Filosofía en español 
Filosofía en español

diccionario

Diccionario de filosofía contemporánea
Dirigido por Miguel Ángel Quintanilla

Ediciones Sígueme (Hermeneia 1), Salamanca 1976
ISBN 84-301-0409-7 · 165×235 mm · 490 páginas

 
A quienes nos han precedido en la lucha
por un pensamiento libre.

 
A quienes nos sucedan en la lucha
por un pensamiento liberador.

 

El Diccionario de filosofía contemporánea, dirigido por Miguel Ángel Quintanilla Fisac, publicado en 1976 por la católica editorial salmantina Sígueme –la revista Sígueme aparece en noviembre de 1939, impulsada por la “Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús”, con domicilio entonces en el Seminario Conciliar de Salamanca; se registra como marca y editorial en 1948, y en 2020 sigue perteneciendo a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos–, representa la primera obra colectiva de filosofía publicada en España tras la muerte del general Francisco Franco en la transición a la democracia coronada. Colaboraron más de medio centenar de autores, la mayor parte de ellos entonces jóvenes profesores (2 nacidos en 1926, 15 entre 1933 y 1940, 38 entre 1941 y 1950). Sígueme publicó en Salamanca al menos tres ediciones –reediciones– de esta obra (1976, 1979, 1985), cuyo precio se fue acomodando a las devaluaciones de entonces (800, 1.100, 1.900 pesetas).

En 1979 este diccionario fue traducido y publicado en Italia, en edición de Mario Martini (1940), con una presentación del presbítero Italo Mancini (1925-1993): Dizionario di filosofia contemporanea, diretto da Miguel A. Quintanilla, edizione italiana a cura di Mario Martini, Cittadella editrice, Assisi 1979, xvii+601 pp. (Cittadella Editrice, con sede en Asís, publicaba por aquellos años obras de Leonardo Boff, Gustavo Gutiérrez, Ernesto Cardenal, Bruno Bettelheim… –editorial propiedad de Pro Civitate Christiana, con sede en Asís, asociación laica allí fundada por Don Giovanni Rossi en 1939, tras salirse de la Compagnia di San Paolo–). El Diccionario de filosofía contemporánea fue reeditado en 2010 en Oviedo, por KRK Ediciones (manteniendo el texto de la edición de 1976 pero no el formato: ocupa 1472 páginas en un volumen de 120×170 mm).

En el Diccionario de filosofía contemporánea no firmaron artículos ninguno de los veintinueve catedráticos de la Sección de Filosofía con los que contaban en 1974 las universidades públicas españolas, aunque esta obra dedicó entrada propia a media docena de ellos (por orden de antigüedad en el cuerpo: Miguel Cruz Hernández, Carlos París, Gustavo Bueno, Manuel Garrido, Fernando Montero Moliner y Emilio Lledó). [Pocos años antes, en 1970, otra editorial católica –precisamente “La Editorial Católica”– había publicado una Filosofía española contemporánea, en la que no merecían entrada ni Gustavo Bueno ni Manuel Garrido, pero sí los demás catedráticos universitarios del ramo.]

Miguel Ángel Quintanilla, en el mismo inicio de la obra, sostiene con claridad y contundencia que “frente a todos los pronósticos de signo pesimista y frente a no pocas intenciones liquidacionistas… la filosofía en la España de hoy no está en baja.” El Diccionario busca, además, incorporar explícitamente el “Pensamiento filosófico español” (aunque luego vientos “europeístas” lo reduzcan, para el siglo XIX, a paredros de Krause: Julián Sanz del Río, Nicolás Salmerón, Francisco Giner y Gumersindo de Azcárate).

Las entradas más largas con semblanzas de autores son las dedicadas a Lenin (618 líneas), Engels (564) y Marx (547), y ya luego Hegel (491), Lukács (377), Heidegger (360), Russell (306), Wittgenstein (292 líneas), &c. José María Laso Prieto (el más veterano de los colaboradores, junto con Víctor Sánchez de Zavala), entonces estudiante de derecho (tras haber estado preso político largos años en la “Universidad de Burgos”), miembro suplente del Comité Central del Partido Comunista de España, aporta a este Diccionario entradas dedicadas a dos autores –Stalin y Mao Tse-tung– que diez años atrás ya habían sido borrados del mismísimo Diccionario soviético de filosofía.

En una entrada sin firma de este Diccionario se asegura que: «Gustavo Bueno es, sin duda, el más original y profundo de los filósofos españoles actuales. Por ello mismo, es también quizá uno de los más controvertidos y desde luego no de los mejor comprendidos. Cabe esperar, sin embargo, que la influencia de su pensamiento y de su obra (ahora casi en los comienzos todavía) sea de largo alcance.»

De hecho, el Diccionario de filosofía contemporánea dirigido por Quintanilla y publicado por Sígueme, fue la obra que, solo cinco años después de Ensayos materialistas, permitió difundir ampliamente, con cierto detalle, distintas partes del incipiente materialismo filosófico:

«Quinta década (1976-1985), primera oleada del materialismo filosófico. Durante la quinta década (1976-1985), época de la transición política en España, habría comenzado la cristalización del sistema del materialismo filosófico, en torno principalmente al Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo. En 1976, la publicación del Diccionario de filosofía contemporánea (Ediciones Sígueme, Salamanca), dirigido por Miguel Ángel Quintanilla (la primera obra colectiva de filosofía publicada en España tras la muerte del general Franco, en la que colaboraron medio centenar de autores, la mayor parte de ellos jóvenes nacidos ya en la postguerra), mostró públicamente la existencia de un grupo organizado en Oviedo en torno a Gustavo Bueno y el materialismo filosófico. En efecto, en ese Diccionario colaboraron entre otros (por fecha de nacimiento): José María Laso (1926, “estudiante de derecho, colaborador del departamento de filosofía de la universidad de Oviedo”), Vidal Peña (1941, “profesor adjunto de historia de la filosofía en la universidad de Oviedo”), Tomás Ramón Fernández Rodríguez (1945, “profesor ayudante de filosofía en la universidad de Oviedo”), Julián Velarde (1945, “becario de investigación en el departamento de filosofía de la universidad de Oviedo”), Alberto Hidalgo (1946, “profesor en el instituto femenino y en la universidad de Oviedo”), Pilar Palop (1947, “profesora en el departamento de filosofía de la universidad de Oviedo”) y José Manuel Fernández Cepedal (1950, “colaborador del departamento de filosofía de la universidad de Oviedo”); y se dedicaron entradas al propio “Gustavo Bueno” y a varios términos específicos del materialismo filosófico o que reciben un tratamiento especial desde este sistema: “Cierre categorial”, “Diamérico”, “Gnoseología”, “Idea”, “Ontología”, “Progressus”, “Regressus”, “Sinexión”, “Symploké”, &c.» (Sharon Calderón Gordo, “El Congreso de Murcia y las oleadas del materialismo filosófico”, El Catoblepas 20:20, octubre 2003.)

Presentación

Frente a todos los pronósticos de signo pesimista y frente a no pocas intenciones liquidacionistas –a veces traducidas incluso en disposiciones oficiales, como planes de estudios, &c.– la filosofía en la España de hoy no está en baja. Uno de los espectáculos más interesantes de nuestra vida intelectual en los últimos años lo constituye la gestación y progresiva consolidación de una nueva filosofía.

El diccionario que presentamos es en cierto modo la primera obra colectiva de la nueva filosofía española. En primer lugar por las características generacionales e ideológicas de sus redactores. En segundo lugar por el amplio conjunto de temas y perspectivas que el propio carácter de la obra nos ha permitido abarcar.

Los criterios con que se ha redactado nos hacen esperar algunas objeciones a las que quisiéramos anticipar una breve consideración. No espere el lector encontrar aquí el consuelo y la tranquilidad de la falsa objetividad –púdicamente arropada de erudición y estilo despersonalizado– con la que se pretende que un diccionario debe informar acerca de los temas que trata. La filosofía actual está cuajada de tensiones y contradicciones: las mismas que aparecen aquí reflejadas a través de las palabras de sus protagonistas. Aunque obvias limitaciones de espacio y tiempo no nos hayan permitido lograrlo, nuestra intención fue que solamente quedaran excluidas aquellas posiciones que, más que un verdadero componente de la lucha ideológica actual, constituyen curiosos residuos del pasado o cómicas deformaciones del presente. Y hemos buscado también –con toda la intención– que la obra estuviera redactada desde la posición peculiar que a nuestro pensamiento filosófico le confiere el conjunto de circunstancias culturales, sociales y políticas del medio en que nos movemos. Si queremos salir de una vez de la colonización cultural que padecemos, es hora ya de que nos tomemos en serio a nosotros mismos y nos escuchemos unos a otros.

No pretendemos haber logrado una obra perfecta; tampoco lo deseábamos ni en realidad hemos sabido nunca qué criterios puede haber para juzgar tal perfección. Se trataba simplemente de proporcionar un instrumento de trabajo a toda persona interesada en conocer la filosofía contemporánea. Y se trataba al mismo tiempo de dar un paso más en la constitución de la propia conciencia filosófica. Sólo el lector podrá juzgar en qué medida nuestro primer objetivo ha sido alcanzado y sólo él podrá contribuir de forma eficaz a que el segundo se vaya consolidando.

