Luis Araquistain Quevedo 1886-1959
Periodista, ideólogo y político socialista español, ardoroso defensor de España y de la hispanidad (fue de los primeros en utilizar y difundir, desde 1926, ese término). En noviembre de 1919 formó parte de la delegación que, junto con Francisco Largo Caballero y Fernando de los Ríos, representó a la Unión General de Trabajadores de España en la Conferencia del Trabajo celebrada en Washington. Varios de los artículos que publicó a raíz de ese viaje a los Estados Unidos del Norte de América formaron en 1921 su libro El peligro yanqui. Ese año, por sus posiciones favorables a la revolución soviética y su apoyo y difusión de la obra de Lenin, abandonó la militancia en el PSOE, que no recuperó hasta los años de la II República. Tras la Segunda Guerra Mundial, y en plena Guerra Fría, colaboró activamente en el anticomunista Congreso por la Libertad de la Cultura, impulsado en Europa desde los Estados Unidos del Norte de América, con los auspicios de la CIA: el número 44 de los Cuadernos de esa institución de agitación y propaganda publicó, para conmemorar el cabo de año de su fallecimiento, el artículo «El krausismo en España», que había de influir no poco en la estrategia socialdemócrata de recuperar ideológicamente el krausismo.
De familia vasca nació Araquistain en Barcena de Concha (entonces provincia de Santander), el 18 de junio de 1886, pues su padre trabajaba para el puerto de Santander. Cursó en la Escuela Náutica de Bilbao la carrera de marino donde obtuvo en 1904 el título de piloto, y marchó a la Argentina, donde se empleó en todo tipo de trabajos («...que ha sido marinero, que ha sido dependiente de comercio, que ha sido dibujante lineal, que ha sido profesor de idiomas...»), comenzó sus contactos con el periodismo en un publicación anarquista. Vuelto a España en 1908, se instaló en Madrid. Ya en 1904-1905 había escrito en Vida Galante y pronto su firma comenzó a ser habitual en distintos periódicos liberales. Hacia 1911 ingresa en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cuando también lo hicieron otros intelectuales como Julián Besteiro, Andrés Ovejero, Fernando de los Ríos o Jaime Vera. Colabora activamente en la Escuela Nueva, para la formación de los trabajadores, y en los medios socialistas, como Vida Socialista.
«En el filo de los siglos XIX-XX cuatro hermanas, muy bellas y cultas, apellidadas Cra, del Oberland Bermés, se establecieron en Madrid donde una, tal vez dos, de ellas trabajaban en la Embajada o en el Consulado suizo. Trudy Cra se casó con Luis Araquistain, político y periodista socialista, Erika con Julio Álvarez de Vayo, político socialista, para algunos cripto-comunista, y Luisa con Agustín Viñuales, republicano que llegó a ser Ministro de Hacienda durante la II República.» (Alberto Gárate Goñi [1943-2008], «Dos horas con Julio Álvarez del Vayo», internet, 2007.)
Su activismo aliadófilo durante la Gran Guerra hizo que su nombre se hiciera ampliamente conocido. En 1915 se pregunta «¿Se puede ser germanófilo?» y firma el Manifiesto de adhesión a las naciones aliadas (que se supone escribió Ramón Pérez de Ayala). Entre 1916 y 1922 estuvo al frente de la revista España. En 1918 figura entre los colaboradores del periódico de propaganda Los Aliados, aunque parece que sólo prestó su nombre al proyecto.
En 1924 colaboró activamente en la difusión del proyecto de Congreso Iberoamericano de Intelectuales que promovía el peruano Edwin Elmore, y su artículo en El Sol, «Un congreso de escritores», determinaría una famosa carta de Leopoldo Lugones («Un Congreso libre de trabajadores intelectuales») que fue convenientemente respondida por Araquistain (ver «Lo explicable y lo inexplicable del Sr. Lugones» y «Organización de la cultura hispánica»), encendido defensor del «pensamiento hispanoamericano».
«Juzgando en conjunto la labor del insigne publicista vasco, se observan algunas inconsecuencias, hijas seguramente de su temperamento meriodional, de su vehemencia, por un lado, y por otro, de la falta de coordinación en el estudio y sobre todo, por las influencias encontradas de las lecturas, pues sabido es que Ramiro de Maeztu al igual que el malogrado Jaime Brossa, Luis Araquistain, Gonzalo de Reparaz, Sánchez Díaz y otros, no ha pasado por la Universidad y es un caso de autodidactismo sorprendente.» (Santiago Valentí Camp, «Ramiro de Maeztu», en Ideólogos, teorizantes y videntes, Barcelona 1922, páginas 336-337.)
