Patricio de Azcárate Corral (1800-1886) | Sistemas filosóficos modernos, Madrid 1861 |
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Patricio de Azcárate Corral, Exposición histórico crítica de los sistemas filosóficos modernos y verdaderos principios de la ciencia, Mellado, Madrid 1861, tomo 1, páginas 355-368.
En el capítulo anterior he presentado el lado favorable del sistema empírico, y no será en verdad difícil presentar ahora el lado adverso. Para ello me bastaría referirme a todo este libro; porque el libro entero es una refutación de este desastroso sistema. Sin embargo, es conveniente verle bajo un punto de vista, para que se liguen las ideas desparramadas en toda la obra, y que en su conjunto presente una síntesis que aclare los detalles que hayan parecido oscuros a mis lectores.
Los hechos sensibles son todos los materiales con que se ha construido la filosofía empírica. En este punto están conformes todos los filósofos defensores de este sistema. El alma es una tabla rasa dispuesta a recibir estos hechos sensibles por medio de los sentidos corporales. También es esta otra verdad reconocida por esta escuela. Puesto nuestro yo frente a frente del mundo exterior, del mundo material, sin poder recibir otros conocimientos que los que éste le envie, conocimientos que no pueden ser otros que elementos sensibles o cosas que se ven, que se tocan y que se palpan, fueron estos filósofos disminuyendo gradualmente el valor del yo, y aumentando en la misma proporción la influencia del mundo exterior sobre el yo, hasta que consiguieron que el yo desapareciera, y no quedara otro principio que el mundo material. Esta revolución la comenzó Locke; pues si bien tuvo precursores, ninguno lo hizo con la energía y fuerza de razonamiento que este filósofo. Pero Locke no hizo más que descartar de la esfera de nuestros conocimientos el mundo invisible, el mundo de Platón, de Leibnitz, de Descartes , y presentar el yo frente a frente del mundo material. Este yo en este filósofo aparece como un principio activo, designado con el nombre de reflexión, el cual obra sobre los datos suministrados por el mundo material por medio de la sensación. El yo con su reflexión o trabajo intelectual interno, y el mundo material con la emisión de los objetos sensibles o su sensación, es lo que constituye la filosofía de Locke. Luego que los demás filósofos vieron materializado el objeto de la filosofía, hasta el punto de ver reducida toda la ciencia humana al arreglo y combinación de las sensaciones venidas del mundo material, creyeron que estaba ya descubierto el enigma de la ciencia, y que, encerrándose en este estrecho campo, el hombre adquiriría verdaderos conocimientos, porque serían conocimientos que estarían al alcance de sus sentidos.
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