Como director de la obra quiero agradecer en primer lugar la amable colaboración de todos los autores que en ella han participado, y en especial, si cabe, la de aquellos que, sin dedicarse profesionalmente a la filosofía, han hecho un esfuerzo especial para adaptarse a este proyecto.

Nicolás Martín Sosa ha prestado una valiosa colaboración en la redacción de los artículos que se refieren a filósofos españoles.

Juan A. Pérez Millán ha realizado un trabajo inapreciable en la complicada preparación de la edición.

A Ana María Tizón le debo un especial reconocimiento por la amabilidad con que ha soportado las múltiples molestias que le tiene que haber causado mi dedicación a la preparación de esta obra durante casi dos años.

Miguel A. Quintanilla

(páginas 7-8)

Colaboradores
 

Luis Javier Álvarez. Langreo (Asturias), 1948. Licenciado en filosofía. Profesor en la facultad de filosofía y letras de la universidad de Oviedo. Editor y autor del prólogo de Escrituras materiales, Oviedo 1971.

Mariano Álvarez Gómez. La Mata de Monteagudo (León), 1935. Doctor en filosofía. Profesor de historia de la filosofía en la universidad de Salamanca. Publicaciones: Die verborgene Gegenwart des Unendlichen bei Nikolaus von Kues, München 1968.

Celia Amorós Puente. Valencia, 1944. Doctor en filosofía. Profesor adjunto de historia de la filosofía en la universidad de educación a distancia. Publicaciones: Ideología y pensamiento mítico. En torno de Mitológicas de Claude Lévi-Strauss, Madrid, en prensa.

José Claudio Aranzadi Martínez. Bilbao, 1946. Ingeniero industrial y licenciado en ciencias económicas por La Sorbona. Fue miembro del Equipo de Estudios.

Juan Ramón Aranzadi Martínez. Santurce (Vizcaya), 1949. Redactor del diario «Pueblo». Exmiembro del Equipo de Estudios.

José Basabe Barcala. Salamanca, 1944. Psiquiatra y psicólogo clínico. Profesor de psicología de la personalidad en la universidad pontificia de Salamanca. Publicaciones: Síntesis del pensamiento de Fromm, Barcelona 1974; Edipo: drama, complejo y destino, Salamanca 1974.

José María Benavente Barreda. Madrid, 1933. Doctor en filosofía. Catedrático de instituto y agregado de psicología en la universidad de educación a distancia. Publicaciones: ¿Qué es la evolución?, Madrid 1972; Hartmann y el problema del conocimiento, Madrid 1973; Fundamentos de filosofía, Madrid 1973; Historia de la filosofía antigua y medieval, Madrid 1974.

Joaquín Bérchez Gómez. Montilla (Córdoba), 1950. Licenciado en filosofía y letras. Profesor en la escuela de formación profesional de Valencia.

Fermín Bouza Álvarez. Santiago de Compostela, 1946. Licenciado en filosofía y psicología. Profesor en la facultad de ciencias políticas y sociología de la universidad complutense.

Valeriano Bozal Fernández. Madrid, 1940. Miembro del Equipo Comunicación y del consejo editorial de Zona Abierta. Publicaciones: El lenguaje artístico, Barcelona 1970; Historia del arte en España, Madrid 21973; Selección de K. Marx-Fr. Engels, Textos sobre la producción artística, Madrid 21972.

Julio Carabaña. Fuente de Pedro Naharro (Cuenca), 1948. Licenciado en filosofía y letras. Profesor de metodología de las ciencias sociales en la facultad de ciencias políticas y económicas de la universidad de Madrid.

Luis Crespo Arrufat. Barcelona, 1939. Estudios de ciencias económicas. Miembro del departamento literario de la editorial Avance. Profesor de la «escola d'estiu» de Barcelona y de la universitat catalana d'estiu de Prada (Francia). Publicaciones: Ideari de Joan Crexells, Barcelona 1967; Prólogo a J.-J. Rousseau, Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, Barcelona 1970; Sobre la filosofía y su no-lugar en el marxismo, Barcelona 1974.

Alfredo Deaño Gamallo. Ribadeo (Lugo), 1944. Doctor en filosofía. Profesor adjunto en la facultad de filosofía y letras de la universidad autónoma de Madrid. Publicaciones: Introducción a la lógica formal (2 vols.), Madrid 21975 y 1975; Lógica simbólica y lógica del lenguaje ordinario, Madrid 1972.

Carlos Díaz. Canalejas (Cuenca), 1944. Doctor en filosofía. Catedrático de instituto y profesor de psicología evolutiva en la universidad de educación a distancia. Entre sus publicaciones destacan: Personalismo obrero. Presencia viva de Mounier, Bilbao 1969; Hombre y dialéctica en el marxismo-leninismo, Bilbao 1970; Husserl. Intencionalidad y fenomenología, Bilbao 1971; El anarquismo como fenómeno político-moral, México 1975; Por y contra Stirner, Bilbao 1975.

María Dolores Dolz Romero. Adra (Almería), 1950. Licenciada en filosofía y letras. Profesora de historia de la filosofía en la universidad autónoma de Madrid.

José Manuel Fernández Cepedal. Oviedo, 1950. Licenciado en filosofía. Colaborador del departamento de filosofía de la universidad de Oviedo.

Tomás R. Fernández Rodríguez. Valladolid, 1945. Licenciado en filosofía. Profesor ayudante de filosofía en la universidad de Oviedo.

Eduardo Fioravanti Fernández de Liencres. San Sebastián, 1941. Economista. Diplomado en ciencias económicas y sociales por La Sorbona. Publicaciones: El concepto de modo de producción, Barcelona 21974; L'esperienza dell'assemblea popolare in Bolivia, Milano 1973; Latifundio y sindicalismo agrario en el Perú, Lima 1974; Miseria de la economía (2 vols.), Barcelona 1974; El capital monopolista internacional, Barcelona 1975.

Cirilo Flórez Miguel. Cuenca de Campos (Valladolid), 1940. Doctor en filosofía y letras. Profesor adjunto de historia de la filosofía en la facultad de filosofía de la universidad de Salamanca. Entre sus publicaciones destacan: Dialéctica, historia y progreso, Salamanca 1968; Kant, de la ilustración al socialismo, Salamanca 1975.

Jesús Fortea Pérez. Arnedo (Logroño), 1944. Doctor en matemáticas. Profesor adjunto de análisis matemático en la facultad de matemáticas de la universidad complutense.

José María García Gómez-Heras. Bocigas (Valladolid), 1936. Profesor en la universidad de Salamanca. Publicaciones: Sobre Dios, Salamanca 1972; Religión y cristianismo como mística, estética e ideología, Salamanca 1974; Cultura burguesa y restauración católica, Salamanca 1975.

Santiago González Noriega. Llanes (Asturias), 1942. Licenciado en filosofía y letras. Profesor ayudante en la universidad de educación a distancia. Ha realizado ediciones de obras de Schopenhauer, Hegel y Miguel de Molinos. Autor de El devenir en la filosofía de Nietzsche, en Varios, En favor de Nietzsche, Madrid 1972.

Alberto Hidalgo Tuñón. Oviedo, 1946. Licenciado en filosofía y letras. Profesor en el instituto femenino y en la universidad de Oviedo.

Liborio L. Hierro Sánchez-Pescador. Madrid, 1946. Licenciado en derecho. Profesor adjunto de filosofía del derecho en la universidad autónoma de Madrid. Publicaciones: Textos sobre derechos humanos, Madrid 1973.

Jose Hierro Sánchez-Pescador. Granada, 1938. Doctor en filosofía y letras y en derecho. Profesor de filosofía en la universidad complutense. Entre sus publicaciones destacan: El derecho en Ortega, Madrid 1970; Problemas del análisis del lenguaje moral, Madrid 1970; La teoría de las ideas innatas en Chomsky, Barcelona 1975; Normas y valoraciones, en Varios, Teoría y sociedad, Barcelona 1970.

Francisco J. Laporta Sanmiguel. Madrid, 1945. Doctor en derecho. Profesor adjunto de la universidad autónoma de Madrid. Publicaciones: Adolfo Posada. Política y filosofía en la crisis del liberalismo español, Madrid 1974.

José María Laso Prieto. Bilbao, 1926. Estudiante de derecho. Colaborador del departamento de filosofía de la universidad de Oviedo. Publicaciones: Introducción al pensamiento de Gramsci, Madrid 1973; prólogo a R. Maggiore - D. Grisoni, Leer a Gramsci, Madrid 1974.

Marcelino López Álvarez. Oviedo, 1950. Licenciado en medicina. Médico rural en Mombuey (Zamora).

José Ignacio López Soria. Cáceres, 1937. De nacionalidad peruana. Doctor en filosofía y en historia. Catedrático asociado del departamento de humanidades de la universidad nacional de ingeniería de Lima. Publicaciones: Ideología económica de «El Mercurio Peruano», Lima 1972; La descomposición de la dominación hispánica en el Perú, Lima 1973; El pensamiento de J. Baquijano y Carrillo, Lima 1972.

Manuel Maceiras Fafián. La Coruña, 1935. Doctor en filosofía. Profesor en la universidad complutense. Autor de Introducción al personalismo, Madrid 1975; Mounier y Paul Ricoeur, en J. de Sahagún Lucas, Antropologías del siglo XX, Salamanca 1976.