Subsecretario al día siguiente de proclamarse la República en España el 14 de abril de 1931
«Ministerio de Trabajo y Previsión. Decretos. Como Presidente del Gobierno provisional de la República y de acuerdo con el mismo, Vengo en nombrar Subsecretario del Ministerio de Trabajo y Previsión a D. Luis Araquistain y Quevedo. Dado en la Presidencia del Gobierno provisional de la República, a quince de Abril de mil novecientos treinta y uno. Niceto Alcalá-Zamora y Torres. El Ministro de Trabajo y Previsión, Francisco Largo Caballero.» (Gaceta de Madrid, 16 abril 1931, nº 106, pág. 200.)
«A propuesta de los Ministros de Estado y Trabajo, como Presidente del Gobierno provisional de la República y de acuerdo con éste, Vengo en decretar que en la próxima reunión del Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, que ha de celebrarse en Ginebra el día 25 del corriente mes, ostente la representación que a España corresponde el Subsecretario del Ministerio de Trabajo y Previsión don Luis Araquistain y Quevedo. Dado en Madrid a diez y nueve de Mayo de mil novecientos treinta y uno. Niceto Alcalá-Zamora y Torres. El Ministro de Trabajo y Previsión, Francisco Largo Caballero.» (Gaceta de Madrid, 20 mayo 1931, nº 140, pág. 822.)
«A propuesta de los Ministros de Estado y Trabajo, como Presidente del Gobierno provisional de la República y de acuerdo con éste, Vengo en decretar que en la próxima reunión del Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, que ha de celebrarse en Ginebra el día 10 del corriente mes, ostente la representación que a España corresponde el Subsecretario del Ministerio de Trabajo y Previsión don Luis Araquistain y Quevedo. Dado en Madrid a dos de Octubre de mil novecientos treinta y uno. Niceto Alcalá-Zamora y Torres. El Ministro de Trabajo y Previsión, Francisco Largo Caballero.» (Gaceta de Madrid, 4 octubre 1931, nº 277, pág. 82.)
«A propuesta del Ministro de Trabajo y Previsión y de acuerdo con el Consejo de Ministros, Vengo en admitir la dimisión que del cargo de Subsecretario del Ministerio de Trabajo y Previsión ha presentado el Sr. D. Luis Araquistain Quevedo, quedando muy satisfecho del celo e inteligencia con que lo ha desempeñado. Dado en Madrid a treinta y uno de Diciembre de mil novecientos treinta y uno. Niceto Alcalá-Zamora y Torres. El Ministro de Trabajo y Previsión, Francisco L. Caballero.» (Gaceta de Madrid, 1 enero 1932, nº 1, pág. 9.)
El primero de marzo de 1932 (Gaceta del día 4) el diputado a Cortes don Luis Araquistain es nombrado por Alcalá-Zamora «Delegado de España en la Asamblea Extraordinaria de la Sociedad de las Naciones que se reunirá en Ginebra el día 3 de Marzo de 1932», formando parte de una delegación en la que figuraba como primer delegado el ministro Luis de Zulueta Escolano, y también Salvador de Madariaga y Rojo, Embajador de España en París.
Embajador de España en Alemania
«Decreto. De acuerdo con el Gobierno de la República y en atención a las circunstancias que concurren en D. Luis Araquistain Quevedo, Vengo en nombrarle Embajador de España cerca del Señor Presidente de la República Alemana. Dado en Madrid a diez de Marzo de mil novecientos treinta y dos. Niceto Alcalá-Zamora y Torres. El Presidente del Consejo de Ministros, en funciones de Ministro de Estado, Manuel Azaña.» (Gaceta de Madrid, 15 marzo 1932, nº 75, pág. 1859.)
«Pero en abril de 1931, la gente pusilánime –ni vencedora ni vencida– del año 15 recolecta por sorpresa el Poder. Ministros son sus redactores y colaboradores: Azaña, De los Ríos, Albornoz, Domingo, Zulueta. Embajadores son Canedo, Pérez de Ayala, Araquistáin... El mismo Casares Quiroga fue el oscuro corresponsal provinciano en «A Cruña» de la revista ESPAÑA.» (Juan Aparicio, «La Camisa Negra», El Fascio, nº 1, Madrid, 16 de marzo de 1933, página 8.)
