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Pensamiento Crítico

Pensamiento Crítico 17

Los negros en EE.UU.

Pensamiento Crítico, La Habana, junio de 1968, número 17, cubierta + páginas 1-4.

Presentación

El imperialismo norteamericano ha logrado estructurar una estrategia de dominio del mundo. Por una parte el «gap» tecnológico los separa cada vez más de las economías de los países más desarrollados de occidente y les permite dominarlos; por otra, una maquinaria productora de golpes de estado, invasiones, guerras, asesinato de dirigentes antimperialistas, bloqueos y rangers, estructura sus esfuerzos frente a la respuesta revolucionaria de los pueblos. Ella puede definirse con una palabra: contrarrevolución. Resulta un lugar común afirmar que a una estrategia mundial contrarrevolucionaria sólo puede responderse con una estrategia revolucionaria mundial. Sin embargo, esta verdad de Perogrullo, está tardando bastante tiempo en hacerse efectiva, no se puede proponer el vacío como respuesta. Así como las estructuras tradicionales de la izquierda han sido responsables del vacío, las fuerzas nuevas de la revolución en el mundo son las responsables de cubrirlo con una acción ágil y eficaz, que responda adecuadamente a las nuevas realidades.

Es en este contexto donde hay que ubicar la lucha revolucionaria de los negros norteamericanos. La República Democrática y Popular de Corea demostró que era posible –aun para un pequeño país devastado– reconstruir rápidamente sus estructuras después de vencer al imperialismo; Cuba está demostrando que es posible –aun para un pequeño país a 90 millas de las costas de EE.UU.– llevar a cabo una Revolución Socialista y vencen el bloqueo enemigo; el heroico Viet Nam está demostrando que es posible –aun para un pequeño país casi solo– derrotar en una guerra frontal la impresionante maquinaria de destrucción que el poderío técnico y económico actual de los EE.UU. les ha permitido montar.

De la misma manera, y salvando las distancias existentes todavía en el desarrollo de los diversos movimientos, la lucha revolucionaria de los negros norteamericanos está demostrando que es posible golpear al enemigo en su propio corazón tecnológicamente desarrollado, a condición de rechazar totalmente las estructuras –económicas y sociales, pero también culturales y políticas– del sistema; estructuras en las que quedó presa e impotente, como un componente más del juego de la burguesía, la izquierda tradicional. De ahí la importancia que esta lucha ha tenido y tiene para todo el mundo y especialmente para esa todavía difusa, pero ya muy importante fuerza política que se ha dado en llamar nueva izquierda. En el rechazo total de los movimientos revolucionarios negros al conjunto del imperialismo, encontró un importante elemento de reflexión el movimiento de oposición extraparlamentaria que logró conmover el panorama, político europeo –y muy especialmente el francés– en los últimos meses.

Este número no intenta ofrecer un panorama histórico, cultural o sociológico de los negros en EE.UU. Tampoco se refiere a la totalidad de las organizaciones actuales. Trata, más bien, de ofrecer un conjunto suficiente para comprender la génesis más cercana –Malcom X–, y el mayor nivel de desarrollo –Black Panters– de los movimientos negros radicalmente revolucionarios. Ellos significan la conciencia del desarrollo de las luchas negras hacia un plano puramente político en el que la opción es, directamente, el poder revolucionario. Significan, asimismo, la toma de conciencia de una personalidad y de una cultura que debe estructurarse, para su total liberación, con los otros sectores radicalmente revolucionarios del conjunto de la sociedad norteamericana y del mundo. Esta estructuración está en marcha, y las relaciones existentes entre los Black Panters, la Organización de estudiantes por una sociedad democrática (SDS) y el Partido por la paz y la libertad son una prueba.

Los problemas planteados abren a su vez otro conjunto de debates: valoración de la cultura occidental como fuerza política, relaciones entre nacionalismo y revolución, diversas ópticas sobre la cuestión racial en Norteamérica, por ejemplo. En este plano resultan singularmente claras las palabras de Huey P. Newton, en la entrevista reproducida en este número: «para ser nacionalista revolucionario se debe ser necesariamente un socialista». El debate crural se inscribe así en la alternativa política vital de nuestro tiempo: Revolución o reformismo.

Índice del número 17

Malcolm X, Para el capitalismo es imposible sobrevivir, 5-23

Stokely Carmichael & Charles V. Hamilton, Poder blanco: la situación colonial, 24-47

James Forman, Los perfiles de la traición: de Atlantic City al Poder Negro, 48-66

H. Rap Brown, La guerra de guerrillas es la solución que se impone, 67-77

S.N.C.C., La lucha indivisible contra el racismo, el apartheid y el colonialismo, 78-92

Stokely Carmichael, Después de la muerte de Martin Luther King, 93-97

Robert L. Allen, La estrategia del gran capital, 98-107

Huey P. Newton, Para ser un nacionalista revolucionario se debe necesariamente ser socialista, 108-126

Roberto Giammanco, Racismo y colonialismo, 127-180

Independencia o muerte, libertad o muerte, patria o muerte - Pablo de la Torriente Brau, 181-198

Los autores, 199-200 + contracubierta

Facsímil del original impreso de esta parte en formato pdf