Nicolás Martín Sosa. Santa Cruz de la Palma, 1942. Licenciado en filosofía. Profesor ayudante en la facultad de filosofía de la universidad de Salamanca. Prepara una tesis doctoral sobre la filosofía española en el siglo XIX.

Ubaldo Martínez Veiga. Vega de Espinareda (León). Doctor en filosofía. Profesor en la universidad autónoma de Madrid y Visiting Scholar en el departamento de antropología de la Columbia university de Nueva York.

Javier Muguerza Carpintier. Coín (Málaga), 1939. Doctor en filosofía. Profesor agregado en la universidad de La Laguna. Entre sus publicaciones destacan: «Es» y «debe». En torno a la lógica de la falacia naturalista, en Teoría y sociedad, Barcelona 1970; Tres fronteras de la ciencia, en Ensayos de filosofía de la ciencia en torno a la obra de Sir Karl R. Popper, Madrid 1970; Ética y ciencias sociales, en Filosofía y ciencia en el pensamiento español contemporáneo, Madrid 1973; edición e introducción de La concepción analítica de la filosofía (2 vols.), Madrid 1974.

Jacobo Muñoz Veiga. Valencia, 1942. Doctor en filosofía. Profesor adjunto de historia de la filosofía en la universidad de Barcelona. Director de la colección «Teoría y realidad» de la editorial Grijalbo. Publicaciones: Después de Wittgenstein, en Wittgenstein y la filosofía contemporánea, Barcelona 1972; Reconsiderando a Lukács, en Lukács, Barcelona 1973; Adam Schaff en la filosofía polaca contemporánea, en Ensayos sobre filosofía del lenguaje, Barcelona 1973.

José Ortega Esteban. Recuerda (Soria), 1945. Licenciado en pedagogía. Profesor de pedagogía en la universidad de Salamanca.

Andrés Ortiz Osés. Aragón, 1943. Licenciado en teología y doctor en filosofía. Profesor adjunto de la facultad de filosofía y letras de la universidad de Deusto. Entre sus publicaciones destacan: Antropología hermenéutica, Madrid 1973; Mundo, hombre y lenguaje crítico, Salamanca 1975.

Pilar Palop Jonqueres. Valencia, 1947. Licenciada en pedagogía. Profesora en el departamento de filosofía de la universidad de Oviedo. Realiza investigaciones en el campo de la epistemología genética.

Vidal Peña. Oviedo, 1941. Doctor en filosofía, licenciado en derecho. Profesor adjunto de historia de la filosofía en la universidad de Oviedo. Publicaciones: El materialismo de Spinoza, Madrid 1974; ha preparado la edición castellana de la Ética de Spinoza, Madrid 1974.

Ángel Pérez Gómez. Valladolid, 1949. Licenciado en pedagogía y diplomado en psicología. Profesor de pedagogía en la universidad complutense y de filosofía en el instituto de la Almudena (Madrid).

Antonio Pintor Ramos. El Pino (La Coruña), 1947. Doctor en filosofía. Profesor agregado de historia de la filosofía en la universidad pontificia de Salamanca. Autor de Corporeidad y psiquismo en M. Scheler, Salamanca 1973.

Miguel Ángel Quintanilla Fisac. Segovia, 1945. Doctor en filosofía. Profesor de lógica y metodología de las ciencias en la universidad de Salamanca. Autor de Idealismo y filosofía de la ciencia. Introducción a la epistemología de Karl R. Popper, Madrid 1972.

Pedro Ribas Ribas. Ibiza, 1939. Doctor en filosofía. Profesor adjunto de universidad, realiza actualmente una investigación en la universidad libre de Berlín. Autor de Unamuno y el problema agrario, Barcelona 1975.

Julio Rodríguez Aramberri. Madrid, 1941. Doctor en derecho. Profesor adjunto en la facultad de ciencias políticas y sociología de la universidad complutense.

José Luis Rodríguez Molinero. León, 1940. Doctor en filosofía. Profesor adjunto interino en la facultad de filosofía y letras de la universidad de Salamanca.

Francisco Javier Sádaba Garay. Portugalete (Vizcaya), 1940. Doctor en filosofía. Profesor visitante en la universidad de Columbia (Nueva York). Autor de la introducción a D. Hume, Diálogos sobre la religión natural, Salamanca 1974.

Víctor Sánchez de Zavala. Pamplona, 1926. Ingeniero industrial, licenciado en filosofía y letras, traductor. Entre sus publicaciones destacan: Enseñar y aprender, Madrid 1965; Sobre las ciencias de «complexos», en Ensayos de filosofía de la ciencia en torno a la obra de Sir Karl R. Popper, Madrid 1970; Sobre la historia reciente y la metodología de la semántica, en Teoría y sociedad, Barcelona 1970; Hacia una epistemología del lenguaje, Madrid 1972; Indagaciones praxiológicas, Madrid 1975.

Fernando Savater. San Sebastián, 1947. Doctor en filosofía, escritor y traductor. Entre sus publicaciones destacan: Nihilismo y acción, Madrid 1970; La filosofía tachada, Madrid 1972; Apología del sofista, Madrid 1974; Ensayo sobre Cioran, Madrid 1975; Escritos politeístas, Madrid 1975; De los dioses y del mundo, Valencia 1975. Ha traducido obras de Cioran, Bataille, Diderot y Voltaire.

Joan Senent Josa. Barcelona, 1947. Licenciado en ciencias biológicas. Colaborador científico de diversas revistas y editoriales, en temas de filosofía e historia de las ciencias.

Jorge L. Tizón García. La Coruña, 1946. Licenciado en medicina y cirugía. Psiquiatra. Coordinador de proyecto de investigación en el centro médico-psicológico de Barcelona y profesor de la Escuela Superior de asistentes sociales de la universidad de Barcelona.

Eugenio Trías. Barcelona, 1942. Licenciado en filosofía. Profesor visitante de la universidad de Buenos Aires. Entre sus publicaciones destacan: La filosofía y su sombra, Barcelona 1969; La dispersión, Madrid 1971; Drama e identidad, Barcelona 1974.

Fernando Ariel del Val. Madrid, 1936. Licenciado en derecho y en filosofía. Profesor en la universidad de Madrid.

Juan Antonio del Val Merino. Cazalla (Sevilla), 1941. Doctor en filosofía. Profesor en la universidad complutense. Publicaciones: Notas sobre Marx y el concepto de ideología, en Teoría y sociedad, Barcelona 1970; El animismo y el pensamiento infantil, Madrid 1975; Investigaciones sobre lógica y psicología, Madrid 1975.

Ramón Vargas-Machuca Ortega. Medina Sidonia (Cádiz), 1948. Licenciado en filosofía y letras. Profesor de filosofía en el colegio universitario de Cádiz. Prepara una tesis doctoral sobre problemas epistemológicos en la obra filosófica de Antonio Gramsci.

Luis V. Vega Reñón. Astorga (León), 1945. Doctor en filosofía. Profesor agregado de instituto y adjunto interino de lógica en la facultad de filosofía y letras de la universidad de La Laguna.

Julián Velarde Lombraña. Avellanedo (Santander), 1945. Licenciado en filosofía. Becario de investigación en el departamento de filosofía de la universidad de Oviedo. Prepara una tesis doctoral sobre gnoseología de la gramática generativa.

(páginas 483-488)


Adscripciones institucionales de los 55 colaboradores:
9 a la Universidad Complutense: Bouza · Carabaña · Fortea · J. Hierro · Maceiras · Pérez Gómez · J. R. Aramberri · F. del Val · J. A. del Val
8 a la Universidad de Oviedo: L. J. Álvarez · Cepedal · Fernández Rodríguez · Hidalgo · Laso · Palop · Peña · Velarde
7 a la Universidad de Salamanca: M. Álvarez · Flórez · Gómez-Heras · Martín Sosa · Ortega Esteban · Quintanilla · R. Molinero
5 a la Universidad Autónoma de Madrid: Deaño · Dolz · L. Hierro · Laporta · Martínez Veiga
4 a la Universidad de Educación a Distancia: Amorós · Benavente · Díaz · González Noriega
2 a la Universidad de Barcelona: Muñoz · Tizón
2 a la Universidad de La Laguna: Muguerza · Vega
2 a la Universidad Pontificia de Salamanca: Basabe · Pintor Ramos
1 a la Escola d'estiu de Barcelona: Crespo
1 a la Escuela de Formación Profesional de Valencia: Bérchez
1 a la Universidad de Buenos Aires: Trías
1 a la Universidad de Columbia: Sádaba
1 a la Universidad de Deusto: Ortiz Osés
1 a la Universidad Libre de Berlín: Ribas
1 a la Universidad Nacional de Ingeniería de Lima: López Soria
1 al Colegio Universitario de Cádiz: Vargas-Machuca
1 al diario “Pueblo”: J. R. Aranzadi
8 sin adscripción específica: J. C. Aranzadi · Bozal · Fioravanti · López Álvarez · Sánchez de Zavala · Savater · Senent


 universidad autores entradas líneas
Universidad Autónoma de Madrid5113590
Universidad Complutense9265985
Universidad de Barcelona283718
Universidad de La Laguna232776
Universidad de Oviedo8185665
Universidad de Salamanca7297741
Universidad Nacional de Educación a Distancia4122486
Universidad Pontificia de Salamanca271363
&c.164114535
 5515547859