Embajador de España en Francia, ya en plena Guerra Civil
«Decreto. A propuesta del Ministro de Comunicaciones y Marina mercante, encargado de la cartera de Estado; de acuerdo con el Consejo de Ministros y en atención a las circunstancias que concurren en D. Luis Araquistain Quevedo, Diputado a Cortes, Vengo en nombrarle Embajador de España cerca del Sr. Presidente de la República de Francia, con las retribuciones de 25.000 pesetas anuales en concepto de sueldo personal y 81.000 para gastos de representación, sin que pueda exceder de un año el desempeño de su misión, con arreglo a lo dispuesto en la ley de Incompatibilidades de 7 de Diciembre de 1934 y a reserva de lo que las Cortes, en uso de su prerrogativa, resuelvan sobre su incompatibilidad. Dado en Madrid a diecinueve de Septiembre de mil novecientos treinta y seis. Manuel Azaña. El Ministro de Comunicacines y Marina mercante, encargado de la cartera de Estado, Bernardo Giner de los Ríos.» (Gaceta de Madrid, 20 septiembre 1936, nº 264, pág. 1894.)
«Decreto. A propuesta del Ministro de Estado y de acuerdo con el Consejo de Ministros, Vengo en admitir a don Luis Araquistain Quevedo la dimisión de su cargo de Embajador de España cerca del señor Presidente de la República de Francia. Dado en Valencia, a veintisiete de Mayo de mil novecientos treinta y siete. Manuel Azaña. El Ministro de Estado, José Giral Pereira.» (Gaceta de la República, 28 mayo 1937, nº 148, pág. 955.)
«Entre los hombres de la revolución roja ha figurado la plana mayor de la Institución Libre, desempeñando las más varias funciones y adoptando diversos matices, que aseguraran, en cualquier caso, el triunfo final de la secta. Institucionistas son: Negrín, que por serlo logró su cátedra en la Facultad de Medicina de Madrid{2} y luego la Secretaría de la Junta de la Ciudad Universitaria; Álvarez del Vayo y su cuñado Araquistain, director de la revista Leviatán, roja hasta el más repugnante materialismo animal, embajador de la República de 1931 y de la de 1938; Besteiro, de la Unión General de Trabajadores, Presidente de las Cortes Constituyentes, en las que tantas blasfemias y herejías pudieron decirse sin que la Presidencia interviniera, y, en cambio, impidió a un diputado que aludiese a la Institución Libre y a sus fundadores{3}; Fernando de los Ríos, el artero ministro de las persecuciones de 1931 y el proteico embajador rojo de las compras de armas y la mendaz propaganda en los Estados Unidos desde 1936 a 1939.» (Prólogo a Una poderosa fuerza secreta. La Institución Libre de Enseñanza, San Sebastián 1940, páginas 7-10.)
«Sin embargo los maestros de tal generación europeizante (Ortega Gasset, Marañón, Pérez de Ayala, Madariaga y otros) no obstante formarse en el orbe germánico se inclinaron políticamente hacia las democracias franco-inglesas. Y algunos hacia el comunismo, como Araquistain y Álvarez del Vayo. Trayendo a España la República liberal del 31, imitada de Francia y de Inglaterra, y que se precipitó en la bolchevización de 1936.» (Ernesto Giménez Caballero, «La Espiritualidad Española y Alemania», La Joven Europa, Berlín, febrero de 1942, cuaderno 3, página 56.)
«Desarrollando su tesis, el prof. Alonso acusa a Menéndez Pelayo de no entender lo germánico. Produce estupefacción que, después del estudio nada sospechoso de parcialidad de Araquistain, Menéndez Pelayo y la cultura alemana, se pueda insistir sobre este rancio punto.» (Pedro Antonio Núñez, «Dámaso Alonso ante el Homenaje a Menéndez Pelayo», Punta Europa, nº 5-6, Madrid, mayo-junio 1956, página 152.)
