones: Introducción al pensamiento de Gramsci, Madrid 1973; prólogo a R. Maggiore - D. Grisoni, Leer a Gramsci, Madrid 1974.» (Diccionario de filosofía contemporánea, Sígueme, Salamanca 1976, colaboradores, págs. 483-488.)

Desde su primer número (marzo-abril 1978), forma parte Laso del consejo de redacción de la revista El Basilisco, primer número en el que publica además unas “Notas inéditas sobre el Congreso de Barcelona” e “Información del XV Congreso de Filósofos Jóvenes”, convocado en Burgos, lugar al que Laso no había vuelto desde su salida del penal, y donde se presentó precisamente la nueva revista, para la que Laso logró, en pocas semanas, varios cientos de suscripciones.

«Por último, habría que destacar también la intervención de José María Laso, que hizo un interesante discurso sobre Gramsci.» (Ana Hervás, “Los nuevos filósofos españoles”, La Estafeta Literaria, Madrid, 1-15 octubre 1978.)

Existe registro audiovisual de una intervención de Laso en abril de 1987, “La dimensión humana y teórica de Antonio Gramsci”, organizada por Tribuna Ciudadana, donde fue presentado por Gustavo Bueno: “En el cincuentenario de la muerte de Antonio Gramsci”.

En 1996 fue Laso cofundador de Nódulo materialista y participó en los primeros Encuentros de Filosofía; y en 1997 fue uno de los seis patronos fundadores de la Fundación Gustavo Bueno. Desde 2002, en que aparece la revista El Catoblepas, mantuvo en ella la sección mensual “Desde mi atalaya”.

El 20 de diciembre de 2002, en la Sala Príncipe del Ayuntamiento de Oviedo, Gustavo Bueno presentó –“Sobre el concepto de memoria histórica común”– el libro de memorias políticas de Laso: De Bilbao a Oviedo pasando por el penal de Burgos (Pentalfa, Oviedo 2002).

A consecuencia de las complicaciones derivadas de una infección adquirida en un viaje solidario al Irak de Sadam Huseín, su salud se fue resquebrajando en los últimos años: quizá su último texto publicado fue una “Carta abierta al camarada Gaspar Llamazares” de septiembre de 2008. La ciudad de Oviedo honró a Laso instalando su capilla ardiente en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Oviedo, donde el miércoles 23 de diciembre de 2009 tuvo lugar la ceremonia civil de la despedida de sus restos, posteriormente incinerados.

Sobre José María Laso Prieto

2000 José Ignacio Gracia Noriega, Laso, escritor (La Nueva España, 29 de diciembre de 2000.)

2002 José Ignacio Gracia Noriega, Laso, memorialista (La Nueva España, 29 de marzo de 2002.)

2009 José Ignacio Gracia Noriega, Laso, el último marxista (La Nueva España, 26 diciembre 2009.)

In memoriam José María Laso (EC 94:06)

Gustavo Bueno, “In memoriam José María Laso (en Homenaje a José María Laso)”, El Basilisco, número 41, 2009, páginas 97-100.

José María Laso Prieto (1926-2009) in memoriam (55m)

Teatro crítico nº 6, Oviedo, 23 de diciembre de 2009

Textos de José María Laso Prieto en Filosofía en español

1976 “Diamat”, “Gramsci”, “Mao Tse-tung” y “Stalin”, en el Diccionario de filosofía contemporánea (Sígueme, Salamanca 1976).

1978 “Notas inéditas sobre el congreso de Barcelona”, El Basilisco, número 1, 1978, páginas 100-111.

Información sobre la próxima celebración del XV Congreso de Filósofos Jóvenes”, El Basilisco, número 1, 1978, página 112.

Gramsci hoy”, El Basilisco, número 2, 1978, páginas 101-102.

Sobre el uso alternativo del Derecho”, El Basilisco, número 2, 1978, páginas 107-109.

El XV Congreso de Filósofos Jóvenes”, El Basilisco, número 3, 1978, páginas 67-82.

El escándalo de la filosofía española”, El Basilisco, número 3, 1978, páginas 85-88.

Palmiro Togliatti y los antecedentes teóricos del eurocomunismo”, El Basilisco, número 4, 1978, páginas 53-63.

Algunas matizaciones al profesor Duque”, El Basilisco, número 4, 1978, página 104.

1979 “Vigencia del pensamiento de Gramsci”, El Basilisco, número 6, 1978, páginas 73-83.

Derecho y Socialismo Democrático”, El Basilisco, número 7, 1979, páginas 87-92.

1980 “Comunismo hoy: debate político y democracia interna”, El Basilisco, número 9, 1980, páginas 79-91.

1982 “Filosofía, ciencia y dialéctica. Mi visión del Congreso de Oviedo”, El Basilisco, número 14, 1982-1983, páginas 54-63.

1983 “Filosofía” (Gran Diccionario Enciclopédico Durvan, Bilbao 1983, tomo 14, págs. 463-469.)

1993 “La tragedia yugoslava” El Basilisco, segunda época 15:82-95.

1995 “Franco y Rojo: dos estrategias en la guerra de España” El Basilisco, 18:83-91.

Intervenciones en “Debate sobre el libro de Pablo Guadarrama, América latina: marxismo y postmodernidad” (21 marzo 1995).

1996 “Jack London y el Talón de HierroEl Basilisco, 22:83-94.

1999 “La Idea de España en el contexto de la Guerra Civil” El Basilisco, 26:51-58.

2000 “Estudio de las fuerzas políticas que actúan en Euzkadi y su respectiva potencialidad” El Basilisco, 27:3-20.

“Faustino Cordón (1909-1999), científico y humanista” El Basilisco, 28:99-100.

2001 “Espíritu de partido” (Comentarios críticos, 8 y 15 enero 2001.)

“El marxismo y la teoría de las generaciones de Ortega y Gasset” El Basilisco, 31:61-64.

2002 “El arco de fuego” El Basilisco, 32:109-112.

2004 “Por qué leer a Kant, ¿tiene actualmente sentido leer a Kant?” El Basilisco, 34:13-20.

2005 “España y Europa en la perspectiva actual”, El Basilisco, número 36, 2005, páginas 11-18.

Textos de José María Laso Prieto en la revista El Catoblepas (2002-2009)

gbs