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Índice general de contenidos
 

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Conciencia
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Empirismo
Empirismo lógico
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Espiritualismo
Estética
Estructura
Estructuralismo
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Etnología
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Falacia naturalista
Falsabilidad
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Fenomenología
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Heidegger
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Marcel
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Marxismo
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Materialismo
Materialismo dialéctico
Materialismo histórico
Mecanicismo
Merleau-Ponty
Metaciencia
Metacientífico
Metafilosofía
Metafísica
Metalenguaje
Método
Metodología
Mill
Mito
Modelo
Modo de producción
Montero Moliner
Moore
Moral
Morris
Mounier

Negativo (El pensamiento)
Neoescolástica
Neokantismo
Neopositivismo
Neurath
Nicol
Nietzsche
Nihilismo
Nivel
Norma

Objetividad
Observacionismo
Ontología
Operacionalismo
Ortega

Pannekoek
Paradigma
Paradoja
París
Pedagogía
Peirce
Pensamiento filosófico español
Personalismo
Piaget
Política
Popper
Positivismo
Positivismo jurídico
Positivismo lógico
Pragmática
Pragmatismo
Praxis
Praxis (Filosofía de la)
Predicado
Prescriptivismo
Progreso
Progressus
Proudhon
Psicoanálisis
Psicología
Psicologismo
Psiquiatría

Quine

Racionalidad
Racionalismo
Racionalización
Razón
Razonamiento
Realismo
Realismo jurídico
Reducción
Reduccionismo
Refutabilidad
Regla
Regressus
Reich
Relaciones de producción
Religión (Filosofía de la)
Represión
Retórica
Revolución
Revolución científica
Revolución científico-técnica
Ricoeur
Ruptura epistemológica
Russell
Ryle

Sacristán
Salmerón
Sánchez Mazas
Sanz del Río
Sartre
Schaff
Scheler
Schlick
Schopenhauer
Semántica
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Sentido
Significado
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Símbolo
Sinexión
Sintaxis
Sistema
Socialismo
Sociología
Sociologismo
Spencer
Stalin
Stirner
Strawson
Superestructura
Symploké

Técnica
Tecnología
Teodicea
Teoría
Teoría crítica
Teoricismo
Tierno Galván
Totalidad
Trascendencia
Trascendental

Unamuno
Uso lingüístico
Utopía

Valor
Variable lógica
Verdad
Verificabilidad
Verificación

Weltanschauung
Whitehead
Wittgenstein

Zubiri

(páginas 489-490)


En negrita los once “artículos de fondo”, compuestos a página completa, con una extensión entre 7 y 21 páginas (suman 142 páginas):

“artículos de fondo” páginas ext autor
FILOSOFÍA. De inconsolatione philosophiae162-18320.6Javier Muguerza
ONTOLOGÍA. Ontología348-36213.3Vidal Peña
CIENCIA. El mito de la ciencia065-08116.2Miguel Ángel Quintanilla
PRAXIS. Filosofía de la praxis390-40212.6Fernando del Val
ARTE. Filosofía del arte034-04612.3Valeriano Bozal
RELIGIÓN. Filosofía de la religión428-4356.8Javier Sádaba
DIALÉCTICA. Marxismo283-30219.2Jacobo Muñoz
ANÁLISIS. La filosofía analítica016-0248.3Miguel Ángel Quintanilla
NIHILISMO. El pensamiento negativo: del vacío a los mitos334-34612Fernando Savater
ESTRUCTURALISMO. Estructuralismo136-1458.8Eugenio Trías
FILOSOFÍA ESPAÑOLA. Pensamiento filosófico español366-37812Pedro Ribas

«Como es habitual en este tipo de obras, la ordenación de todos los conceptos que componen el Diccionario de filosofía contemporánea es rigurosamente alfabética. Sin embargo, bajo ese orden formal, el Diccionario posee también una estructura conceptual más profunda: hay, en primer lugar, once grandes artículos de fondo, cuyos títulos y autores figuran en el esquema adjunto, que constituyen el armazón teórico del volumen. Viene después una larga serie de artículos de menor extensión, igualmente firmados, en los que se abordan de manera crítica conceptos, tendencias y autores de gran relevancia actual. Un tercer tipo de artículos, muy breves, se limitan a exponer informativamente datos o definiciones complementarias de todo el corpus anterior. Por último, existen también vocablos que remiten simplemente a otros artículos en los que se trata más ampliamente el concepto en cuestión. Para facilitar el estudio exhaustivo de cada tema se ha creado asimismo una amplia red de referencias cruzadas: las palabras impresas en letra negrita significan que esos términos aparecen específicamente analizados en el Diccionario, remitiendo al lector, para localizarlos, al orden alfabético general.» (página 9.)

Las 315 entradaslíneas
— artículos de fondo1116.495
entradas con firma14431.364
entradas sin firma1234.240
* remisiones3777
Σ31552.176

Las 104 entradas dedicadas a “filósofos contemporáneos”

“filósofo contemporáneo” α ω lengua líneas firma
Adorno, Theodor Wiesengrund19031969alemán166Julio Carabaña
Althusser, Louis1918-francés212Luis Crespo
Aranguren, José L. L.1909-español39-
Austin, John Langshaw19111960inglés27-
Avenarius, Richard18431896alemán11-
Azcárate, Gumersindo18401917español61-
Bachelard, Gaston18841962francés57-
Bakunin, Mikhail18141876ruso105Carlos Díaz
Bataille, Georges18971962francés82Joaquín Bérchez
Bergson, Henri18591941francés32-
Besteiro, Julián18701940español38-
Bloch, Ernst1885-alemán225J. M. G. Gómez-Heras
Brentano, Franz18381917alemán37-
Bueno, Gustavo1924-español56-
Bunge, Mario1919-esp-ing46-
Carnap, Rudolf18911970ale-ing233-
Cassirer, Ernst18741945alemán86A. Ortiz-Osés
Cioran, Emile M.1911-francés30-
Comte, Auguste17981857francés75-
Croce, Benedetto18661952italiano14-
Cruz Hernández, Miguel1920-español34-
Dilthey, Wilhelm18331911alemán38-
Engels, Friedrich18201895alemán564Juan Aranzadi
Ferrater Mora, José1912-español44-
Feuerbach, Ludwig18041872alemán239Cirilo Flórez Miguel
Feyerabend, Paul K.1924-inglés157Luis Vega
Foucault, Michel1926-francés153Cirilo Flórez Miguel
Frege, Gottlob18481925alemán36-
Freud, Sigmund18561939alemán246Jorge L. Tizón
Gadamer, Hans-Georg1900-alemán81A. Ortiz-Osés
Gaos, José1900-español29-
García Bacca, Juan David1901-español29-
García Calvo, Agustín1926-español31-
Garrido, Manuel1925-español19-
Giner de los Ríos, Francisco18391915español35-
Gramsci, Antonio18911937italiano222José M. Laso
Habermas, Jürgen1929-alemán159Julio Carabaña
Hartmann, Nicolai18821950alemán190José M.ª Benavente Barreda
Hegel, Georg Wilhelm Friedrich17701831alemán491Mariano Álvarez
Heidegger, Martin1889-alemán360José L. Molinero
Horkheimer, Max18951973ale-ing31Julio Carabaña
Husserl, Edmund18591938alemán79-
James, William18421910inglés16-
Jaspers, Karl18831969alemán216Cirilo Flórez Miguel
Kautsky, Karl18541938alemán45-
Kierkegaard, Sören18131855danés135Cirilo Flórez Miguel
Korsch, Karl18861961alemán30-
Krause, Karl Christian Friedich17811832alemán39-
Kropotkin, Piotr18421921ruso159Carlos Díaz
Kuhn, Thomas S.1922-inglés38-
Labriola, Antonio18431904italiano19-
Lacan, Jacques1901-francés127Marcelino López
Lakatos, Imre19221974inglés29-
Lefebvre, Henri1905-francés59Cirilo Flórez Miguel
Lenin, Vladimir Illich Ulianov18701924ruso618Juan Aranzadi
Lévi-Strauss, Claude1908-francés106A. Ortiz-Osés
Lukács, György18851971alemán377José Ignacio López Soria
Luxemburg, Rosa18711919alemán60-
Lledó, Emilio1929-español21-
Mach, Ernst18381916alemán53-
Mao Tse-tung1893-chino187José M. Laso
Marcel, Gabriel18891973francés66Antonio Pintor Ramos
Marcuse, Herbert1898-alemán96Julio Carabaña
Marías, Julián1914-español22-
Marx, Karl18181883alemán547Juan Aranzadi
Merleau-Ponty, Maurice19081961francés58Antonio Pintor Ramos
Mill, John Stuart18061873inglés13-
Montero Moliner, Fernando1922-español35-
Moore, George18731958inglés35-
Morris, Charles1901-inglés83A. Ortiz-Osés
Mounier, Emmanuel19051950francés8-
Neurath, Otto18821945alemán39-
Nicol, Eduardo1907-español33-
Nietzsche, Friedich18441900alemán222Santiago González Noriega
Ortega y Gasset, José18831955español53-
Pannekoek, Anton18731960neerlandés261Marcelino López
París, Carlos1925-español47-
Peirce, Charles Sanders18391914inglés23-
Piaget, Jean1896-francés144J. A. del Val
Popper, Karl Raimond1902-inglés165-
Proudhon18091865francés103Carlos Díaz
Quine, Willard van Orman1908-inglés27-
Reich, Wilhelm18971957ale-ing121Marcelino López
Ricoeur, Paul1913-francés184Manuel Maceiras Fafián
Russell, Bertrand18721970inglés306-
Ryle, Gilbert1900-inglés22-
Sacristán, Manuel1925-español38-
Salmerón, Nicolás18371908español29-
Sánchez Mazas, Miguel1925-español38-
Sanz del Río, Julián18141869español38-
Sartre, Jean-Paul1905-francés157Antonio Pintor Ramos
Schaff, Adam1913-ale-fra116A. Ortiz-Osés
Scheler, Max Ferdinand18741928alemán133Antonio Pintor Ramos
Schlick, Moritz18821936alemán30-
Schopenhauer, Arthur17881860alemán100Santiago González Noriega
Spencer, Herbert18201903inglés14-
Stalin, Iossif18791953ruso110José M. Laso
Stirner, Johann Caspar Schmidt18061856alemán140Carlos Díaz
Strawson, Peter F.1919-inglés29-
Tierno Galván, Enrique1918-español32-
Unamuno, Miguel de18641936español57-
Whitehead, Alfred North18611947inglés21-
Wittgenstein, Ludwig18891951ale-ing292-
Zubiri, Xavier1898-español38-