«[21 de junio de 1962] Biblioteca de Araquistain. Comida en casa de Ramón Araquistain (Finky) con Xammar. No sabía nada de lo de la Universidad de Puerto Rico. Gorkin no le dijo nada. Realmente ahora es cuando lo echan del local donde tiene los libros. Gorkin no sabía esto cuando dijo que ese era el motivo. Finky ha tenido varios ofrecimientos de libreros, pero aún no se ha decidido, y quizás no se decida. La colección sobre España es muy completa. También sobre marxismo y kaustkismo. Primero tendría que hacer un catálogo. Tiene unos 50.000 volúmenes (o quizás dijo 40.000). Un librero le hizo una valoración a ojo de un millón de francos suizos (232.500 dólares aproximadamente).» (Carlos Esplá Rizo [Alicante 1895-México 1971], Mi vida hecha cenizas [Diarios 1920-1965], Biblioteca del Exilio, Editorial Renacimiento, Sevilla 2004, pág. 331).
«Remontemos el hilo del tiempo, a ver si llegamos al ovillo de la cuestión. ¿Cómo? ¿Tampoco está Luis Araquistain? Inexplicable omisión, porque el escritor socialista vasco era conocidísimo y había publicado decenas de libros, la mayoría de contextura y estilo típicamente ensayísticos. ¿No será que...? El lector tiene una súbita sospecha: recuerda que Araquistain, escritor de tendencia marxista aunque moderada, publicó allá por el año 1934, en su revista Leviatán, unos artículos de crítica radical, muy dura, contra Ortega y su ideología aristocraticista, crítica que después ha repetido, muy suavizada, en su libro El pensamiento español contemporáneo, de 1962. ¿Será éste el ovillo o uno de los ovillos, a que nos conduce el hilo de las exclusiones? Así se explicaría la omisión de bastantes de los ensayistas anteriormente citados –desde Tierno Galván y Tuñón de Lara hasta Aumente, F. Fernández-Santos, Juan Goytisolo y Martín Santos–, que sostienen posiciones intelectuales más o menos radicalmente antiorteguianas o han criticado aspectos diversos del pensamiento del filósofo madrileño. Pero aún hay más: la mayoría de los ensayistas y escritores mencionados sostienen posiciones marxistas o influidas por el marxismo y, en todo caso, claramente socialistas; algunos son cristianos de tendencia crítica y revolucionaria. Ahora bien, para el señor Marías, todo lo que en el terreno del pensamiento huela a marxismo o, simplemente, a socialismo, no es más que... «extremismo».» (Francisco Fernández-Santos, «Julián Marías y el "liberalismo" o cómo se hace un diccionario de literatura», Cuadernos de Ruedo ibérico, nº 1, París, junio-julio 1965, página 65.)
«En 1983, se publicó una antología de artículos de Luis Araquistáin con un estudio preliminar de Javier Tusell que ocupa un tercio del libro. El libro es el primer trabajo realizado a partir de los documentos del político y periodista adquiridos por el Estado español dos años antes y depositados en el Archivo Histórico Nacional. La versión de Tusell de cómo llegaron a su destino los papeles de Araquistáin es, digámoslo así, circunspecta: "El archivo particular de don Luis Araquistáin fue adquirido a su heredera, la mujer de su hijo Ramón, en la localidad suiza de Ginebra, siendo director general de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas el que suscribe. Jugó un papel importante tanto en la localización del archivo como en las negociaciones previas a su compra el diplomático español don Rafael Fernández Quintanilla. Un factor decisivo en la compra fue la conciencia de que entre la documentación conservada en el archivo había testimonios importantes de que el "Guernica", de Picasso, fue en su día pagado por el estado español. Por supuesto la adquisición no se hizo sino después de comprobar el valor indudable desde el punto de vista histórico no sólo de los documentos citados sino también de la totalidad del acerbo documental allí existente." La nota se extiende luego en cómo fue inventariado y ordenado el archivo, trabajos que, al parecer, también fueron objeto de una publicación del ministerio.» (Javier Rubio Navarro, «Luis Araquistáin (1886-1959). Cinco notas», La ilustración liberal, nº 12, 2002.)
Selección bibliográfica cronológica de Luis Araquistain
1915 Polémica de la guerra. 1914-1915, Renacimiento, Madrid 1915, 317 páginas.
1916 Dos ideales políticos y otros trabajos. En torno de la guerra, Tip. de El Liberal, Madrid 1916, 302 páginas.
1917 Entre la guerra y la revolución. España en 1917, Madrid 1917, 194 páginas.
1920 España en el crisol. Un Estado que se disuelve y un pueblo que renace, Editorial Minerva (Biblioteca de Cultura Moderna y Contemporánea), Barcelona [1920], 291 páginas.
