Patricio de Azcárate Corral (1800-1886) | Sistemas filosóficos modernos, Madrid 1861 |
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Patricio de Azcárate Corral, Exposición histórico crítica de los sistemas filosóficos modernos y verdaderos principios de la ciencia, Mellado, Madrid 1861, tomo 1, páginas 29-48.
La influencia de la filosofía griega se hizo sentir en los siglos que precedieron al renacimiento. La edad media no tuvo un exacto conocimiento de las obras de Platón y Aristóteles; pero la famosa querella de los realistas y nominales, que absorbió todas las inteligencias desde el siglo XI al XV, es un resultado necesario del sello que habían impreso estos dos grandes hombres al mundo científico. Platón, habitante de la región de los espíritus, buscó la realidad en el infinito, y allí encontró los tipos eternos de lo verdadero, de lo bueno, de lo bello; mientras Aristóteles, más severo, se apoderó del mundo material, y en su vasta comprensión organiza todo lo visible, y lo somete a reglas, creando las ciencias prácticas. Platón no encuentra otras realidades que las ideas eternas en Dios, y en el seno de Dios busca el principio de la ciencia; mientras que Aristóteles se encierra en la creación y busca los principios en la inteligencia humana. La distinta posición de estos dos filósofos debía suscitar desde luego la duda de si las ideas de los géneros y de las especies, lo mismo que las de causa, la del bien y del mal, la del infinito, y todas las concepciones a priori, tienen una existencia real fuera de nosotros, o solo tienen una existencia psicológica dentro de nosotros. Esta sola pregunta divide el campo de los realistas y nominales. Los primeros, y a su cabeza Platón, sostienen la realidad de las ideas universales en Dios, de cuyo seno irradian para dar existencia a los seres individuales que llenan la creación. Los segundos y a su cabeza Aristóteles, encerrados en el mundo visible, no hallan más que individualidades, y miran las ideas universales como fruto exclusivo del hombre, en cuanto son puras concepciones de la razón. Yendo estas concepciones acompañadas de un signo, que es el nombre que se las da, toman los sostenedores de esta opinión el dictado ya de conceptualistas, ya de nominales.
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