Esta tabla de nombres se puede reordenar pulsando en el nombre de cada campo


Por las lenguas en las que escribieron estos 104 “filósofos contemporáneos”:
31 alemán + 4 alemán-inglés + 1 alemán-francés
24 español + 1 español-inglés
17 francés
16 inglés
4 ruso
3 italiano
1 chino + 1 danés + 1 neerlandés

41 de estos “filósofos contemporáneos” estaban vivos al publicarse en 1976 la obra; y los otros 63 muertos (entre ellos 15 ya en el siglo XIX).

14 de estos autores nacieron entre 1920-1929; 10 entre 1910-1919; 15 entre 1900-1909… 4 de estos autores nacieron en el siglo XVIII.

44 entradas van firmadas por 20 autores –2 autores de 5 entradas, 3 autores de 4, 3 autores de 3, 1 de 2, 11 autores de 1 entrada– y 60 sin firmar.

Las 3 entradas más largas (dedicadas a Lenin, Engels y Marx; 618, 564 y 547 líneas) están firmadas por un mismo autor: Juan Aranzadi.

Todas estas entradas están compuestas a dos columnas: cada columna está formada por 58 líneas. Una página sin blancos de separación de artículos, ni columnas a veces acortadas para favorecer la compaginación, contiene 116 líneas como máximo.


Selección cronológica de noticias, críticas y reseñas del Diccionario de Filosofía Contemporánea

1976 «Diccionario de Filosofía Contemporánea. Quintanilla, Miguel Ángel. SIGUEME. 1976. 492 p. 24 x 17 cm. Rúst. 800 pts. Col. Hermeneia. 84-301-0409-7.» (registro del ISBN, El Libro Español, Madrid, julio de 1976, nº 223, página 409.)

Carlos París Amador en Triunfo

Los “filósofos jóvenes” hacen un diccionario

El hecho de que a un sector importante del movimiento de los “filósofos jóvenes” se les haya ocurrido la idea de agruparse en la empresa de redactar un “Diccionario de Filosofía Contemporánea” (dirigido por M. A. Quintanilla, Salamanca, Ediciones Sígueme 1976), no deja de ofrecer ciertos aspectos sorprendentes, especialmente si pensamos en las características combativas y conflictivas de este movimiento, que parecerían más vocadas hacia un manifiesto que hacia un diccionario. Pero bien pudiera ocurrir también que después de tantos años de represión, en medio de la actual y escandalosa manipulación lingüística, en el presente caos de imágenes y actitudes lo más revolucionario resulte ponerse a definir y clarificar, y que esta voluntad, más o menos consciente, haya movido a los jóvenes autores. Si en lugar de producir confusos ruidos –valga la que cibernéticamente es una redundancia–, nos ponemos a hablar, en nuestro país puede producirse un escándalo mayúsculo.

Por otra parte, es verdad que el género literario “diccionario” está experimentando bastantes recreaciones en los últimos tiempos –recordemos a Cela, por ejemplo–. Esta obra sería una más de ellas. No estamos en presencia, en efecto, de un diccionario filosófico, según el modelo usual, cuya misión es informar lo más asépticamente posible sobre el cuerpo de problemas y hechos históricos, que convencionalmente se designa como filosofía. Aquí se hace patente un producto cultural eminentemente crítico –y, por ende, polémico–, el cual toma posición desde su presentación misma y su dedicatoria a la lucha por un pensamiento libre y a la esperanza de un pensamiento liberador. Tal planteamiento responde a una lógica profunda de nuestra situación cultural y a los avatares –dirigismo impositor, resistencia creativa, represión–, que la filosofía ha vivido durante estos últimos cuarenta años. Por otra parte, se orienta hacia una búsqueda de la inserción del pensamiento y el intelectual, comprometida en nuestra dinámica social creadora.

Es preciso también insistir en el término “contemporáneo” –entendido más en la acepción de actual que en la convencionalmente periodizadora de nuestra historia–, el cual rotula la obra para precisar sus intenciones. No se trata meramente de que se delimite un ámbito cronológico, sino de algo que muy radicalmente anima la construcción de este “Diccionario”: el esfuerzo por definir lo verdaderamente vigente en la especulación filosófica de nuestros días. Ello se aprecia, unas veces en la misma selección de autores y temas, otras en el modo fuertemente crítico con que determinados autores son tratados, frente a su tópica consagración. ¿Podríamos recordar aquí las pretensiones del ya viejo positivismo lógico para delimitar el sentido o sinsentido de los problemas? Es cuestión evidentemente de algo muy distinto, que simplemente quiere recuperar el ámbito de lo válido, de lo realmente vivo y estimulante para nuestro pensamiento. Y este esfuerzo de purga es muy comprensible en nuestra situación cultural, en la cual la posibilidad siempre latente, y tantas veces actuante, en filosofía de parir engendros, de proliferación teratológica, ha encontrado un ambiente tan fertilizante, apoyado en las instancias del poder o del equívoco. Ahora bien, la selección de lo vigente hubiera caído en un grave error si, reproduciendo las estructuras dominantes resultara dictada por una disciplina de escuela. Afortunadamente, no es éste el caso en una valoración global del “Diccionario”. En su planteamiento hay que señalar un pluralismo antidogmático, que acoge direcciones y temas del cariz más variado, incluso profundamente polémicas entre sí, pero que comunicarían en algo común: responder de una u otra manera a los problemas de nuestro tiempo. No se trata, por ventura, de una realidad monolítica, sino más bien agónica –hablando a lo Unamuno– o proliferante –al estilo de Feyerabend–.

Tal amplitud aparece muy clara respecto a las grandes formas de pensamiento que las páginas del “Diccionario” acogen. Se hace presente el marxismo como gran corriente, corriente sometida a inflexiones múltiples, y expuesta a lo largo de los diferentes artículos que inciden sobre el tema por mentalidades tan distintas como las de Jacobo Muñoz, Aranzadi, Laso o Fernando del Val, entre otros de los redactores. Mas no se olvida el anarquismo y el pensamiento negativo –o nihilismo– encuentra exposición cumplida. La filosofía de la ciencia –con cierta limitación en cuanto a sus contenidos–, así como el pensamiento analítico se hallan ampliamente reflejados en la obra. Y no falta la moda estructuralista, estudiada por Eugenio Trías.

La selección de los vocablos se pliega a estas inspiraciones generales y, en ocasiones, a la fuerte presencia, respecto a otros actuales círculos filosóficos, del grupo formado por los discípulos de Gustavo Bueno. No encontraremos términos tales como “acto” y “potencia” –lo cual podrá sorprender a las mentalidades acostumbradas a nuestros cuestionarios oficiales, que ciertamente no se caracterizan por su contemporaneidad filosófica–. Pero ello no significa que los temas de la ontología, de la teología natural en conexión con la filosofía de la religión –como asunción más actual de tal problemática, análogamente a la de la estética en la filosofía del arte– estén ausentes de la obra. Sí se echa de menos la inclusión de algunos términos referentes a la filosofía de la ciencia como discusión de los contenidos del pensamiento científico, natural, social y antropológico. Tal ocurre, por poner un ejemplo, con la ausencia del término “evolución”. También en la relación de autores tratados habría que revisar algunas exclusiones y lo incompleto de determinadas semblanzas, que no dan idea cabal de la obra de ciertos pensadores.

A mi modo de ver, en efecto, el ámbito de lo válido, de lo digno de tenerse en cuenta en el actual pensamiento filosófico español cubre un radio más amplio que el definido por este “Diccionario”. Sin embargo, sus recelos son psicológicamente comprensibles en el marco de nuestra situación intelectual, tal como espontáneamente ha de ser percibida por la nueva generación filosófica.