1921 El peligro yanqui, Publicaciones España, Madrid 1921, 204 páginas.
1923 El archipiélago maravilloso. Aventuras fantasmagóricas, Mundo Latino, Madrid 1923, 267 páginas.
1926 El arca de Noé. Ensayos, Sempere, Valencia 1926, IX+323 páginas.
1928 La agonía antillana. El imperialismo yanqui en el Mar Caribe (impresiones de un viaje a Puerto Rico, Santo Domingo, Haití y Cuba), Compañía Ibero-Americana de Publicaciones / Espasa-Calpe, Madrid 1928, 296 páginas.
1929 La revolución mejicana. Sus orígenes, sus hombres, su obra, Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, Madrid 1929, 356 páginas.
1930 El ocaso de un régimen, Editorial España (colección Ideas y Hechos Políticos), Madrid 1930, 273 páginas.
1932 Marcelino Menéndez Pelayo y la cultura alemana, Jene, Weinar 1932, 27 páginas.
1933 El derrumbamiento del socialismo alemán. Conferencia pronunciada el 29 de octubre de 1933 en la Casa del Pueblo de Madrid, Gráfica Socialista, Madrid 1933, 30 páginas.
1935 Polémica entablada entre Luis Araquistáin y Julián Besteiro, Divulgación de Posiciones Socialistas, Oviedo 1935, 75 páginas.
Prólogo a J. Izquierdo Ortega, Filosofía española. Tres ensayos, Argos, Madrid 1935, 211 páginas.
1953 España ante la idea sociológica del Estado, UGT-PSOE, París 1953, 115 páginas.
1959 Franco y el comunismo, Congreso por la Libertad de la Cultura, Montevideo 1959, 30 páginas.
1962 El pensamiento español contemporáneo, prólogo de Luis Jiménez de Asúa, Losada (colección Cristal del Tiempo), Buenos Aires 1962, 192 páginas. 2ª ed.: Losada, Buenos Aires 1968, 199 págs.
Textos de Luis Araquistain Quevedo en el proyecto Filosofía en español
1915 ¿Se puede ser germanófilo? · Sobre una Universidad hispanoamericana
1917 Los dos patriotismos
1921 El peligro yanqui, Publicaciones España, Madrid 1921, 204 páginas: Prólogo · Interpretaciones y visiones: I. Un mundo flotante · II. Un mundo convulso · III. Cantidad y maquinismo · IV. Un rascacielos de 58 pisos · V. Un pueblo juvenil y céntrico · La evolución económica: I. La riqueza nacional · II. Distribución de la riqueza · La evolución social: I. Los caballeros del trabajo · II. Una Asociación terrorista ·III. Una gran burocracia obrera · IV. Empirie contra teoría · V. Aún hay clases en la clase obrera · VI. Samuel Gompers o el profeta práctico · VII. Una democracia sin libertad · VIII. De la utopía al socialismo · IX. Del anarquismo al sindicalismo · X. La escuela Rand · El feminismo: I. Un caso de mujer nueva · II. Un matrimonio muy siglo XX · La hispanofilia: I. Español, lengua de moda · II. Hispanofilia inquietante · III. Hispanofilia fecunda · La prensa: I. El poder de la prensa · II. Por detrás de los periódicos · III. Una escuela de periodismo · La política internacional: I. Una nación que se desliga de la Liga de Naciones · II. Monroe y la Liga de Naciones · III. La rivalidad británico norteamericana · IV. La ofensiva norteamericana · V. Un profeta del yanquismo · VI. El intervencionismo en Méjico · VII. La lucha por el petróleo · VIII. El mediterráneo americano · IX. Rivalidad yanquijaponesa · Epílogo: El niño gigante.
1922 La manifestación que se celebrará hoy será como un símbolo (El Sol, Madrid, domingo 10 de diciembre de 1922.)
1924 Un congreso de escritores
1925 Lo explicable y lo inexplicable del Sr. Lugones · Organización de la cultura hispánica · Maestros de América · Edwin Elmore
1926 El arte y el nacionalismo · Puerto Rico: el drama y sus personajes · Puerto Rico: la evolución psicológica · Puerto Rico: la casa del Centro de Estudios Históricos
1927 Hacia un nuevo hispanoamericanismo
1929 Carlos Marx sobre España · Revoluciones oligárquicas · Los dos patriotismos [Dos versiones...]
1930 Los dos castillos