Esta obra, como desde el principio he subrayado, constituye un producto colectivo, que refleja fielmente la presencia de una nueva oleada generacional en nuestra filosofía. Y el “Diccionario” está programado claramente con esta voluntad expresiva. En conjunto, sus autores son hombres que han empezado a enseñar y publicar en los últimos años –su edad media se sitúa en el centro de la treintena–. Es la generación que ha animado las Convivencias de Filósofos Jóvenes: en un orden más general, la generación de los PNN, con su problemática y sus luchas en la Universidad. Todo ello, en el ámbito de la España del pseudodesarrollo, que ahora hace crisis, de la industria cultural, de la recuperación y maduración del movimiento proletario.

Esta generación nos ha convertido, por fin, en hermanos mayores, a los que durante tanto tiempo parecíamos condenados a ser perennemente hermanos menores de los hombres de la guerra, “jóvenes promesas” o difíciles jóvenes díscolos. Pero no parece cumplirse el rígido esquema de rivalidad –el orteguismo no queda muy bien parado en este “Diccionario”, desde cualquier punto que se le mire–, que el filósofo madrileño prescribía a las generaciones inmediatamente próximas. Esta nueva oleada en nuestro pensamiento encuentra un horizonte en que actúan sucesivos impulsos de la España filosófica desde los años cincuenta, la filosofía de la ciencia, el marxismo, el pensamiento analítico, sus propias aportaciones. Una tenaz voluntad de persistir en la funesta manía del pensar desde la aventura individual se hace empresa solidaria. Solidaria no sólo en el cerrado círculo del pensamiento, sino en la totalidad de un dinamismo histórico, que, liberándose de la reciente pesadilla opresora, se lanza a la aventura de una nueva etapa. El “Diccionario” afirma nuestra necesidad de personalidad propia, de resistencia a la colonización cultural, al mimetismo, peligros ciertos en un gesto de resistencia puramente elemental a las imposiciones oficiales. Trabajemos porque esta voluntad programática se convierta en realidad creadora.

Carlos París.

(Triunfo, Madrid, 9 de octubre de 1976, número 715, páginas 61-62.)

Eduardo Bustos Guadaño en Revista de Occidente

Filosofía española contemporánea

Diccionario de Filosofía Contemporánea. Dirigido por Miguel A. Quintanilla. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1976

A veces no resulta difícil justificar una parcialidad. Sobre todo cuando esa parcialidad se confiesa como tal y no se disfraza de imposible objetividad o falsa seriedad. El Diccionario de Filosofía Contemporánea quiere ser voluntariamente subjetivo, es decir, ofrecer la visión particular de la otra o de las otras filosofías que se practican en nuestro país. Hay subjetividades más o menos interesantes y nuestro deber es aclarar en qué reside el de ésta: la situación de la filosofía en la universidad española (pues aquélla se sigue haciendo en, o en las proximidades de ésta, salvo honrosas excepciones), no por más conocida es menos compleja. Frente a lo que Quintanilla llama, en la presentación del Diccionario, «cómica deformación del pasado», poseedora y mantenedora, no obstante, del monopolio si no ideológico, sí al menos burocrático de la filosofía universitaria, se encuentran varias tendencias que constituyen el núcleo vivo de la filosofía en nuestro país: unas, definitivamente dentro de la universidad (lo cual se les achaca con frecuencia), aunque marginadas desde el punto de vista académico; otras, con un pie dentro y otro fuera, una postura que, a pesar de ser incómoda, permite aprovechar las características de ambos terrenos; y unas terceras, definitivamente fuera, por ahora, que ostentan, con mal disimulada fruición, la aureola del pensamiento perseguido. Constituyen el núcleo vivo de la filosofía porque ofrecen, cada cual por su lado, una alternativa profesional a los practicantes o futuros practicantes de la filosofía que satisface sus necesidades teóricas, da cuenta de sus preocupaciones vitales..., les interesa en definitiva. Esta alternativa que he denominado en un primer momento «profesional» es seguramente también una alternativa ideológica, por lo menos en la medida en que atenta contra el dominio de lo que ha sido «la» filosofía universitaria en estos últimos cuarenta años, cuyo carácter ideológico y acrítico es bien evidente. Y es en este punto en que la situación se hace más complicada, porque esta alternativa no es única, sino plural. Por un lado se enfrentan estas nuevas tendencias a la anquilosada filosofía oficial, pero por otro tratan de imponer cada una su propia visión teórica y práctica a las demás. Es una historia no siempre limpia de denuncias ideológicas mutuas, de lucha por posiciones privilegiadas de «contestación», &c. El Diccionario de Filosofía Contemporánea pretende en realidad captar esa alternativa plural en su estado bruto e integrarla conceptualmente en toda su complejidad. Para ello ha acudido a los representantes más significados de cada tendencia con el fin de que éstos expongan los principales aspectos de su modo de ver la filosofía. El resultado no es muy coherente, pero no lo es más la situación de la que pretende ser expresión. Y como no es coherente, no resulta tranquilizador. El teórico que lo aborda no puede encastillarse en una determinada posición, porque inmediatamente se ve desplazado por otro que pretende ocuparla. Esta situación de provisionalidad y de absoluta divergencia son puestas de relieve por el magnífico artículo que J. Muguerza dedica a la filosofía (De inconsolatione philosophiae). De sobra es conocida la voluntad y la capacidad integradora de este filósofo, capaz de presentar posturas filosóficas aparentemente irreconciliables bajo una especie de armonía superior a la que, por una parte, no se le puede reprochar falsear los presupuestos básicos de dichas posturas bajo una óptica teórica determinada, y por otra, tampoco se le puede acusar de absorber de forma hegeliana las diferentes contradicciones, anegándolas en una Aufhebung beatífica. Indudablemente la mejor forma de abordar la lectura del Diccionario, pues éste requiere una lectura y no una consulta, es comenzar por De inconsolatione philosophiae, porque determina la génesis de las contradicciones que enfrentan a las corrientes filosóficas presentes en el Diccionario, exponiendo éstas con un afán no tanto de ser objetivo como de no ser injustamente parcial. A partir de entonces, de que el lector ha adquirido la seguridad de que no va a encontrar ningún consuelo en la lectura, ninguna confirmación de sus propias y estrechas opiniones, se puede pasar a los artículos generales que exponen el carácter de las principales tendencias filosóficas, en dos vertientes: en la de las posiciones, ya que no se les puede denominar «sistemas» en el sentido tradicional, y en la de los temas o doctrinas que estudian con mayor ahínco. En este doble aspecto es interesante resaltar que se establecen relaciones no siempre biunívocas ni cómodas. Así parece que el análisis (etiqueta demasiado amplia que engloba a la lógica, la epistemología, la filosofía analítica anglosajona, &c.) está en estrecha conexión con el igualmente amplio campo de estudio que se esconde bajo el rótulo de ciencia. Pero parte de este campo es también reclamado por la dialéctica, por lo menos en la parcela de los estudios históricos, económicos y sociales. Del mismo modo, la dialéctica pretende monopolizar el estudio de la filosofía del arte cuando, con iguales derechos, pueden acceder a él el estructuralismo o incluso el nihilismo. Nadie ocupa enteramente y a sus anchas una materia, lo cual no hay que considerar como un hecho negativo, como si supusiera una falta de claridad dentro del dominio de la filosofía (cuya opacidad, por otro lado, es proverbial), sino positivo, como prueba de la permanente dinámica que lo agita. Hay que entender, pues, el Diccionario de Filosofía Contemporánea en su doble carácter instrumental: como armazón teórico contra el oscurantismo filosófico cada vez menos oficial y como topología de lo que hay dentro de ese armazón, una filosofía cuya existencia es un indicio de la de la Filosofía, no obstante haber sido proclamada la muerte de ésta en tantas ocasiones.

E. Bustos

(Revista de Occidente, Madrid, febrero de 1977, tercera época, número 16, páginas 77-78.)

Alfonso Pérez de Laborda en Cuadernos Salmantinos de Filosofía

El presbítero católico y sacerdote secular Alfonso Pérez de Laborda Pérez de Rada (Bilbao 1940) firma una amplia “crítica de libros” dedicada al Diccionario de filosofía contemporánea en la cuarta entrega (páginas 331-336) del anuario Cuadernos Salmantinos de Filosofía, publicado por la Universidad Pontificia de Salamanca (“Universidad del Episcopado Español” creada en 1940, fruto de la victoriosa cruzada contra el comunismo). Este anuario, desde su aparición en 1974 y hasta 1980, se presentaba como “Publicación periódica a cargo de los profesores de la Sección de Filosofía de la Universidad Pontificia y de la División de Filosofía de la Universidad de Salamanca”. Reproducimos aquí un solo párrafo de esa crítica (disponible íntegra en la sección hemeroteca 1970-1979), para facilitar la comprensión de una torcida secuela suya de 2021, más abajo mencionada.

«De las 100 páginas dedicadas a biografías de filósofos, 92 van para autores extranjeros y 8 para españoles. ¡Nada tiene, desgraciadamente, de extraño! De entre los españoles, entre 3/8 de página y 1/2 de página solamente llegan a estar Ferrater, Ortega, Carlos París, Manuel Sacristán y Unamuno. Se incluye, por ejemplo, a Miguel Cruz Hernández. El conjunto de biografiados los he clasificado en cuatro apartados: marxistas, analíticos, anarco-lúdicos y todos los demás. Perdone el lector la triste esquematicidad de esta clasificación. Pues bien, 40 páginas están dedicadas a los marxistas, 16 a los analíticos, 8 a los anarco-lúdicos y 36 al resto. Veamos las cosas con mayor detalle. Entre los marxistas, Engels (Juan Aranzadi) se lleva el premio con 5 páginas. En la clasificación paginaria viene luego la escuela de Francfort (Julio Carabaña), Lenin (Juan Aranzadi) y Marx (Juan Aranzadi), todos ellos con 4,5; mucho más lejos Lukács (José Ignacio López Soria) con 2,5, y Gramsci (José M. Laso) con 2 páginas. Entre los analíticos la palma se la llevan Russell (sin firma, luego de Quintanilla) y Wittgenstein (sin firma); Carnap (sin firma) y Popper (sin firma), con 2 y 1,5 páginas. Entre los anarco-lúdicos Nietzsche (Santiago González Noriega) gana con 2 páginas. En aquel cajón de sastre en que puse a todos los demás, Hegel (Mariano Alvarez) gana con 4 páginas. Viene luego Heidegger (José L. Molinero) con 3; Feuerbach (Cirilo Flórez) y Freud (Jorge L. Tizón) con 2; para terminar, Ricoeur (Manuel Maceiras Fafián) con 1,5 páginas.» (Alfonso Pérez Laborda, «Diccionario de filosofía contemporánea, dirigido por Miguel A. Quintanilla (Colección Hermeneia, 1; Salamanca, Ediciones Sígueme, 1976, 481 pp.)», Cuadernos Salmantinos de Filosofía, Salamanca 1977, volumen 4, página 331.)


El Vicepostulador de la Causa de Beatificación de Pilina Cimadevilla en La Estafeta Literaria

Nacido en Chavaga (Monforte de Lemos) el 10 de abril de 1933, el fraile mercedario Reverendo Padre Francisco Vázquez Fernández, que había sido confesor de Pilina Cimadevilla (1952-1962) y desde 1963 Vicepostulador de la Causa de Beatificación de esa niña (ante la Iglesia de Roma, que todavía no la tiene reconocida como tal, aunque la Iglesia Palmariana ya elevó a los altares en 1978 a Santa Pilar Cimadevilla y López-Doriga), siendo entonces “licenciado en Filosofía y Profesor Auxiliar de Ética de la Universidad de Madrid”; doctor en filosofía por esa universidad en 1965, con la tesis “Dialéctica de la relación y dialéctica de la estructura: fundamentación de una dialéctica gnoseo-ontológica” dirigida por José Luis López Aranguren –más adelante cuelga los hábitos y alcanza la jubilación como Catedrático de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, en la que fue Director del Departamento Periodismo III (Teoría General de la Información)–, colega del fraile mercedario Alfonso López Quintás (propagandista principal de la causa de beatificación de la Sierva de Dios Pilina, y autor en 1970 del libro arriba mencionado, Filosofía española contemporánea), publica el primero de abril de 1977, en el número 609 de la publicación estatal La Estafeta Literaria (editada por la Editora Nacional e impresa en los talleres del Boletín Oficial del Estado) la siguiente crítica al Diccionario de Filosofía contemporánea de las católicas Ediciones Sígueme:

Miguel A. Quintanilla: (Director) Diccionario de Filosofía contemporánea. Edic. Sígueme, Salamanca, 1976; 481 págs.

Pocas veces en una obra en colaboración coinciden afinidad de pensamiento y orientaciones doctrinales como en el presente caso. Existen dos capitales puntos de identificación ideológica para todos los filósofos que prepararon este diccionario bajo la dirección de Miguel Quintanilla: uno, su objetivo de “lucha por la libertad”, expresada en los lemas que sirven de dedicatoria inicial, “a los que nos han precedido en la lucha por un pensamiento libre” y “a quienes nos sucedan en la lucha por un pensamiento liberador”; el otro, equivalencia de edad cronológica de los autores, que arroja una media de treinta y seis años, reviste de ese hálito generacional todos y cada uno de los artículos de fondo, artículos de menor extensión, artículos breves y vocablos.

A mi juicio es este un diccionario de Filosofía cargado de sugerencias en el campo de la filosofía analítica y en el de la Lógica simbólica, sin olvidar el campo marxista y su vocabulario consagrado. Indiscutiblemente prestará un buen servicio a todos aquellos estudiosos de la Filosofía, no especialistas en este área, y a los universitarios en general. Dicho y aclarado esto, quiero hacer un puñado de salvedades. Primera: es flagrante el “sectarismo doctrinal” que inspira la selección de autores y de temas. Uno se pregunta, por ejemplo, por qué Angel Amor Ruibal no puede ser registrado en este denominado diccionario de filosofía contemporánea. Tampoco acabo de comprender por qué sólo son filósofos ciertos profesores españoles y, en cambio, no lo son otros que mantienen un rango equivalente o mayor en su dedicación a la filosofía. La segunda salvedad: la parcial y pobre bibliografía que arropa cada artículo. Da la impresión de que los autores que intervienen en este diccionario se autoconstituyen en únicos y exclusivos maestros de los temas tratados. Por su edad y publicaciones esto resulta de una pretenciosa y olímpica soberbia. Tercera salvedad: el hecho de estar construidos los artículos por autores de edad juvenil no les exime de la consideración y objetividad, de la honradez y el servicio incondicional al pensamiento, sin exclusivismos detonantes, y con una excesiva presencia de doctrinas monocolor.

Considero que es este un Diccionario de Filosofía contemporánea “desafiante” para el pensamiento de inspiración cristiana y con una supervaloración de las tendencias lógico-matemáticas y anglosajonas, como la filosofía analítica. Por ejemplo, cuando Quintanilla aborda el artículo “Ética”, sólo resuelve su contenido en el ámbito del prescriptivismo, de la lógica deóntica y del discurso moral. Esta alicorta interpretación de los temas abordados en el diccionario, excepto en contadas ocasiones, empobrece su contenido y lo falsea tendenciosamente.

Es verdad que los diccionarios de Filosofía al uso suelen servirse excesivamente de conceptos preconcebidos y monolíticamente tomistas. Pero los mejores –Ferrater Mora y Enciclopedia Filosófica de Gallarate, &c.–, mantienen una imparcial armonía entre tendencias encontradas y ofrecen una visión multivalente de ellas.

Francisco Vázquez.

(La Estafeta Literaria, Madrid, 1º de abril de 1977, número 609, página 2784.)

Luis Martínez Gómez en Pensamiento

El presbítero y soldado jesuita Luis Martínez Gómez (1911-1995), vinculado desde su aparición a la revista Pensamiento, impulsada desde 1945 “por las Facultades de Filosofía de la Compañía de Jesús en España”, donde asumió desde el inicio la tarea de elaborar la sección “Literatura filosófica española e hispanoamericana”, denominada desde 1962 “Bibliografía filosófica española e hispanoamericana” y desde 1966 “Bibliografía filosófica española, elenco...”, firma en el número 131, julio-septiembre de 1977, la siguiente reseña del Diccionario de filosofía contemporánea. (Ese mismo año publica, junto con José Luis Abellán, el libro El pensamiento español de Séneca a Zubiri, UNED, Madrid 1977, 469 págs.)

Quintanilla, Miguel A. (Director): Diccionario de filosofía contemporánea. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1976. 490 pp. 24×16.5 cm. Col. “Hermeneia”, 1.

El lector habrá de leer despacio las dos páginas de presentación que encabezan el volumen. Para hacerse idea de lo que ha de esperar y de lo que no debe esperar. No espere una “falsa objetividad” medida por erudición e información despersonalizada; al revés, el diccionario reflejará las tensiones y contradicciones de la filosofía actual. No espere información uniforme (en espacio y en valoración) de las filosofías que hoy se llaman así; cuente más bien con que son excluidas las que “no constituyen un verdadero componente de la lucha ideológica actual” y sólo son “curiosos residuos del pasado o cómicas deformaciones del presente”. No tendrá tampoco una ilustración aséptica desconectada de circunstancia; se ha buscado, al contrario, que la obra “estuviera redactada desde la posición peculiar que a nuestro pensamiento filosófico le confiere el conjunto de circunstancias culturales, sociales y políticas del medio en que nos movemos”. En la frase ahora citada figura la palabra “nuestro” (nuestro pensamiento filosófico). Quiere decir que al ofrecer un diccionario de filosofía contemporánea, prima desde el origen una voluntad asuntiva de un determinado pensamiento, que será el principal tema (una nueva filosofía), encarnada en un grupo bien definido de pensadores autores de este diccionario (55 nombres reseñados al final del volumen), representantes o enterados para promover o informar, y todavía con una connotación nacional (filosofía en España; nuestra vida intelectual en los últimos años; este diccionario en cierto modo “como la primera obra colectiva de la nueva filosofía española”). Creemos que ahí están bien los límites y las peculiaridades del volumen. Como el propósito de una obra literaria es libre, queda tomarla como es, relegando las animadversiones que podría provocar la posible inadecuación entre el título (con sus exigencias formales convencionales) y el contenido. La realización del propósito así delimitado puede decirse satisfactoria. La estrategia es otra vez original. La distribución lexical de la materia apenas si rebasa el orden alfabético. El conjunto es un todo claramente orgánico.  Bastaría un simple remontaje de piezas para recomponer el sistema. Se dice y se expresa gráficamente en la primera página con un diagrama intuitivo de los once conceptos clave, que podrían muy bien ser los once encabezamientos de otros tantos capítulos. Son: 1. Filosofía. 2. Ontología. 3. Ciencia. 4. Praxis. 5. Arte. 6. Religión. 7. Dialéctica. 8. Análisis. 9. Nihilismo. 10. Estructuralismo. 11. Filosofía española. Los correspondientes autores son inequívocamente los responsables del proyecto total. En su puesto (por orden alfabético) estos conceptos rompen la estructura tipográfica editorial y discurren, sólo ellos, a página entera, mientras los demás se alinean más modestamente a doble columna. Debajo de este primer piso estructural todavía hay dos o tres jerarquías inferiores de artículos y firmantes o no firmantes que despliegan aquellos núcleos dominantes o los flanquean complementariamente. Como también los autores de los once artículos mayores imprimen carácter, helos aquí por orden: 1. J. Muguerza. 2. V. Peña. 3. M. A. QuintanilIa. 4. F. del Val. 5. V. Bozal. 6. J. Sádaba. 7. J. Muñoz. 8. M. A. Quintanilla. 9. F. Savater. 10. E. Trías. 11. P. Ribas. En dos páginas a tres columnas (Índice general de conceptos, al final del libro) caben todos los conceptos, incluidos los nombres personales. El elenco es reducido, y más si se tienen en cuenta los cerca de veinte personajes españoles vivos que aparecen como tema. No vamos a objetar los criterios de inclusión y omisión, aunque adivinamos las quejas. Diremos sólo que lo que prometían dar los autores lo han dado y bien. Indudablemente la corriente neopositivista, con sus derivaciones lógicas, lingüísticas, filosofía de la ciencia y sus aplicaciones a todos los campos de la filosofía, está superiormente representada, y nada mejor se hará para una información y orientación sobre todo ello en su “status” vivo actual que recurrir a este “Diccionario”, bien que a veces el que no está ya dentro iniciado tendrá la impresión de que no se habla para él. Todo lo ideológico relacionado hoy con el marxismo, tema de lucha exegética y lógica tanto como social y política, tiene igualmente aquí un puesto de favor, con sus incursiones en lo histórico-genético y lo socio-político, con discutible derecho para figurar en un diccionario de conceptos, pero que no rebasa lo que en muchos sectores se pone a la cuenta de la filosofía, por las implicaciones de teoría y praxis, sociedad y cultura. Ciertamente el pensamiento metafísico, “holista”, tipificado en el imaginario diálogo socrático de J. Muguerza al describir la “inconsolante” filosofía (personaje de ficción “Holarco”), queda más en segundo plano de lo que estimarían justo muchos metafísicos de hoy no del todo muertos; algunas presencias de ellos (en persona, v. g., Zubiri) resultarán, no sin razón, casi vergonzantes. ¿Y quién hace el corte entre el pensamiento tradicional, por definición metafísico, mero “residuo del pasado” (entendemos fósil), y una metafísica renovada, bien por plausible renovación de lo antiguo muerto bien, no pocas veces, como desquite de protesta desde los mismos conatos de nivelaciones positivistas? Parece que para el mismo decidir lo que está muerto se precisa vida, y aquí vida es más que ciencia y lógica y análisis; sólo la razón detecta lo “irracional” y sólo desde una realidad misteriosa se encara el misterio, y sólo el sabio se sabe ignorante. Resbalaríamos hasta una apelación muy positiva y supracientífica para el “nihilismo”, al que consagra Savater uno de los buenos párrafos del Diccionario, y que hace necesaria una imagen del hombre que acaso no ha encontrado aún molde ni metodología, acaso no la encuentre, pero sólo el buscarla o intuirla inencontrable es ya ponerse fuera del nihilismo radical o puramente negativo. Por ventura las torsiones “metafísicas” que me han sugerido las páginas leídas son un contenido virtual “in occulto” de este Diccionario “anti-metafísico” (y sé que no es vituperio). Cabría imaginar otro. Quede aquí la posibilidad. Mientras tanto, éste vale. Pero quede también aquí claro que es aventurado erigirse en árbitro decisorio de filosofía viva.

L. Martínez G.

(Pensamiento, Madrid, julio-septiembre 1977, volumen 33, número 131, páginas 357-359.)

1979 «Diccionario de Filosofía contemporánea. Quintanilla Fisac, Miguel Ángel. SIGUEME. 1979. 492 p. 2.ª ed. 24 x 17 cm. Rúst. 1.100 pts. Col. Hermeneia. 84-301-0409-7.» (registro del ISBN, El Libro Español, Madrid, mayo de 1979, nº 257, página 234.)

1985 «Diccionario de Filosofía contemporánea. Quintanilla Fisac, Miguel Ángel. SIGUEME. 1985. 492 p. 3.ª ed. 24 x 17 cm. Rúst. 1.900 pts. Col. Hermeneia. 84-301-0409-7.» (registro del ISBN, El Libro Español, Madrid, abril-mayo de 1985, nº 322, página 134.)

2010 «En 1976 la editorial salmantina Sígueme publicó este diccionario. Con él se pretendía difundir las aportaciones más interesantes de la filosofía contemporánea y ofrecer un testimonio de los intereses y preocupaciones de los jóvenes filósofos de entonces. Ambos objetivos se lograron. Del primero dan fe las sucesivas ediciones que se hicieron del diccionario durante casi dos décadas. En cuanto al objetivo testimonial, basta con ojear la nómina de colaboradores del diccionario y seguir su rastro por los anales de la cultura, la política y la vida intelectual de las décadas transcurridas desde su publicación para comprobar que aquellos jóvenes tenían realmente cosas que decir. Hoy se reedita igual que la primera edición, sin más que corregir algunas erratas detectadas. Cualquier intento de actualización abocaría a elaborar otro diccionario, a la vez que se perdería la vigencia que mantiene a pesar del paso del tiempo y su valor como testimonio de una época.» (Miguel Á. Quintanilla Fisac, dir.: Diccionario de Filosofía contemporánea, KRK Ediciones, Oviedo 2010, 1472 páginas, ISBN 978-84-8367-296-9.)

2021 ¿Sólo ocho españoles con entrada propia?

Recientes y elevadas investigaciones de un profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Barcelona, desveladas en libro refrendado por editorial que pasa por respetable, donde antes sumaban dos docenas las entradas dedicadas a autores españoles, encuentra ahora solo ocho entre “los cien filósofos que cuentan con entrada propia en el diccionario de Quintanilla”… Sucedió que al libar este apresurado autor de la crítica publicada en 1977 por Cuadernos Salmantinos de Filosofía –fácil de encontrar en la red, en el sitio de la UPSA–, confundió número de páginas con número de filósofos. La frase de Alfonso Pérez Laborda: “De las 100 páginas dedicadas a biografías de filósofos, 92 van para autores extranjeros y 8 para españoles…” sufrió esta mala digestión en el profesor de la capital de Tabarnia: “De los cien filósofos que cuentan con entrada propia en el diccionario de Quintanilla, solo ocho eran españoles…”:

«…un famoso Diccionario de filosofía contemporánea que apareció en 1976. En este último texto, especie de manifiesto colectivo de la nueva generación cuya dirección corrió a cargo de Miguel Ángel Quintanilla, del artículo dialéctico “Marxismo” se ocupó Jacobo Muñoz, un discípulo de Sacristán que lograría insertarse como funcionario en la Universidad Complutense pocos años más tarde; “Análisis: la filosofía analítica” estaba escrito por el compilador; y de “Nihilismo” y “Estructuralismo” se encargaban Fernando Savater y Eugenio Trías. De forma muy esquemática, puede decirse que los integrantes del sector analítico miraban hacia la filosofía anglosajona, los dialécticos a la continental, y los lúdicos hacia la francesa. El que, a resultas de ello, el viejo germanismo se encontrase bastante diluido muestra a las claras los cambios profundos que estaban teniendo lugar. La fuerte presencia francesa no hacía sino insistir en lo mismo. Proscrita desde hacía tanto tiempo, se interesaban ahora por ella los lúdicos, y también los dialécticos, muchos de ellos seguidores del marxista Louis Althusser. De la mano de Jesús Ibáñez, devoto de Foucault, incluso penetraba en las Ciencias Sociales a través de la rápida implantación de lo que se conocía como “Sociología crítica”. En medio de aquellas influencias, la tradición nacional se encontraba bastante desaparecida. De los cien filósofos que cuentan con entrada propia en el diccionario de Quintanilla, solo ocho eran españoles. Entre los antiguos, figuraban Ortega, Unamuno y Zubiri. Entre los más recientes, Ferrater Mora, Aranguren, Sacristán, Carlos París y Cruz Hernández. Resulta de lo más significativo que Ortega fuera ajusticiado en las treinta líneas que se le concedían. Presentado como una persona poseída por un peculiar “afán de liderazgo”, gracias al cual logró convertirse en “un gran difusor de ideas”, se le reprochaba explícitamente que, siendo catedrático de Metafísica, su “tribuna preferente” hubiera sido la prensa. Tras una observación tan del gusto de Ramírez, se avisaba al lector de que fue “uno de los grandes teóricos del liberalismo europeo no democrático”. Ojo: “no democrático”. Y muy ambicioso. Definitivamente, no es de los nuestros.» (Víctor Méndez Baiges, La tradición de la intradición. Historias de la filosofía española entre 1843 y 1973, Tecnos, Madrid 2021, páginas 545-546.)